Confabulario

Confabulario Citas y Análisis

"... Propone un plan científico para desintegrar un camello y hacerlo que pase en chorro de electrones por el ojo de una aguja. Un aparato receptor (muy semejante en principio a la pantalla de televisión) organizará los electrones en átomos, los átomos en moléculas y las moléculas en células, reconstruyendo inmediatamente el camello según su esquema primitivo".

Narrador - "En verdad os digo", p. 18

En la cita propuesta puede observarse cómo Arreola recurre al lenguaje científico y lo utiliza dentro de una situación ridícula y cómica. De esta manera, el autor parodia los grandes discursos de la ciencia, su pretendida objetividad, y los pone al servicio del humor en una situación absurda, como desintegrar un camello para hacerlo pasar por el ojo de una aguja. La imitación del lenguaje científico y su parodización son recursos que Arreola utiliza con asiduidad para realizar una crítica a la sociedad moderna y los progresos de la ciencia y la tecnología que deshumanizan al hombre.

"Sucede que en un viaje de prueba, el maquinista advirtió a tiempo una grave omisión de los constructores de la línea. En la ruta faltaba el puente que debía salvar un abismo. Pues bien, el maquinista, en vez de poner marcha hacia atrás, arengó a los pasajeros y obtuvo de ellos el esfuerzo necesario para seguir adelante. Bajo su enérgica dirección, el tren fue desarmado pieza por pieza y conducido en hombros al otro lado del abismo (...) El resultado de la hazaña fue tan satisfactorio que la empresa renunció definitivamente a la construcción del puente".

Narrador - "El guardajugas", p. 29

En esta cita puede observarse la estética del absurdo presente en muchos de los textos de Arreola. La compañía de trenes en "El guardagujas" es un completo caos: emite guías con destinos a los que no llega, no tiene horarios y anda por zonas en las que todavía no han tendido las vías férreas. En este ejemplo, frente a la falta de un puente que cruce el abismo, el maquinista propone desarmar el tren, cruzar el río a nado y volver a armarlo del otro lado. A lo absurda que es la situación se suma la resolución de la empresa: no construir más puentes y proceder de esta manera cada vez que un tren deba cruzar el río.

"A pesar de su profesión, el notorio abogado dejó su testamento en borrador. Allí expresaba, en un sorprendente tono de súplica, la voluntad postrera de que al morir le quitaran los cuernos, ya fuera a serrucho, ya a cincel y martillo. Pero su conmovedora petición se vio traicionada por la diligencia de un carpintero oficioso, que le hizo el regalo de un ataúd especial, provisto de dos vistosos añadidos laterales".

Narrador - "Pueblerina", p. 41

Esta cita es un ejemplo de la estética del grotesco que se mezcla con la ironía arreoliana. Don Fulgencio muere abatido como si fuera un toro y, a pesar de haberse desempeñado como abogado, no es capaz de dejar un testamento legal para que se cumpla su última voluntad. A esta ironía se le suma el grotesco de la imagen final: un carpintero le realiza un cajón especial que posee dos laterales parar los cuernos del muerto. Así, puede observarse cómo el humor arreoliano se sostiene sobre la parodia, la ironía y las imágenes grotescas.

"Con su habitual exageración, Orígenes dio a los ángeles una importancia excesiva dentro de la economía celestial. Por su parte, el piadoso Clemente de Alejandría reconoció por primera vez un ángel guardián a nuestra espalda. Y entre los primeros cristianos del Asia Menor se propagó un afecto desordenado por las multiplicidades jerárquicas".

Narrador - "Sinesio de Rodas", p. 42

Esta cita es un ejemplo de intertextualidad y de las referencias cultas que Arreola suele incluir en sus relatos. La cita recupera las consideraciones que diversos teólogos han tenido en torno a los ángeles y las enumera para luego incluir entre ellas la teoría de un personaje ficticio: Sinesio de Rodas. Así, Arreola realiza un juego literario que apela al conocimiento culto de los lectores, que deben determinar juzgar qué datos incluidos en los textos son verdaderos y cuáles son una invención del autor.

"¡Ay de mí! Ya me aborrece hasta la lavandera, a pesar de nuestros cándidos y dilatados amores. Y la bella confidente, a quien el decir popular señala como mi Dulcinea, no quiso oír ya las quejas del corazón doliente de su poeta. Creo que me desprecian hasta los perros".

Narrador - "Monólogo del insumiso", p. 45

La cita seleccionada es un ejemplo del uso de hipérboles, un recurso literario abundante en la obra de Arreola. El narrador, un poeta romántico, exagera su situación lamentable y manifiesta el desprecio que el mundo siente por su persona acudiendo a exageraciones: hasta la lavandera, su antigua amante, lo aborrece; hasta los perros lo desprecian. Con estos dichos exagerados se representa la naturaleza plañidera y lacrimógena del poeta fracasado.

"Las ancianas más sagaces derivaron entonces la corriente de admiración devota que despertó el miligramo a una forma cada vez más rígida de religión oficial. Se nombraron guardianas y oficiantes. En torno al santuario fue surgiendo un círculo de grandes edificios, y una extensa burocracia comenzó a ocuparlos en rigurosa jerarquía. La capacidad del floreciente hormiguero se vio seriamente comprometida".

Narrador - "El prodigioso miligramo", p. 51

Esta cita demuestra cómo se organizan rápidamente diversas instituciones en torno a la muerte de la hormiga condenada por portar el prodigioso miligramo y es una clara crítica al oportunismo social e institucional. Las hormigas ancianas observan la devoción que siente el hormiguero por la mártir del miligramo y la aprovechan a su favor: instauran en torno al prodigio toda una religión, de la que se declaran oficiantes y son las primeras beneficiadas. La religión institucionalizada se burocratiza con velocidad: la fisonomía del hormiguero cambia y su capacidad queda comprometida por la proliferación de oficinas cuya función es desconocida. Con ello, Arreola se burla y critica mordazmente una característica propia de las instituciones modernas y de la burocracia incomprensible y monstruosa que generan.

"El lujoso ejemplar en cuarto mayor con pastas de cuero repujado, tenue de olor a tinta recién impresa en fino papel de Holanda, cayó como una pesada lápida mortuoria sobre el pecho de la baronesa viuda de Büsshausen. La noble señora leyó entre lágrimas la dedicatoria de dos páginas, compuesta en reverentes unciales germánicas. Por consejo amistoso, ignoró los cincuenta capítulos de la Historia comparada de las relaciones sexuales, gloria imperecedera de su difunto marido, y puso en un estuche italiano aquel volumen explosivo".

Narrador - "In memoriam", p. 61

Con esta escena da comienzo Arreola a su cuento "In memoriam". En verdad, la escena inicial representa una estrategia para introducir la reseña de una obra ficticia, Historia comparada de las relaciones sexuales. Este procedimiento, hecho famoso por Jorge Luis Borges, especialmente en su libro Ficciones, implica la construcción de un marco verosímil para luego introducir una situación totalmente ficcional, con el objetivo de que el lector la tome por verdadera y se introduzca de lleno en la ficción sin ponerla en duda.

"Este dispositivo puede colocarse en cualquier rincón de la casa, y representa una preciosa alcancía de electricidad disponible en todo momento para fines de alumbrado y calefacción, así como para impulsar alguno de los innumerables artefactos que invaden ahora, y para siempre, los hogares".

Narrador - "Baby H.P.", p. 68

Este fragmento ilustra un fenómeno social fundamental de comienzos de la década del 50: la transformación cultural que experimenta México y la invasión de bienes de consumo estadounidenses. Las casas mexicanas de clase media comienzan a llenarse de aparatos novedosos, que van desde licuadoras hasta radios, o el mismo Baby H.P. que publicita el relato, una máquina capaz de convertir el movimiento de los niños en electricidad. Como dice el vendedor, estos productos invaden los hogares "ahora y para siempre". En verdad, toda la lógica de consumo y lo que se puede considerar el consumo masivo o hiperconsumo comienza a nacer en esta década, y Arreola logra captarlo en textos que imitan las publicidades de la época.

"Solo un recién casado pudo hacer cambio a la par. Su esposa estaba flamante y no desmerecía ante ninguna de las extranjeras. Pero no era tan rubia como ellas".

Narrador - "Parábola dele trueque", p. 99

Este fragmento pone de manifiesto el valor social que se otorga a ciertos rasgos físicos por sobre otros. En este caso, se nota que lo rubio es percibido como mejor que lo castaño o lo morocho y es preferido en el aspecto físico de una mujer. Lo rubio sobre lo morocho enmascara todo un sistema de valores presente en las sociedades latinoamericanas modernas: lo rubio y lo blanco, sinónimos de lo europeo se asocia siempre a las buenas costumbres y a la belleza, mientras que lo morocho se asocia negativamente a lo local, lo nativo, lo feo y hasta lo inmoral.

"Mis compromisos para con el pasaje habían aumentado de manera decisiva. Todos esperaban de mí cualquier cosa. Yo personificaba en aquellos momentos los ideales femeninos de caballerosidad y de protección a los débiles".

Narrador - "Una reputación", p. 104

Esta cita sirve para ilustrar el trasfondo ideológico que da lugar a todo el relato y a la mayoría de los textos de Arreola. En este fragmento, el narrador, un hombre joven que ha cedido su asiento a las mujeres que subieron al autobús, siente que todos los pasajeros esperan que continúe con sus actos de caballerosidad. En palabras del narrador, estos son los "ideales femeninos": que el hombre proteja a los débiles (esto es, a las mujeres), y se muestre caballero con ellas. Hoy en día, este tipo de valores son los que se atribuyen a la sociedad patriarcal: una sociedad machista que enmascara con la idea de protección y caballerosidad la sumisión de la mujer frente al hombre. Así, es posible comprobar en la cita todo el aparato ideológico de una sociedad en un determinado momento histórico.