La conjura de los necios

La conjura de los necios Citas y Análisis

“Quise quedarme, pero como observador. No siento grandes deseos de mezclarme con esta gente”.

Ignatius (2015:31)

Esta cita es enunciada por Ignatius en Noche de Alegría. Ignatius es un personaje idealista que tiene dificultades para conectarse con la vida cotidiana. En este sentido, la novela muestra una contraposición entre los personajes realistas y los idealistas. Tanto Ignatius como Myrna son personajes idealistas y comparten la característica de encontrarse aislados y desconectados de las demás personas.

Esta separación de Ignatius del mundo cotidiano lo configura como un buen observador, y, en ese sentido, como un escritor. Ignatius observa la sociedad que lo rodea y realiza diagnósticos sobre los problemas sociales porque puede tomar la distancia necesaria para la crítica.

“Aquel atuendo era el castigo del sargento. Le había dicho a Mancuso que a partir de entonces tendría por única misión la de detener a tipos sospechosos, que la comisaría central de policía tenía un guardarropa con disfraces que permitiría a Mancuso ser un personaje distinto cada día”.

Narrador (2015:39)

Esta cita incluye varios temas relevantes de la novela. En primer lugar, aparece la explotación laboral a la que está expuesto el patrullero Mancuso. El sargento lo hace disfrazarse para humillarlo. Además, es una táctica para no develar que pertenece al cuerpo de la policía y poder arrestar más fácilmente a los sospechosos.

En segundo lugar, la idea de los “tipos sospechosos” (2015:39) es importante en la novela y se relaciona con el racismo que impera en la sociedad del sur de los Estados Unidos en la década de 1960. Las personas pueden ser detenidas por los prejuicios de los oficiales basados en sus apariencias. En este sentido, el color de la piel y la calidad de la vestimenta son motivos por los que los ciudadanos pueden ser detenidos y privados de su libertad.

“Ahora se enfrentaba a la perversión de tener que IR A TRABAJAR”.

Ignatius (2015:41)

Ignatius anota esa oración en su cuaderno en el que escribe el “diario del chico trabajador”. Su madre lo obliga a conseguir un trabajo para poder pagar una deuda y por primera vez en su vida, a los treinta años, debe incursionar en el mercado laboral.

Contrario a la ética laboral estadounidense de la época, según la cual los empleados que trabajan duro consiguen el progreso material, Ignatius desprecia la idea de trabajar, la sociedad de consumo y el sistema de empleo. Es un hombre que no sigue los lineamientos de su época. En este sentido, frustra por completo la expectativas de su madre, la señora Reilly, respecto del sueño americano. Ignatius no se preocupa por ser exitoso en el mundo laboral porque no se siente interpelado por los valores de la sociedad estadounidense de la época.

“Soy un anacronismo. La gente se da cuenta y les fastidia”.

Ignatius (2015:69)

Ignatius tiene un modo de pensar medieval. Es decir, su desprecio por la sociedad moderna se explica por su fanatismo por los ideales de la Edad Media. Es fanático del escritor Boecio y seguidor de Rosvita, una monja santa. En este sentido, la caracterización de Ignatius es acertada. Sin embargo, en este caso, el protagonista lo enuncia para justificarse por no haber conseguido un empleo. Su madre ha insistido mucho para que consiga un trabajo, pero Ignatius va a las entrevistas sin deseos reales de conseguir los empleos.

“—No podría conseguir ni un esquimal ciego por lo que le pago a él. Le tengo en condiciones especiales, a precio de saldo. Y él cree que si intenta largarse puedo hacerle detener por vagancia. En conjunto, es un buen trato”.

Lana Lee (2015:116)

Lana Lee le cuenta a George sobre su nuevo empleado en Noche de Alegría, Jones. Se jacta de tenerlo a “precio de saldo” (2015:116), es decir, muy por debajo del salario mínimo. Ella puede hacerlo porque es muy difícil para él conseguir otro empleo, y porque permanecer sin trabajo implica arriesgarse a ser detenido por cargos de vagancia. Las leyes de vagancia son legislaciones que defienden la segregación racial y permiten que las personas que no puedan demostrar medios económicos de subsistencia vayan presas. Esto genera que una gran parte de la población afrodescendiente de la época mantenga situaciones laborales muy desfavorables para no enfrentarse a la posibilidad de terminar en la cárcel.

“La panacea de Myrna, para cualquier cosa, desde arcas caídas hasta depresión nerviosa, era el sexo”.

Ignatius (2015:135)

Una panacea es una solución mágica frente a todos los males. Lo que Ignatius considera sobre Myrna, su ex novia, es que está obsesionada con el sexo y lo utiliza para olvidarse de sus problemas. Es significativo que las actitudes con la que Myrna e Ignatius se enfrentan al sexo sean opuestas. Mientras Ignatius practica la castidad y se muestra asqueado cuando ve escenas sexuales en el cine, Myrna es una militante de la libertad sexual y piensa que tener relaciones sexuales ayudaría a Ignatius.

“Estaba decidida a que el fantasma de Ignatius J. Reilly no asediara su fiesta como tantas veladas de bolos”.

Narrador (2015:199)

Este enunciado se refiere a la señora Reilly. La madre de Ignatius tiene que hacer esfuerzos para no pensar en su hijo todo el tiempo. Cuando visita la casa de su amiga Santa, se propone sin éxito dejar de preocuparse por él.

Este enunciado describe muy bien la relación entre Ignatius y la señora Reilly. Ignatius se configura como un “fantasma” para su madre, como una presencia inmaterial que la escolta a todos lados. La señora Reilly pasa los días preocupada por su hijo pero, a la vez, no lo deja despegarse del nido materno. Utiliza el vínculo estrecho que tiene con Ignatius para escaparse de varias situaciones. Por ejemplo, se va apresuradamente de la casa de Santa diciendo que Ignatius ha dejado la canilla abierta y debe ir a controlarlo.

“El único regalo que pedía la señora Levy a sus hijas era que atacaran a su padre. A la señora Levy le encantaba la Navidad”.

Narrador (2015:241)

Este enunciado explicita el disfrute que siente la señora Levy cuando su marido, el señor Levy, sufre. El matrimonio de los Levy se basa en una relación de poder desigual, en la que la señora Levy consigue ventajas para amenazar a su marido y así obtener las cosas que quiere. Utiliza a sus hijas para subordinar a su marido. Como sus hijas no viven con ellos, la señora Levy controla la información que reciben sobre su padre. En ese sentido, lo amenaza para no incluir detalles negativos en lo que le cuenta a sus hijas sobre su padre.

“La mayoría de los necios no entienden mi visión del mundo en absoluto”.

Ignatius (2015:259)

Este enunciado se relaciona con el título y con el epígrafe de la novela. El epígrafe se desprende de un texto de Jonathan Swift, importante escritor británico.

La cita deja en claro la excentricidad de Ignatius: es un personaje incomprendido y por eso se constituye como un marginado de la sociedad moderna. Lo que el epígrafe de Swift suma a la idea de la marginación es la genialidad: “Cuando en el mundo aparece un verdadero genio, puede identificársele por este signo: todos los necios se conjuran contra él”. Lo que sugiere el escritor inglés es que la incomprensión de los demás es un signo de genialidad. En este sentido, Toole insinúa con este epígrafe que Ignatius tiene rasgos de genialidad.

“No sabes cuánto te agradezco que seas lo bastante sensible para analizar los delirios de mis cartas. Eran señales angustiosas escritas en un código que tú, gracias a Dios, supiste comprender”.

Ignatius (2015:383)

Ignatius le dice eso a Myrna en el capítulo final de la novela, cuando ella va a rescatarlo. Aunque él se encuentra enojado con ella y sueña con vengarse, le miente y le dice lo que ella quiere escuchar porque sabe que la necesita. En este capítulo se evidencia el poder manipulador que tiene Ignatius. Complace a Myrna porque necesita subirse a su auto y escapar de la ambulancia del Hospital de Caridad que lo busca.