La vida del Buscón

La vida del Buscón El Siglo de Oro español

El Siglo de Oro en España es un periodo de apogeo cultural y económico comprendido entre el siglo XVI y el siglo XVII. Estrictamente, se ha precisado su extensión desde la publicación de la Gramática castellana de Nebrija, en 1492, hasta la muerte de Calderón de la Barca, el último gran escritor del periodo, en 1681.

A raíz del fin de la Reconquista de la península ibérica por los Reyes Católicos, y en coincidencia con la conquista de América (que demostraba sus capacidades colonizadoras), se inició en España un periodo de auge, que la puso en la mira del resto de los países de Europa. Tal como su nombre lo indica, se trató de un periodo glorioso en el que florecieron el pensamiento, el arte y las letras españolas. El periodo también se caracterizó por una primera etapa, durante el siglo XVI, de prosperidad política y económica también, en el que España se convirtió en potencia hegemónica de Europa, y una segunda, en el siglo XVII, en que se experimentó un desgaste de esa hegemonía y un agotamiento de la monarquía española, durante el reinado de los denominados "Austrias menores".

El Siglo de Oro español abarcó dos periodos estéticos: el Renacimiento del siglo XVI y el Barroco del siglo XVII. En literatura, los primeros exponentes de la etapa renacentista fueron Garcilaso de la Vega y Fray Luis de León. En simultáneo, apareció la novela picaresca, con el anónimo El Lazarillo de Tormes en 1554, pieza fundamental de la literatura de este periodo, que inauguraría una serie de novelas picarescas, entre las que cabe mencionar también El Guzmán de Alfarache, de Mateo Alemán.

En contraste con la crisis política que comienza a vislumbrarse durante el Barroco, este periodo estuvo igualmente caracterizado por una riqueza artística de notables alcances. En la etapa barroca, se consagraron Francisco de Quevedo y Luis de Góngora, y las obras más relevantes del periodo son La vida del Buscón, de Quevedo, y la obra cumbre de la literatura española, El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha. En teatro, los exponentes del Barroco fueron Lope de Vega y Calderón de la Barca; en pintura, Diego Velázquez y El Greco.

Francisco de Quevedo, escritor del Siglo de Oro y, en particular, del periodo barroco, fue un gran crítico de su época, y su obra es crónica de una España que, luego de años de esplendor, se encuentra en declive. Efectivamente, unos años después de la muerte de Quevedo, llegó el fin del apogeo del Imperio español y de su hegemonía territorial sobre Europa. Quevedo expone en su literatura los signos de esa decadencia: los crímenes de la Inquisición y la censura, el choque entre ricos y pobres, la degradación moral de la sociedad, la corrupción, la desidia de los reyes. Por eso se vale de la sátira como un recurso habitual para criticar y caricaturizar esa España.