Luna de enfrente

Luna de enfrente Resumen y Análisis "La promisión en alta mar"

Resumen

En este poema, nuevamente, aparece como protagónico el mar, así como también lo hacen las estrellas y el cielo más en general. En esta descripción desde alta mar, desde la lejanía, el yo lírico le habla a su patria.

Análisis

En este poema, la voz poética se dirige en segunda persona a su patria, a quien le escribe desde un tono que atraviesa todo el poemario: aquel de la lejanía. Esto se hace visible desde el primer verso: "No he recobrado tu cercanía, mi patria, pero ya tengo tus estrellas" (p. 67). A pesar de la lejanía (probablemente física: ¿acaso la voz poética escribe, como sugiere el título, desde "alta mar"?), la voz poética se dirige a su patria en un tono sentido, es decir, cercano en el sentimiento.

En este poema, como en tantos otros a través de este libro, aparecen como motivos el mar, la luz y la lejanía. Desde lejos, la voz poética se dirige a su patria para decirle que aún no ha podido recobrar su cercanía, pero que "ya t[iene] [sus] estrellas" (p. 67). Las estrellas, en este caso, son la luz, que representa la esperanza de ese encuentro con la patria lejana pero que, a la vez, no deja de ser la luz literal de las estrellas, inalcanzables en el firmamento.

Sin embargo, aparecen en este poema tres versos con marcas deícticas espaciales muy interesantes en este sentido. Cuando la voz poética se refiere a las estrellas, dice: "Vienen del patio donde el aljibe es una torre inversa entre dos cielos. / Vienen del creciente jardín cuya inquietud arriba al pie del muro como un agua sombría. / Vienen de un lacio atardecer de provincia, manso como un yuyal" (p. 67). De este modo, en el uso y en la repetición de la palabra "vienen", con su correspondiente marca deíctica, el lector puede apreciar cómo las estrellas se acercan a la voz poética.

De este modo, hacia el final del poema, la voz poética admira la fortaleza de la luz y su persistencia: "Son inmortales y vehementes; no ha de medir su eternidad ningún pueblo. / Ante su firmeza de luz todas las noches de los hombres se curvarán como hojas secas" (p. 67), hasta que, en el verso final, pareciera que el encuentro entre el yo lírico y su patria, esa promesa, se vuelve posible por medio de la luz de las estrellas en alta mar: "Son un claro país y de algún modo está mi tierra en su ámbito" (p. 67).