La vida del Buscón

La vida del Buscón Resumen

Pablos narra a un señor, a quien se refiere como “Vuestra Merced”, los sucesos de su vida pasada. Ha nacido en Segovia, hijo de un barbero, que además es ladrón, y de una prostituta sospechada de hacer brujería. Estos se empeñan en que Pablos siga su modelo, pero el chico quiere aprender las virtudes y los buenos pensamientos, y les pide que lo manden a la escuela.

Allí, Pablos sufre la discriminación de otros compañeros por la deshonra de sus padres, pero se hace amigo de don Diego Coronel, hijo del caballero don Alonso Coronel de Zúñiga. Sin embargo, fruto de un malentendido, Pablos es acusado injustamente de un robo y humillado públicamente. La familia de don Diego decide sacarlo de la escuela y mandarlo a un pupilaje, y le ofrece a Pablos acompañarlo como su criado. Pablos, que aspira a convertirse en un caballero, accede, y, a través de una carta, se despide de sus padres y abandona su casa.

Pablos y Diego se instalan en un pupilaje en Segovia dirigido por un clérigo pobre. Allí, todos los internos sufren un hambre extrema y viven en condiciones tan miserables que un día uno de los alumnos enferma y muere. Por fin, Don Alonso rescata a Diego y Pablos, a quienes encuentra en un estado de desnutrición notable. Luego de meses de recuperación en casa de don Alonso, Diego es enviado a Alcalá a estudiar y Pablos lo acompaña como criado.

En la escuela de Alcalá, Diego es bien recibido por alumnos de familias nobles, pero Pablos corre otra suerte: es humillado por sus compañeros, que lo burlan y escupen; es golpeado por el huésped que lo aloja y por Diego, y es traicionado por los otros criados que viven con él. Con ello, Pablos comprende que debe estar alerta y velar por su seguridad. Así, recuperado de la traición, se dispone a ser un pícaro, para lo cual se asocia con el ama de la casa para engañar a Diego y robar parte del dinero destinado a las compras, con lo cual reúne bastante a costas de su amo. Suma a ello otros robos más graves, que lo hacen ganarse la fama de travieso y el favor de muchos caballeros. Sin embargo, pronto llega una carta de don Alonso que, a su vez, incluye una carta del verdugo Alonso Ramplón, tío de Pablos. En ella, Alonso Ramplón le cuenta a su sobrino que su padre murió hace unos días, ajusticiado en la horca, y que él mismo debió descuartizarlo. Asimismo, le anuncia que su madre también ha sido apresada por la Inquisición, acusada de brujería, y que él será su verdugo también. Por último, lo invita a visitarlo en Segovia para darle una pequeña herencia que le ha quedado.

Pablos le cuenta las novedades a Diego, quien, a su vez, le anuncia su partida; don Alonso lo insta a regresar a su casa y desprenderse de Pablos, a quien se le adjudican graves travesuras. Diego se ofrece a dejarlo a cargo de otro caballero, pero Pablos no quiere seguir siendo un criado, pues aspira a convertirse en un hombre de más autoridad. Finalmente, huye de Alcalá en secreto, para no pagar las deudas allí contraídas, y viaja rumbo a Segovia a cobrar su herencia.

En Segovia, Pablos se encuentra con su tío, que lo invita a su casa, donde monta un banquete para él y unos amigos suyos, un grupo de atorrantes corruptos y groseros. Pablos siente rechazo por personas tan viles y refuerza su deseo de rodearse de gente principal. Por eso, toma su herencia y huye, dejándole una carta al tío en la que dice que no quiere volver a verlo. Pablos quiere empezar una nueva vida y negar la sangre en común que tiene con personas tan viles como sus padres y su tío. Se propone, entonces, ir a la Corte, donde nadie lo conoce y puede valerse de sus habilidades para convertirse en alguien importante. De camino a Madrid, conoce a un hidalgo que disfraza su absoluta pobreza con una apariencia de riqueza, y le cuenta a Pablos las ingeniosas estrategias que él y su grupo de amigos pobres llevan adelante para subsistir en la Corte sin ningún recurso.

En Madrid, Toribio lleva a Pablos a su casa, donde conoce a la pandilla de pícaros que lo acompañan. Junto a ellos, Pablos aprende a buscarse la vida, fingiendo ser un hombre adinerado para engañar a la gente y conseguir alimento gratis y dinero. Sin embargo, la pandilla es descubierta y arrestada. En la cárcel, Pablos aprovecha su fortuna para sobornar al carcelero, a un escribano, a un relator y a un alcaide, y consigue que los saquen de la cárcel. Sus amigos son humillados públicamente y desterrados, mientras que Pablos sale libre bajo fianza.

Enseguida se instala en una posada, donde trata de conquistar a la hija de los dueños, Berenguela, con el fin de contraer matrimonio. Para eso, emplea estrategias de engaño elaboradas para aparentar ser rico. A pesar de su apariencia desaliñada y pobre, la familia cree sus engaños y comienza a planear el casamiento. Pero pronto, todos comienzan a sospechar de sus mentiras, de modo que Pablos idea un plan de huida, para ahorrarse así pagar otra vez sus deudas: le pide a un conocido, llamado Brandalagas, que acuda a la posada fingiendo arrestarlo en nombre de la Inquisición. Con la ayuda de Brandalagas y sus amigos, Pablos cambia de apariencia y continúa la búsqueda de una mujer adinerada con la que casarse.

Con un caballo alquilado, Pablos atrae a dos caballeros que lo invitan a un paseo al Prado, donde le presentan a dos muchachas que van acompañadas de su tía y su madre. Pablos se empeña en cautivar a estas últimas, y consigue que le ofrezcan en matrimonio a una de las muchachas. Interesados en cobrar la dote, Pablos, Brandalagas y sus amigos reúnen dinero para que aquel corteje a las mujeres con una merienda. Pero pronto aparece don Diego Coronel, que resulta ser el primo de las mujeres. Al ver a Pablos, Diego asegura haberlo confundido con un criado atorrante y ruin que tuvo, y todos se burlan de que confunda a semejante caballero con un hombre tan bajo. Pablos intenta ocultar su humillación, pero despierta sospechas sobre Diego, quien se dispone a espiarlo y descubre sus engaños.

En venganza por su picardía, Diego manda a los dos caballeros a darle una fuerte golpiza a Pablos, que queda gravemente herido. Maltrecho y pobre (Brandalagas ha huido, robándose toda su herencia), Pablos sale a la calle, fingiendo ser un mendigo, para conseguir dinero. Allí conoce a otros mendigos, de quienes aprende estrategias delictivas para forjarse una pequeña fortuna, la cual le permite abandonar la Corte y dirigirse rumbo a Toledo.

De camino a Toledo, Pablos conoce a un grupo de actores que lo invitan a unirse a su compañía teatral. Se convierte en actor, escritor de comedias y poeta por encargo. Con esas destrezas, se hace rico y se compra una casa. Pronto se disuelve la compañía, y el joven se convierte en un galán de monjas. Empeña muchas jornadas en cortejar a su monja pero, al darse cuenta de que el encuentro con ella jamás se concretará, la abandona y parte rumbo a Sevilla. Allí, Pablos conoce a un cuchillero a sueldo que le presenta a otros cuchilleros. Junto a ellos, Pablos se emborracha y, dejándose llevar, mata a unos corchetes. Huyendo de la justicia, Pablos y los cuchilleros se refugian en una iglesia, donde Pablos conoce a una prostituta, de la que se enamora. Luego de días de ser perseguidos por la justicia, y cansado de ser fugitivo, Pablos le propone a su enamorada cambiar de mundo y buscar una mejor vida en las Indias. Sin embargo, anticipa a su interlocutor que su vida solo empeoró allí, y promete contar las peripecias allí vividas en la segunda parte del relato.