La conjura de los necios

La conjura de los necios Resumen y Análisis Capítulo 13

Resumen

I

Ignatius despierta en el hospital. Tiene la cabeza vendada y su madre está sentada junto a su cama. La señora Reilly se siente humillada y deshonrada y le muestra a su hijo el periódico. Debajo del titular "Incidente salvaje en Bourbon Street" hay tres fotografías. La primera muestra a Darlene en su vestido de fiesta, sosteniendo su cacatúa y sonriendo. La segunda, a Lana Lee cubriéndose la cara mientras el oficial Mancuso la coloca en la parte trasera de un coche de la policía. La imagen central muestra a Jones sonriendo junto a “lo que parecía ser una vaca muerta tumbada en la calle” (2015:336), es decir, el cuerpo desmayado de Ignatius en el piso con su bata blanca de Vendedores Paraíso. La nota revela que, después de que una cacatúa atacara a un vendedor de bocadillos, el oficial Mancuso arrestó a Lana por solicitar, poseer y posar para imágenes pornográficas. Mancuso dijo a los periodistas que había estado trabajando en el caso durante bastante tiempo. Mientras arrestaba a Lana, Mancuso fue agredido por Frieda, Betty y Liz, quienes también fueron puestas bajo custodia policial.

La señora Reilly le revela a Ignatius que después de que él se ha ido al mitin con Dorian vestido de pirata, ella llamó a Santa y le pidió que enviara al patrullero Mancuso para que lo siguiera. Luego le dice: “Tú estás loco, Ignatius. Aunque es terrible que yo lo diga, mi propio hijo está mal de la cabeza” (2015:338). Le cuenta que se encuentra bien de salud y que Claude pagará la cuenta del hospital para poder irse. Ignatius se resiste a recibir dinero de un desconocido.

II

El señor Clyde, enterado de las noticias, decide despedir a Ignatius. Se siente avergonzado porque Ignatius viste, en la imagen del periódico, el uniforme de Vendedores Paraíso.

III

El Dr. Talc ha tenido una semana terrible. De alguna manera, una de las cartas amenazantes de Ignatius se ha difundido entre el alumnado y él se ha convertido en el blanco de las bromas del campus.

Cuando ve el periódico, no puede entender cómo Ignatius ha llegado tan bajo. Se preocupa por la posibilidad de que el alumnado reciba esa noticia.

IV

La señorita Annie, vecina de los Reilly, mira el periódico y decide que debe echar a Ignatius del barrio.

V

El patrullero Mancuso finalmente recibe el respeto que ha buscado durante tanto tiempo. El sargento lo felicita y sugiere que podría ser ascendido.

VI

Santa mira el periódico y vuelve a considerar que Ignatius debería ser encerrado en un psiquiátrico.

VII

Claude se dirige al hospital a pagar la cuenta de Ignatius. Piensa que Ignatius debe ser tratado para que no perjudique más a la señora Reilly.

VIII

George lee el periódico y se preocupa por la posibilidad de aparecer relacionado con la red de pornografía. En ese momento, su madre le abre la puerta a un policía que pregunta por él.

IX

Lana comparte celda con Betty, Frieda y Liz. Les muestra una de las imágenes pornográficas que ha escondido en su corpiño.

X

Dorian ordena su departamento luego de la “fiesta más fabulosa de toda su carrera” (2015:347). Se pregunta cómo se encontrará Ignatius.

XI

Darlene recorta del periódico su fotografía. Se angustia porque se encuentra desempleada. Luego, recibe una llamada telefónica en la que le ofrecen un empleo.

XII

Jones conversa con Watson en la barra de Mattie’s Ramble. Aunque su sabotaje ha sido un éxito, ahora se encuentra desempleado y preocupado por los cargos por vagancia. También se siente culpable porque Darlene tampoco tiene trabajo.

XIII

El señor y la señora Levy han viajado a Mandeville para visitar a Ignatius Reilly en el hospital psiquiátrico estatal. Cuando llegan se enteran de que Ignatius los ha engañado. El señor Levy se da cuenta de que su mujer espera que él pierda la demanda por difamación para que ella pueda volver a poner a sus hijas contra él. Le dice: “quieres verme arruinado, aunque te hundas conmigo” (2015:353).

Al regresar a su mansión, el señor Levy encuentra la foto de Ignatius en el periódico y decide ir a verlo a su casa. La señora Levy lo acompaña y le pide que la lleve a la casa de la señorita Trixie.

Cuando el señor Levy llega a la residencia de los Reilly, Ignatius y su madre aún no han regresado del hospital. Mientras, habla con la señorita Annie, la vecina entrometida. Ella le cuenta que Ignatius en realidad ha sido un buen chico hasta la muerte de su perro, Rex. En ese momento, el auto de los Reilly se detiene en la vereda y el señor señor Levy los escucha discutir sobre la relación de la señora Reilly con Claude.

Luego, el señor Levy le muestra a Ignatius la carta dirigida a Abelman y le pregunta si él es el verdadero autor. Ignatius niega cualquier responsabilidad, pero la señora Reilly, sin siquiera mirar el correo, dice: "Eso lo hizo Ignatius” (2015:363). En ese momento suena el teléfono y atiende la señora Reilly. Cuando corta la llamada le dice a Ignatius que el señor Clyde lo ha despedido de Paraíso Vendedores. A continuación, la señora Reilly pide ver la carta y, cuando Ignatius le dice al señor Levy que no se la muestre, ella lo golpea en la cabeza con su bolso. En este punto, el señor Levy comienza a sentir lástima por Ignatius. Piensa: “La madre andaba liada con un viejo, bebía, quería quitarse de encima al hijo” (2015:364).

Ignatius lleva al señor Levy a su habitación y el señor Levy comienza a tener náuseas por el olor. Ignatius le muestra entradas de su "Diario de un niño trabajador", en el que ha escrito sobre su devoción por Levy Pants y sus deseos por hacer crecer a la empresa. Luego, culpa a la señorita Trixie de haber escrito la carta, alegando que su apatía es realmente una fachada para su resentimiento hacia Levy Pants. Dice: “la senilidad es un disfraz” (2015:366), y el señor Levy supone que ella puede, de hecho, ser la verdadera culpable de la carta. Entonces se dirige a su casa.

Una vez allí, le cuenta de la acusación del señor Reilly y le pregunta si ella ha escrito la carta. La señorita Trixie pregunta quién es el señor Reilly. Ante esto, el señor Levy lo describe como el gran hombre de la gorra verde que ha trabajado en Levy Pants. La señorita Trixie piensa que se refiere a su vieja amiga Gloria. Gloria Reilly, piensa, siempre fue una buena amiga para ella y nunca mentiría. Además, había muchas cosas que probablemente había hecho y que ya no recordaba. Entonces responde que sí, que ha escrito la carta al señor Abelman. Escuchar esto enfurece a la señora Levy. El señor Levy dice que deben conseguir un médico que declare a la señorita Trixie incompetente y senil, y luego agrega: “Vamos a jubilarla, señorita Trixie. Con un aumento” (2015:370). Le pide a la señora Levy que baje a la tienda a comprar el jamón de Pascua que la señorita Trixie ha estado esperando.

A continuación, el señor Levy decide tomar un papel más activo en Levy Pants. Cambia el nombre a “Bermudas Levy” y planea producir bermudas en lugar de pantalones. También decide seguir adelante con la Fundación Levy y, para el ganador de su primer premio elige a Jones, que aparece en la foto del periódico con Reilly. Junto con el premio, planea ofrecerle un trabajo.

Repentinamente, el señor Levy recuerda la carta al señor Abelman y algunas expresiones que ha usado Reilly con su madre esa tarde y se da cuenta de que Ignatius es el verdadero escritor de esa carta. Sin embargo, de esta manera, Ignatius ha mentido, pero también se ha salvado a sí mismo, a la señorita Trixie y a Jones.


Análisis

Este capítulo muestra las repercusiones de los hechos acontecidos en el capítulo anterior. De alguna manera, se presenta cierta justicia poética: las cosas salen bien para los personajes que han sido retratados como personas generalmente buenas (Jones, Darlene, la señorita Trixie y el patrullero Mancuso), mientras que los personajes inmorales (Lana Lee, la señora Levy) finalmente reciben los castigos que merecen. Ignatius funciona como el medio a través del cual se distribuye esta justicia. Siguiendo a Fernández: “la chifladura genial del protagonista hace de catalizador para que eclosionen las insuficiencias de los adaptados al sistema, y las del sistema mismo” (2010:40).

Desde el comienzo de la novela Ignatius se muestra como un personaje que cree en el destino. Se libera de la responsabilidad de sus acciones y del control sobre su vida porque considera que la diosa Fortuna determina su buena o mala suerte. Sin embargo, en este capítulo, él mismo funciona como una especie de Fortuna para los demás personajes, repartiendo buena o mala suerte.

Por ejemplo, la ineptitud del patrullero Mancuso casi lo expulsa de la fuerza policial, pero trabaja duro para detener a un personaje sospechoso. Al final, obtiene el respeto, el reconocimiento y la posible promoción con la que ha estado soñando. Ignatius funciona como el catalizador de este proceso, porque lo lleva al bar Noche de Alegría y a la operación de pornografía de Lana Lee. Además, Darlene y Jones, que durante mucho tiempo han estado sometidos a la tiranía de Lana Lee, se liberan de los lazos del empleo cuando Ignatius cataliza la caída de la propietaria de Noche de Alegría. También, la publicidad del caso, es decir, las fotos en el periódico, conducen a mejores perspectivas laborales tanto para Darlene como para Jones. Por último, la carta que Ignatius le ha enviado al señor Abelman le permite al señor Levy escapar del dominio de su esposa y, a la señorita Trixie, conseguir su tan esperada jubilación.

En la relación entre Ignatius y su madre continúan los malos tratos y las amenazas sobre una posible internación psiquiátrica. Cuando la señora Reilly va a ver a Ignatius al hospital, le dice: “Tú estás loco, Ignatius. Aunque es terrible que yo lo diga, mi propio hijo está mal de la cabeza” (2015:338). La preocupación de la señora Reilly se manifiesta también un día antes, cuando le pide al patrullero Mancuso que vigile a su hijo. Su amiga Santa y su pretendiente Claude la convencen de que ingresar a Ignatius en un hospital, no solo por su bienestar, sino también por el de ella.

De todos modos, Ignatius muestra importantes actitudes paranoicas que podrían ser síntomas psiquiátricos. Por ejemplo, cuando despierta en el hospital dice: “Todo esto ha sido preparado” (2015:339). Piensa que se encuentra herido por una “conspiración de subhumanos (2015:339). Luego, cuando su madre le cuenta sus intenciones de casarse con el señor Robichaux, Ignatius reacciona haciendo un escándalo paranoico: “He sido, durante semanas, la víctima inocente de una conspiración. ¡Todo esto es un complot! (2015:359). Su narcisismo se vuelve muy claro en este momento: “Todo este asunto es un golpe dirigido contra mí, un plan diabólico para quitarme de en medio” (2015:360). Ignatius piensa que todo el mundo gira alrededor suyo y se victimiza cuando su madre simplemente le informa sobre sus planes románticos.

Por otro lado, la relación de poder en el matrimonio Levy se modifica en este capítulo gracias a la intervención de Ignatius. La señora Levy suele atormentar a su esposo diciéndole que es “incapaz de manejar un negocio” (2015:371), “un fracasado, un playboy” (2015:371). Lo avergüenza porque el señor Levy no ha mantenido su empresa familiar en el esplendor. Sin embargo, en este capítulo se realiza una inversión en la relación de abuso y sometimiento de esta pareja: el señor Levy se libera cuando resuelve el problema de la carta a Abelson -consiguiendo que la señorita Trixie admita su responsabilidad y sea declarada incompetente- y decide cambiar el nombre de la empresa y construir una fundación. En ese momento, extorsiona a su mujer usando su propia estrategia: “A Susan y a Sandra no les va a gustar nada enterarse de este pequeño error de su madre” (2015:370). El señor Levy es otro personaje que se ve beneficiado en última instancia por las acciones de Ignatius: se libera de la presión de su mujer y vuelve a involucrarse con la empresa familiar.

Por último, es interesante analizar el significado del premio que el señor Levy quiere darle a Jones. Cuando el señor Levy organiza la Fundación Levy, señala a Jones en la foto del periódico y afirma: “He aquí un rasgo de valor” (2015:372). Decide darle un premio por su valentía y luego explica esta decisión como una estrategia empresarial. Es decir, su premio a Jones es funcional para su modelo de negocios. Vemos así cómo, aunque paga muy bajos salarios y mantiene pésimas condiciones laborales para los empleados en la fábrica, premiar a un solo empleado afrodescendiente le genera al señor Levy una imagen positiva para su empresa. Luego, el señor Levy redobla la apuesta y decide ofrecerle un empleo, porque considera que sería incluso mejor desde el punto de vista de las relaciones públicas. El señor Levy reflexiona: “Un premio y un puesto de trabajo. Con una buena publicidad periodística que acompañaría a la apertura de Bermudas Levy, ¿Era un buen truco o no lo era?” (2015:373). Este suceso explica irónicamente las continuidades entre el sistema esclavista y el capitalismo moderno. Que el señor Levy le dé un premio a un trabajador negro es una eventualidad a favor de Jones, pero que no resuelve el hecho de que la totalidad de su empresa se sostenga sobre la base de la explotación de personas afrodescendientes. Este hecho explica un fenómeno muy común en la sociedad contemporánea: la utilización de las consignas de algunas minorías -en este caso la población de color- para presentarse como “moral” frente a la opinión pública.