¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?

¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? Imágenes

El silencio

A lo largo de la novela se describe varias veces en detalle cómo es el silencio en este mundo post apocalíptico en el que la ausencia de vida se manifiesta muchas veces precisamente por la ausencia del ruido. En la descripción del silencio que aparece en el segundo capítulo en el que Isidore se encuentra solo en un gran edificio abandonado, la ausencia de sonido en realidad cobra cuerpo. El narrador recurre a la sinestesia para describir el silencio cuando focaliza desde Isidore que dice: "no solo agredía los oídos, sino los ojos... el silencio como un ente visible" (p.33). Isidore puede "ver" el recorrido del silencio que "saltaba de la carpintería y de las paredes" (p.32). Cuando Isidore apaga el televisor, el silencio se alza "como si fuera generado por un gigantesco molino" (p.32), imagen que nos permite percibir el silencio como algo que se expande hacia todos lados y recorre ese edificio.

El aspecto físico de las personas afectadas por el polvo radiactivo

Tras la Guerra Mundial Terminus, la Tierra se encuentra cubierta por una capa de polvo radiactivo. Esa capa no permite que haya luz y limita la visibilidad tanto que es imposible ver las estrellas desde la Tierra. La densidad de la capa de polvo no es constante: hay días en las que cae lluvia de polvo y otros días en que está más despejado. El polvo es ubicuo y la novela menciona muchas veces como el polvo lo cubre todo. El aspecto de las personas se ve afectado por el polvo. Así es como Isidore describe a Hannibal Sloat, su jefe: "Con los años el polvo le había ido erosionando. Le había agrisado las facciones, al igual que los pensamientos; le había encogido y le había espigado las piernas, y vuelto inseguro su andar. Contemplaba el mundo a través de unas lentes literalmente gruesas por el polvo" (p.98). Asimismo, sabemos que a Milt, el reparador de animales eléctricos, también ha sido afectado cuando Hannibal le dice: "Tienes la piel del color de la caca de un perro" (p.103) para demostrar que no solo él sufre las consecuencias del polvo radioactivo.

El mundo tumba

Otra de las visiones que las personas pueden experimentar con la caja empática es el mundo tumba: un lugar donde se ve la degradación total del mundo. En ese lugar los usuarios están rodeados de animales desmembrados, huesos, restos putrefactos. Cuando Isidore camina en el mundo tumba escucha el crujir de los huesos que pisa. En ese mundo es donde Mercer le devuelve a Isidore la araña a la que antes de ver siente porque le pasa por los pies. En la descripción que hace el narrador de este mundo utiliza una serie de imágenes que apelan a distintos sentidos. Por ejemplo, describe el sonido de los pasos que da Isidore sobre las montañas de huesos y utiliza una comparación "secos como juncos" (p.252) para luego crear una imagen auditiva: los huesos crujen como "esquirlas bajo los zapatos" (p.252). Más adelante, apela al tacto cuando Isidore siente "un viento seco" que hace que se desmoronen las torres de huesos. El modo en que encuentra la araña también apela al tacto porque Isidore primero siente como "algo reptó por su pie" (p.252).