¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?

¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? Resumen y Análisis Capítulos 13-15

Resumen

Capítulo 13

John Isidore regresa a casa luego de un día de trabajo con una botella de champagne que tenía guardada desde hace años en una caja de seguridad en espera de poder compartirla con alguien. Lleva también compras para un verdadero banquete con la idea de preparar una cena para él y Pris Stratton.

Cuando llega al edificio abandonado en el que viven él y Pris, ella lo deja pasar a su departamento, pero no acepta el champagne ni las compras y le pide que se retire. Isidore no comprende los motivos y ella no ofrece otra explicación que esta: “Conmigo sería como desperdiciarlas” (p.179). Antes de irse, Isidore le dice a Pris que los motivos por los cuales ella debe estar tan triste y temerosa es porque le hacen falta amigos y compañía. Ella le contesta que sí tiene amigos, pero que es probable que estén todos muertos a manos de los cazarrecompensas.

John no tiene idea quiénes son los cazarrecompensas y desconfía de lo que le dice Pris porque el amigable Buster nunca habló de ellos en su programa. Aparte, si existieran tales personas, estarían rompiendo con los principios del mercerismo que sostiene que: “Todas las vidas son una. Ningún hombre es una isla” (p. 180).

Pris comparte su historia con Isidore. Ella vino de Marte junto con otros ocho. Roy e Irmgard Baty son sus mejores amigos. El problema es que todos ellos están siendo perseguidos por los cazarrecompensas. Roy e Irmgard eran los dueños de una farmacia y gracias a ellos Pris había tenido acceso a medicamentos para lidiar con las dificultades de vivir en Marte. La vida allí puede ser muy solitaria. Isidore le pregunta si no podía solucionar la soledad con la compañía de un androide, a lo que Pris contesta: “También los androides se sienten solos” (p.182).

Pris continúa con su relato y le dice a Isidore que en Marte era posible conseguir libros de ficción precolonial que describían viajes espaciales y colonización extra espacial. En esos libros antiguos la colonización y los territorios que exploran los terrícolas aparecen idealizados, como si se tratara de una utopía. La realidad de las colonias, por el contrario, es mucho peor.

De repente, alguien toca la puerta del departamento de Pris. Ella deja de hablar, se levanta a buscar un papel y un bolígrafo para comunicarse por escrito con Isidore. Le pide que abra la puerta y compruebe quién está allí. Isidore obedece, abre la puerta y se encuentra con Roy e Irmgard Baty, los mejores amigos de Pris. Irmgrad y Pris se dan un gran abrazo.

Capítulo 14

Los tres amigos hablan entre ellos. Luego de unos minutos, Pris les presenta a Isidore y les dice a sus amigos que él cuida de ella, pero lo hace “con cierta nota de sarcasmo malicioso” (p.187).

Roy e Irmgard traen la noticia de que los cazarrecompensas habían matado a Polokov, Garland y Luft. Pris está afligida por la noticia mientras que Roy insiste en que ellos han sido imprudentes por llevar vidas públicas. Ahora que solo quedan tres deberían permanecer juntos para hacer frente a los cazarrecompensas. Según Roy a Pris le conviene mudarse al departamento de Isidore. Ella se enoja porque no entiende por qué debe vivir con un “cabeza hueca”. Roy le advierte que en un momento tan delicado no le conviene comportarse como una esnob.

Por su parte, Isidore está dispuesto a recibirla y cuidar de Pris. Por un momento, Isidore piensa que estas personas deben haber hecho algo mal para que alguien los persiga, pero rápidamente descarta esa idea y piensa que deben haberse escapado de Marte ilegalmente. En lugar de desconfiar de ellos, Isidore propone que los tres se muden a vivir con él. Irmgard le agradece y dice que es el primer amigo que han hecho en la Tierra. Una vez en el departamento de Isidore, Pris le miente diciendo que en realidad no vinieron de Marte, sino que estaban internados en un manicomio porque sufren de esquizofrenia, pero lograron escapar. Isidore todavía es capaz de razonar, por lo que le dice que es imposible que alguien quiera matarlos porque toda vida, incluida la de los enfermos mentales, es sagrada.

Roy interrumpe la discusión de Pris e Isidore sobre cuáles formas de vida son consideradas sagradas en esa sociedad. Isidore instala un sistema de alarma que percibe la presencia de “entidad mentativa” (p.195) que los alertará cuando un humano pensante se encuentre en el lugar. Además, la alarma está equipada con un climatizador Penfield programado para generar pánico en la persona que sea detectada por la alarma. A Roy no parece importarle demasiado.

A partir de una discusión entre Roy y Pris acerca de la alarma y el climatizador, Isidore finalmente comprende que ellos son androides y por eso están siendo buscados por los cazarrecompensas, ya que Roy utiliza la palabra “humanos” sin darse cuenta o asumiendo que Isidore no va a comprender lo que sucede. De todas maneras, a Isidore no le cambia demasiado enterarse de que son androides porque las personas tampoco lo tratan bien y lo consideran un ciudadano de segunda. Si bien Irmgard confía en Isidore, Pris y Roy no están seguros y deciden hacer una votación para decidir si se van a quedar con Isidore o no. Irmgard insiste en que no van a encontrar otro humano que los acoja porque Isidore es “especial”.

Capítulo 15

En la votación sobre Isidore, Irmgard vota por quedarse con él, Roy sugiere matarlo y esconderse en otro lado y Pris dirime al elegir quedarse con Isidore. Para ella, sus opciones son limitadas y está claro que no pueden vivir entre los humanos pretendiendo ser uno de ellos sin ser descubiertos. Isidore, al ser especial, no supone un peligro tan grande. Roy no está de acuerdo porque piensa que tal vez los otros androides a los que ya retiraron pensaron lo mismo, confiaron en la persona equivocada y terminaron muertos. Irmgard piensa que el verdadero motivo por el cual no se llegan a salvar los androides es porque confían demasiado en su propia inteligencia superior. Frente a toda esta discusión, Isidore solo insiste en que está dispuesto a cuidar de ellos porque considera que esta es “la culminación de toda su vida” (p.202).

Acá hay un corte que nos lleva nuevamente a la trama de Rick. Luego de recibir su recompensa por los tres androides retirados, Rick acude a una tienda de animales reales. Se decide por una cabra, un animal costoso. Los $3000 dólares de recompensa solo le alcanzan para el pago inicial y el resto deberá pagar cada mes.

A pesar de la presión de pagar cuotas altas todos los meses, Rick está feliz e inmediatamente va a casa para contarle a Iran sobre su nueva posesión. Rick lleva a Iran a la azotea del edificio y le muestra la cabra en una jaula. Ella al principio no está contenta de que Rick haya tomado la decisión de comprar un animal sin consultar con ella cuál comprar. Rick le explica que necesitaba ir a comprar inmediatamente un animal luego de haber retirado tres androides y ofrece la siguiente explicación: “Tenía que comprarlo […] Algo se torció hoy, algo respecto a lo de retirarlos” (p.206). Cuando ve la cabra, Iran se pone contenta y está entusiasmada con la compra. Bill Barbour, su vecino, los felicita por el animal y les ofrece cambiar su potro por los cabritos que pueda llegar a tener la cabra.

Iran le propone a Rick volver al departamento para entrar en la caja empática y agradecer a Mercer por la cabra. Rick no quiere bajar, prefiere quedarse más tiempo con la cabra. Iran intenta convencerlo argumentando que sería inmoral no compartir con otros seguidores del mercerismo el buen humor que sienten ambos por la compra. Recientemente Iran había compartido con otro seguidor la pena por la muerte de su animal verdadero, otros compartían sus alegrías; era esa la manera correcta de comportarse bajo el mercerismo.

Rick comparte con su mujer lo que le sucedió con Phil Resch y como ahora comprende un poco mejor a las personas como Iran que sienten empatía por todos los seres. Iran no responde de la manera en que espera Rick porque, en lugar de alegrarse por su cambio con respecto a los androides, se preocupa por el futuro económico de ambos y sobre cómo van a poder pagar las cuotas de la cabra.

Una llamada del inspector Bryant interrumpe la conversación de Rick y su esposa. El inspector le informa a Rick que saben dónde están los tres androides Nexus-6 que faltan. Bryant le advierte que los androides están sobre aviso y saben que alguien los va a ir a buscar. Rick demuestra que no tiene apuro por ir a cumplir con su misión, pero Bryant le ordena que la cumpla esa misma noche. Rick le dice que luego de retirar a estos tres androides planea comprarse una oveja de verdad y piensa: “Necesito una de verdad. En compensación” (p.213).

Luego de la llamada, Rick utiliza la caja empática para fusionarse con Mercer. Antes de empezar la sesión, Rick reflexiona sobre el sufrimiento de Mercer y envidia su situación porque por lo menos Mercer no tiene que hacer algo que va en contra de sus propios principios.

Cuando toma las manijas de la caja empática, Rick puede ver un paisaje desolado, desértico. Ante Rick aparece la figura de un hombre con expresión dolorida que le dice que él es su amigo, pero que debe vivir su vida como si él no existiera. Ese hombre es Mercer, quien le dice a Rick que debe seguir adelante con su misión aún cuando implica traicionarse a sí mismo. Rick no entiende cuál es el propósito de Mercer si no lo puede ayudar. Mercer le contesta que su función no es ofrecer una salvación, sino mostrarles a las personas que no están solas. De pronto, alguien arroja una piedra que alcanza la oreja de Mercer; Rick deja ir las manijas y sale de la caja empática con una herida sangrante en la oreja.

Iran lo espera afuera de la caja para limpiarle la herida. Rick le dice que la experiencia de fusión fue una pérdida de tiempo porque Mercer no es más que un hombre que sube una colina hacia su muerte. A Iran eso le parece suficiente como revelación, pero Rick siente que algo más importante ya le fue revelado en su experiencia con Luba y Resch.

Rick se va de casa para cumplir con su misión. Decide que la ayuda de Rachael Rosen puede venir bien y la llama. Rachael contesta la llamada, pero le dice que no va a poder ir a San Francisco desde Seattle esa noche. Rick insiste en que debe ayudarle a retirar a los androides que quedan. Además, le propone encontrarse con ella en un hotel. Al final, Rachael acepta ir y encontrarse con Rick en el Hotel St. Francis.

Análisis

La interacción de Isidore con los androides hace que su altruismo se destaque en la medida en que Roy, Pris e Irmgard entran en modo supervivencia. Por un lado, Isidore representa lo mejor de la humanidad porque es un hombre que toma decisiones emocionales que tienen como base su deseo de cuidar de otros y dar una mano. El momento que mejor encarna el altruismo de Isidore es cuando piensa que cuidar de los androides es “la cúspide, la culminación de toda su vida” (p.202). Para él, cuidar de otro supone la cima de sus aspiraciones y es extensiva a todos los seres con los que se relaciona, no únicamente los que están vivos. Su experiencia como ciudadano marginado le permite empatizar con los androides y sentirse conmovido por la persecución de la que son víctimas como cuando explica por qué a él no le importa que sean androides. Isidore dice: “ellos tampoco me tratan demasiado bien” (p.197), refiriéndose a las personas que no son “especiales” como él. Al no tener demasiadas pretensiones, Isidore no valora tanto su vida como para ponerla por delante de otros; es un hombre que no conoce el egoísmo. Sus limitaciones intelectuales se convierten en una fortaleza porque su razón no está por delante de sus principios.

Lo contrario sucede con los androides quienes han sido construidos para emular e incluso superar las capacidades intelectuales de los humanos. Irgmard reflexiona sobre el principal defecto de los androides que según ella los ha llevado a su propia destrucción: “Te diré en lo que confiamos que puede acabar arruinándonos, Roy: ¡Confiamos en nuestra jodida inteligencia superior!” (p.202). Si bien el mercerismo sugiere que lo mejor que tienen los seres humanos es su capacidad empática, a través de la creación de androides los humanos han elegido emular solamente su dimensión intelectual, exacerbando sus peores defectos a partir de no temperar su racionalidad y su impulso de supervivencia a través de los sentimientos.

De todas maneras, en esta parte de la novela parece abrirse una posibilidad más esperanzadora para los androides porque al estar en contacto con alguien tan puro como Isidore tanto Irmgard como Pris empiezan a confiar y ha mostrarse más cálidas y compresivas. Inclusive, Irmgard demuestra gratitud ante Isidore. Los seres humanos han condenado a los androides a una vida de esclavitud en Marte o una vida de marginalidad en la Tierra y por eso los han condenado a ser “predadores solitarios”, incapaces de empatizar. No obstante, aunque sutiles, los cambios que observamos en los androides solo por entrar en contacto con un ser humano como Isidore parecen abrir un camino para la convivencia.

A medida que Pris se muestra menos recelosa ante Isidore y comparte con él algunos aspectos de su pasado, el autor aprovecha para hablar sobre el mismo género que él cultiva: la ciencia ficción. Pris le habla a Isidore sobre libros de ciencia ficción precolonial que romantizan la colonización y resultan utópicos frente a la realidad que se vive en ese momento. Dick incluye un guiño autorreferencial en este fragmento metatextual al incluir un comentario irónico sobre la ciencia ficción: en Marte los libros de este género son un bien de lujo que pueden llegar a enriquecer a quien los comercie; paradójicamente, Dick apenas pudo mantenerse con lo que ganaba como escritor de ciencia ficción. Ya en una clave más sombría, lo que puede sugerir esta reflexión sobre la ciencia ficción es que por más oscura y desoladora que sea, la realidad puede superarla. En este sentido podemos tomar la conversación en torno a la ficción poscolonial como una advertencia.

En ambas tramas -la de Rick y la de Isidore- la novela explora el problema del capitalismo y el consumo desmedido. Los problemas que atraviesan los androides se originan en la necesidad del mercado de construir esclavos para el sistema económico y social. Los androides son parecidos a los humanos en casi todos los aspectos, incluso sufren de depresión y se vuelven adictos a los calmantes, pero se diferencian en que siempre serán considerados un peligro mientras no ocupen el lugar que les ha sido destinado. Los androides no son el problema para los humanos, solo aquellos que se rebelan y no aceptan el lugar que les ha sido asignado. Acá podemos establecer un paralelo entre los androides y las personas que componen la clase trabajadora que son admitidos siempre y cuando ocupen su lugar como engranaje del sistema.

Asimismo, vemos en Rick e Iran los hábitos de una clase social más acomodada, pero que también debe cumplir con su rol dentro del sistema. A pesar de haberse comprado ya una cabra auténtica, cuando Rick recibe el llamado del inspector Bryant para ir a retirar a los otros tres androides, lo primero que piensa Rick es en comprarse una oveja como consuelo luego de tener que hacer algo que considera ajeno a los nuevos valores que ha descubierto. La novela critica el consumo como una forma de compensar las incongruencias que exige el sistema. Incluso en un personaje menos egoísta que Rick como lo es su esposa Iran vemos una discrepancia entre los valores y los deseos. Lo primero que le viene a la mente cuando piensa en que Rick está pensando en dejar su trabajo es en cómo completar las cuotas por la cabra. Si bien al principio de la novela Iran le reprocha a su marido su trabajo por considerarlo poco empático, cuando debe enfrentarse a las consecuencias económicas que suponen la renuncia de Rick, ya no le resulta tan fácil ser coherente con sus valores.

En definitiva, en cuanto a las relaciones, la novela explora el utilitarismo. En una lógica capitalista e individualista, solo importan las personas en cuanto son útiles. Isidore es el único personaje que constantemente se plantea como puede él ser útil para otros, mientras que los androides y Rick solo pueden pensar en como otros pueden serles útiles a ellos. Nuevamente vemos que la novela utiliza el tema del doble. Por ejemplo, vemos a Rick e Iran reflejados en Roy e Irmgard: los hombres son más egoístas y solo pueden pensar en su propio beneficio, las mujeres tienen mayor capacidad empática. Asimismo, vemos como los androides que son oprimidos en Marte, vienen a la Tierra a oprimir a otros que consideran inferiores como Isidore.

De todas maneras, Rick ya no es el mismo de los primeros capítulos. Vemos que ha adquirido una nueva apreciación por su esposa y por otros seguidores del mercerismo. A partir de su experiencia de auténtica empatía por Luba Luft, Rick ahora comprende por qué su mujer le reprochaba que se dedicase a matar androides. Incluso su actitud con la cabra muestra que su deseo de tener mayor prestigio social convive con un deseo más auténtico de cuidar de otro. Por otro lado, si bien Rick se decepciona de Mercer cuando este no le ofrece una respuesta concreta ni satisfactoria, Iran le hace caer en la cuenta de que la revelación respecto de que las personas no están solas y pueden acompañarse en su sufrimiento es valiosa. Precisamente la comunión con otros es lo que separa a los humanos de los predadores solitarios. Además, la lección que debe aprender Rick no es que no debe matar a un androide, sino que debe ser capaz de hacerlo sin la actitud despiadada de Resch.