Confabulario

Confabulario Símbolos, Alegoría y Motivos

"El parto de los montes" (Alegoría)

El relato "Parturient montes" puede interpretarse como una alegoría de la creación artística. En esta versión, el narrador se propone contar la fábula frente a un público que ya la conoce; antes de fracasar frente a su auditorio, interrumpe la narración y comienza a realizar una pantomima, como si buscara al ratón entre sus ropas. Finalmente, el narrador saca de la manga un pequeño ratoncito y se lo entrega a una mujer que se lo pide, pues quiere llevarlo a su casa y mostrárselo a su gato y a su marido. Así, el relato se convierte en una alegoría de la creación literaria, y la entrega del ratón a la mujer es una representación concreta del libro que pasa del autor al lector.

El viejecillo guardagujas (Símbolo)

En el relato "El guardagujas" un viejito de dicha profesión se presenta ante el narrador y le cuenta cómo funcionan los trenes en el país. El guardagujas es la persona que se encarga de mover los rieles parar modificar los trayectos de los trenes. En ese sentido, el viejo también simboliza la posibilidad de un cambio de dirección, especialmente en la vida del forastero que quiere llegar a un destino, "T.", y termina subiéndose a un tren cuyo destino desconoce. a partir de la información que el viejecillo le brinda.

Eva (Símbolo)

En el relato homónimo, Eva, la mujer que escapa del hombre que quiere conquistarla, simboliza a todas las mujeres de la historia, y habla también por todas ellas. Su nombre ya indica esta dimensión simbólica, al ser Eva la primera mujer según el relato bíblico en que se fundan las religiones judeo-cristianas.

A su vez, esta representación de todas las mujeres se explicita en el relato cuando el narrador indica: "Durante cinco mil años ella había sido inexorablemente vejada, postergada, reducida a la esclavitud" (p. 37).

Las máquinas de guerra (Símbolo)

En "De balística", el profesor que explica la historia de las balistas al estudiante propone una interpretación de dichas máquinas de guerra como un símbolo del funcionamiento de todo el Imperio: "Todo el Imperio Romano no era más que eso, una enorme máquina de guerra complicada y estorbosa, llena de palancas antagónicas, que se quitaban fuerza unas a otras" (p. 82).

"El prodigioso miligramo" (Alegoría)

Este relato puede leerse como una alegoría de la sociedad moderna. Como se explica en el análisis del texto, el funcionamiento del hormiguero y el tratamiento que recibe la hormiga que se presenta con el prodigioso miligramo son una representación en clave de fábula de la sociedad moderna que abarca muchas críticas sociales. Por un lado, satiriza a la cultura de consumo —causante de la degradación y posible destrucción del hormiguero— y, por otro, al surgimiento de las religiones en torno a la figura del mártir y la consecuente corrupción de la institución religiosa cuando queda en manos de oficiantes que interponen sus intereses a los de la comunidad.