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El progreso técnico y científico

Uno de los temas fundamentales de la obra de Arreola es el progreso técnico y científico y su preocupación por el destino del hombre que vive en la modernidad, con todos sus elementos deshumanizantes. “En verdad os digo” es un ejemplo excelente en este tema: el científico Arpad Niklaus intenta desarrollar una técnica para hacer pasar un camello por el ojo de una cerradura. Para ello, pretende deshacer al camello en un chorro de partículas, arrojarlas a través de una aguja especial y volver a unirlas para materializar al camello del otro lado. Por supuesto, el proyecto se presenta como ambicioso e imposible de llevar a la práctica, con lo que Arreola se burla de la fe ciega en el progreso científico.

Otro relato que tiene por tema la técnica, la ciencia y la tecnología es "Baby H.P.", la publicidad de un aparato que sirve para transformar la energía cinética de los niños en electricidad. En dicho texto, Arreola explora la deshumanización a la que la ciencia y el progreso técnico puede arrojar a la humanidad: los adultos, preocupados por maximizar su economía y sumidos en la cultura de consumo transforman hasta la energía de sus hijos en un bien de consumo. Un relato similar, en ese sentido, es también "Anuncio", otra publicidad que ofrece la nueva creación disponible en el mercado, la Plastisex, una muñeca femenina que imita, gracias a los progresos de la ciencia y la tecnología, a una mujer de carne y huesos.

Un relato que explora la técnica y la tecnología de una forma diferente es "De balística": en él, un estudiante de la universidad de Minnesota pregunta a un profesor español sobre el desarrollo de balistas por el imperio romano. El profesor explica al estudiante lo poco que en realidad se sabe de los avances tecnológicos de las culturas antiguas, y luego se burla de las preocupaciones del estudiante, que no ponen de manifiesto una curiosidad verdadera sobre el mundo, sino un interés de obtener un título universitario y de ganarse el prestigio social.

Aunque el carácter humorístico de estos textos suaviza la crítica social, no debe escapársele al lector esta dimensión de crítica fundamental a toda la obra de Arreola, a la que el progreso técnico y científico no escapa.

Las relaciones de pareja

Las relaciones de pareja son un tema ampliamente trabajado por Arreola y existen muchos relatos que lo abordan, aunque desde diferentes ópticas. Excepto por un cuento que presenta una visión femenina del tema, en general el foco está puesto en el hombre como el pilar de la relación. La figura dominante del hombre debe interpretarse en el contexto social patriarcal y machista del México de mediados del siglo XX. En la década del 50, las mujeres seguían luchando por la obtención de derechos y de reconocimiento social, mientras que los hombres gozaban de todos los privilegios y establecían las "reglas" de la convivencia pública y privada. En ese sentido, muchos cuentos ponen de manifiesto esta relación de subordinación y sumisión de la mujer frente al hombre.

Algunos de los cuentos que tematizan las relaciones de pareja, la sumisión de la mujer, la infidelidad y las relaciones sexuales son "Eva", "Pueblerina", "El faro", "In memoriam", "Una mujer amaestrada" y "Parábola del trueque". "Pueblerina" y "Parábola del trueque" exploran diferentes consecuencias de la infidelidad dentro de la pareja, mientras que "In memoriam" está dedicado a las relaciones sexuales dentro del matrimonio y "Eva" y "Una mujer amaestrada" presentan a la relación de sumisión de la mujer al hombre.

"El rinoceronte" es particularmente interesante porque es el único cuento que propone una óptica femenina: la narradora cuenta lo que ha sido su vida bajo el yugo de su exmarido, y se muestra feliz al ver que la nueva esposa ha sabido domar a la bestia y lo ha reducido a su voluntad.

La publicidad y el consumo

Arreola es un escritor preocupado por su época y los grandes cambios sociales y culturas que México -a la par del mundo entero -experimenta. La cultura de consumo, la invasión del mercado con productos estadounidenses cada vez más complejos y los avances tecnológicos pueden ser una amenaza para la humanidad y para la cultura tal como es percibida por Arreola. En el consumo desmedido la gente se degrada y deshumaniza. Esto queda demostrado con claridad en "Baby H.P.", un texto que imita una publicidad de los años 50, pero que ofrece un producto controversial y deshumanizante: una especie de armadura metálica capaz de transformar la energía de los movimientos de los niños en electricidad para el uso doméstico. Como el mismo anuncio lo plantea, la energía así obtenida puede ser utilizada por las amas de casa para alimentar otros artefactos que han invadido el hogar, como una licuadora o una radio. De esta manera, el consumo se parodiza y se propone una situación absurda pero no imposible: que hasta el pataleo de un niño sea usado para alimentar la maquinaria de la sociedad de consumo.

"Anuncio" es otro texto que imita el discurso publicitario. En este caso, sin embargo, el objeto que se vende es una muñeca que imita y "supera" a las mujeres de carne y hueso, al punto de que el narrador dice que reemplazará a las esposas en las relaciones, y que ello servirá para la emancipación de la mujer (Algo, por supuesto, totalmente cuestionable). Nuevamente, la publicidad aparece como un discurso cultural cuya estructura y función Arreola parodia con humor y que vuelve a poner de manifiesto la deshumanización que la cultura de consumo está produciendo a mediados del siglo XX.

La teología y la religión

En sus textos, Arreola manifiesta una mirada crítica sobre la teología y la religión. Por un lado, se muestra crítico de la religión institucionalizada y la corrupción que se genera cuando la fe queda en manos de oficiantes que anteponen sus intereses individuales a los comunitarios. Esto puede observarse en "El prodigioso miligramo", un cuento que imita la estructura de las fábulas y presenta la vida de un hormiguero en el que se establece toda una religión en torno a una hormiga mártir. Las hormigas oficiantes de esta religión pronto se corrompen y se dedican a obtener beneficios por parte del gobierno antes que preocuparse por los miembros de su comunidad.

Por otro lado, Arreola revista también algunos de los temas que la teología ha discutido a lo largo de los siglos. En "Sinesio de Rodas", Arreola realiza un juego intertextual de citas y referencias cultas a los padres de la iglesia al mencionar un supuesto teólogo cuya vida ha recogido Paul Migne, un autor real que se dedicó, en el siglo XIX, a compilar las discusiones de casi 2000 años de cristianismo. En ese sentido, el cuento parodia las discusiones de los padres de la iglesia y plantea una concepción particular de los ángeles y del bien y el mal obrando sobre la tierra. Arreola recurre a las citas cultas y a las referencias literarias para crear un texto en el que el lector se confunde al distinguir entre las discusiones históricas y la ficción del propio autor. Con esta confusión, el escritor parece querer decir al lector que la religión institucionalizada es tan válida como la religiosidad personal o no institucionalizada, representada por los discursos inventados o apócrifos que presentan sus textos.

Otro cuento que explora la dimensión religiosa es "Pablo", una imitación de los relatos de las vidas de los santos. Pablo es un hombre común y corriente a quien se le presenta una visión de la divinidad que lo transforma en un ser extraordinario. La estructura del texto también revisa, a través del humor, algunas doctrinas teológicas, como el animismo derivado del platonismo: Pablo ve a Dios dividido en todos los hombres y comprende que cada individuo es una manifestación divina y un ensayo de ser en busca de la perfección absoluta. Sin embargo, el don es tan abrumador que Pablo termina suicidándose. Con este relato, Arreola se cuestiona el lugar de la religiosidad individual en el siglo XX y su compleja convivencia con el mundo moderno del trabajo y la economía; en este contexto, y como su protagonista, la religiosidad parece condenada a desaparecer.

El revisionismo histórico

Arreola dedica muchos de sus textos a diferentes personalidades de la historia de la humanidad, destaca algunas de sus hazañas, las cuestiona y, sobre todo, recupera la memoria de algunos personajes para salvarlos del olvido. El revisionismo histórico es una disciplina que se propone revisitar la historia para repensarla críticamente y cuestionar los discursos dominantes y generalizados que se han institucionalizado a lo largo de los siglos. Algunos ejemplos de ello son los cuentos "Nabónides" y "Baltasar Gérard".

"Nabónides" revisa la figura del último emperador de Babilonia antes de la caída del imperio frente a Ciro el grande y lo aprovecha para preguntarse si es más poderosa la fuerza de las armas o la de los intelectuales. Nabónides había sido un gobernante preocupado por la historia de su pueblo que se dedicó a salvaguardarla mediante la escritura de miles de tablillas cuneiformes. Esta preocupación lo llevó a descuidar su gobierno hasta su caída frente a los persas. Sin embargo, gracias a las tablillas, la memoria de Babilonia (y la de Nabónides) quedó salvaguardada.

"Baltasar Gérard", por otra parte, revisa una figura menor de la figura occidental: la del asesino del príncipe de Orange. El revisionismo histórico, análogamente, se ha preocupado mucho por rescatar las figuras menores de la historia, es decir, a aquellos personajes cuyas acciones habían quedado de lado en los discursos históricos dominantes, pero que habían tenido papeles fundamentales en la definición de procesos históricos.

Con cuentos como los mencionados, Arreola no solo demuestra su preocupación por la construcción de los discursos históricos dominantes, sino que hace gala de su erudición, sin por ello dejar de utilizar el humor como recurso principal en su escritura.

La creación artística

Arreola presenta en sus cuentos una preocupación particular por el arte y la creación artística; algunos ejemplos de ello son "Parturient montes", "El discípulo" y "Monólogo del insumiso".

En "Parturient montes", Arreola realiza un juego de intertextualidad al citar y referirse a la fábula greco-latina que ilustra cómo algunos acontecimientos se anuncian con mucha mayor grandilocuencia de la que realmente merecen y establecer luego ese mecanismo para la creación literaria. Así, el narrador parece que va a ofrecer a su público un gran relato, pero finalmente solo logra hacer aparecer a un pequeño ratón, que una mujer decide llevar a su casa por curiosidad. Ese ratón parodia a la creación literaria y al libro como objeto, que muchas veces termina en manos de personas que ni siquiera los leerán.

El discípulo, por otra parte, discute la idea de belleza en la creación artística, y para ello se remonta a la Florencia renacentista. La idea de belleza del discípulo tiene que ver con la representación concreta y completa de la realidad, mientras que para el maestro la belleza se presenta a través de la sugerencia y de la libertad de interpretación que se da en la instancia de contemplación de la obra de arte. Este cuento problematiza también el concepto de "obra terminada" y postula que es el artista quien define cuándo y en qué momento su obra está terminada, aunque para otras personas pueda estar en pleno proceso.

Finalmente, "Monólogo del insumiso" presenta a un escritor romántico a quien Arreola pretende homenajear. Este cuento explora la creación artística, la recepción del público y el lugar que la crítica literaria otorga a los autores y a sus obras en el panorama literario. El poeta romántico del cuento, si bien ha tratado de diferenciarse, sabe que tras su muerte será confinado a algunas pocas páginas de la historia del romanticismo en su país, y no más que eso.

La mujer

La mujer es un tema que ha suscitado mucha polémica en la obra de Arreola, especialmente por cuentos en los que se la presenta totalmente subordinada a la figura masculina. Muchos cuentos, como "Anuncio", "Eva", "Una mujer amaestrada" y "Parábola del trueque" presentan un fuerte carácter misógino imposible de soslayar en la actualidad, y colocan a la mujer en el sitio de una mercancía diseñada para posesión y disfrute del hombre. Esta posición que le es otorgada a la mujer delata el machismo imperante en la sociedad mexicana de mediados del siglo XX y el del propio Arreola.

En estos cuentos, aquello que intenta ser un abordaje cómico del rol social de la mujer, se presenta a los ojos del lector contemporáneo como un ejercicio brutal del machismo más exacerbado. Desde un análisis ideológico, estos cuentos (y, especialmente, "Anuncio") son una muestra de un producto de la cultura patriarcal que coloca a la mujer en un rol sumiso y subordinado al hombre. La mujer objeto a la que se refiere Arreola, hecha para complacer al hombre, es un ejemplo exagerado y violento del lugar que el patriarcado le otorga a la mujer.