Confabulario

Confabulario Elementos Literarios

Genero

Narrativa, Relato breve.

Configuración y Contexto

Cada relato presenta un contexto particular que varía desde el México contemporáneo de Arreola hasta la Antigüedad.

Narrador y Punto de Vista

Cada relato presenta su propio narrador y punto de vista. Abundan los relatos en tercera persona y en primera, con narradores protagonistas. A su vez, existe un relato puramente dialogal, "De balística".

Tono y Estado de Ánimo

El tono de los relatos, en general, suele ser liviano y cargado de humor, aunque también satírico y a veces hasta cruel.

Protagonista y Antagonista

Cada relato presenta sus propios protagonistas y antagonistas.

Conflicto Principal

N/A

Climax

N/A

Presagio

N/A

Atenuación

N/A

Alusiones

Las alusiones son abundantes. En "El discípulo", por ejemplo, el personaje del maestro alude a Leonardo Da Vinci. El poeta Romántico que narra "Monólogo del insumiso" alude a Manuel Acuña, poeta romántico querido por Arreola.

Imágenes

Ver sección "imágenes" de la guía.

Paradoja

Los relatos de Arreola abundan en contradicciones irónicas y paradójicas; "El guardagujas" y "En verdad os digo" son ejemplos de ello.

Paralelismo

N/A

Metonimia y Sinecdoque

En el relato "Eva", el personaje homónimo es una sinécdoque: Eva designa a todas las mujeres, o, más bien, al género femenino.

Personificación

Los textos de Arreola abundan en personificaciones, especialmente aquellos en los que se emulan las fábulas clásicas y, por ello, se atribuyen características humanas a elementos que no las poseen, como las hormigas o los montes. Un ejemplo de ello puede observarse en "Parturient montes", donde el narrador exclama frente a su público:
"En medio de terremotos y explosiones, con grandiosas señales de dolor, desarraigando los árboles y desgajando las rocas, se aproxima un gigante advenimiento. ¿Va a nacer un volcán? ¿Un río de fuego? (...) Señoras y señores: ¡Las montañas están de parto!" (p. 16)
En la cita anterior se atribuye a las montañas una humanización que no es propia de dicho elemento. Este procedimiento se hace aún más evidente en otros textos, como en "El prodigioso miligramo", donde el comportamiento de las hormigas está claramente humanizado: "Las guardianas de la puerta, y las inspectoras situadas en todas las galerías, fueron poniendo objeciones cada vez más serias al extraño cargamento. Las palabras «miligramo» y «prodigioso» sonaron aisladamente, aquí y allá, en labios de algunas entendidas" (p. 49).