Confabulario

Confabulario Resumen y Análisis "El faro"

Resumen

El narrador menciona que la conducta de Genaro es horrible y que su situación se vuelve asquerosa. El día anterior, en la mesa, Genaro les contó una historia sobre cuernos (infidelidades) que era graciosa, y el narrador y Amelia podrían haberse reído, pero Genaro estropeó el momento con enormes carcajadas falsas y luego se preguntó cómo se sentiría llevar cuernos, es decir, ser engañado por su mujer.

La confusión del narrador y de Amelia continúa creciendo, y tienen ganas de contarle la verdad a Genaro a gritos. La actitud de este hombre los sigue sorprendiendo. Hace tiempo que se vuelve cada vez más tonto: aceptaba explicaciones increíbles, representaba la comedia del viaje y volvía siempre el día previsto. A su regreso, traía pequeños regalos y estrechaba a Emilia y al narrador de un modo que se les hacía inmoral, obsceno.

La impresión de que Genaro iba a descubrirlos en cualquier momento tiñe de miedo la relación entre el narrador y Emilia, pero Genaro echa todo el drama a perder al participar él también de buena gana en la pantomima. Así, los amantes terminan hastiados de su situación, como si fueran realmente esposos. Genaro les facilita la rutina y les provoca el cansancio.

Cuando un mensajero les trae provisiones y les avisa que el faro probablemente se cierre, Amelia y el narrador se alegran en secreto, mientras que Genaro se aflige y les pregunta a dónde irán los tres, si allí son tan felices. Luego, busca los ojos del narrador y le promete que lo llevarán con ellos a donde quiera que vayan.

Análisis

El cuento presenta a un matrimonio que vive en un faro. Amelia le es infiel a su marido, Genaro, con otro hombre que vive en el faro con ellos y que es el narrador de la historia.

Arreola trabaja en este relato sobre los sentidos implícitos y deja que el lector realice las inferencias necesarias para reponer la relación entre los personajes. El tono del relato es desesperado y está cargado de angustia, pero está también atravesado por la comicidad propia de Arreola: no es Genaro, el marido engañado, quien se muestra abatido por su situación, sino Amelia y su amante. Genaro se muestra amable y cariñoso tanto con su mujer como con su amigo y compañero de vivienda en el faro, y realiza toda una pantomima alrededor de la relación que estos dos personajes mantienen entre ellos: “aceptaba explicaciones increíbles, daba lugar y tiempo para nuestras más descabelladas entrevistas, hizo diez veces la comedia del viaje, pero siempre volvió el día previsto” (p. 59). Sin embargo, Genaro no es un tonto, como lo piensa en un momento el narrador, sino que parece estar jugando con la pareja. Con su actitud complaciente e ingenua, termina generando en la pareja una incomodidad y un asco profundos. Valiéndose de su supuesta ignorancia, hace comentarios inocentes que van crispando los nervios de su mujer y su amante. Al inicio del relato, por ejemplo, el narrador indica:“Ayer, en la mesa, nos contó una historia de cornudo. Era en realidad graciosa, pero como si Amelia y yo pudiéramos reírnos, Genaro la estropeó con sus grandes carcajadas falsas. Decía: «¿Es que hay algo más chistoso?» (…) Volvía a reír. «¿Cómo se sentirá llevar cuernos?»” (p. 59).

Actitudes como estas ponen de manifiesto las maquinaciones de Genaro en torno a su mujer infiel y a su amigo, a quienes parece hacerles la vida imposible de la forma menos pensada, sin delatar en ningún momento que es consiente del engaño que sufre. La actitud permisiva de Genaro termina por cansar a la pareja, que ya no goza de la adrenalina propia del engaño y que termina viviendo esa aventura con la rutina propia de un matrimonio: “Su presencia es insoportable porque no nos estorba; más bien facilita la rutina y provoca el cansancio” (p. 60). El relato concluye con la posibilidad del cierre del faro, frente a la cual Genaro asegura al narrador que lo llevarán con ellos a donde quiera que se muden.

El relato plantea un abordaje original y cómico de una relación entre una pareja de amantes y el marido engañado, y se transforma en una crítica hacia la sociedad contemporánea: Arreola pone de manifiesto cómo, en infinidad de ocasiones, la infidelidad es algo tolerado por las parejas e incluso una dinámica esperable y totalmente naturalizada dentro del matrimonio.

Finalmente, cabe revisar el título del cuento en relación a su contenido: el faro, en tanto edificio cuya función es iluminar el camino de los barcos hacia la costa, puede interpretarse como una gran metáfora de aquello que está a la luz —la infidelidad— pero es ignorado o naturalizado. Genaro sabe de la relación de su mujer con su amigo, pero prefiere no delatarlos y seguirles la corriente hasta arruinarles la relación.