Romancero gitano

Romancero gitano Resumen y Análisis "Burla de Don Pedro a caballo"

Resumen

"Burla de Don Pedro a caballo" es otro poema dividido en segmentos. En "Romance con lagunas" se presenta al protagonista, Don Pedro, que llega montado a caballo en busca de pan y besos. Está llorando. En "Primera laguna" salen dos lunas en el cielo y un niño las confunde con platillos, como si fueran instrumentos musicales. En "Sigue", Don Pedro llega a una lejana ciudad de oro, entre un bosque de cedros. El poema se pregunta "¿Es Belén?" (288). Los techos y el cielo brillan. Dos mujeres y un anciano con velas encuentran a Don Pedro. En "Segunda laguna" se repiten dos versos presentados en la "Primera laguna": "Bajo el agua / siguen las palabras" (289) y se forma un círculo de aves y fuego en el cielo. Luego hay un segundo "Sigue", en que las dos mujeres y el anciano van con sus velas al cementerio, y encuentran muerto al caballo de Don Pedro. La gran ciudad lejana se incendia y un hombre, Don Pedro, se adentra en la tierra llorando. Finalmente, en "Última laguna" se presenta una variación a los versos repetidos: "Bajo el agua / están las palabras" (290), y por último, el cuerpo muerto de Don Pedro aparece también bajo el agua, olvidado y jugando con las ranas.

Análisis

Este poema se publica por primera vez con el título "Romance con lagunas" en 1927 en la revista Mediodía, y también se incluye en una carta que el autor le envía a Joaquín Romero Murbe ese mismo año. Está dedicado a Jean Cassou, hispanista francés y traductor de algunos poemas de Lorca.

"Burla de Don Pedro a caballo" forma parte de la sección final del Romancero gitano, es decir, se trata de un romance de tema histórico. En él se retoma la figura de un caballero cómico de los relatos populares. Ese dato permite explicar el uso de la palabra "burla" para comenzar su título, término que resulta muy disonante en este libro, de tono apenado, melancólico y trágico. Además, la idea de burla establece un gran contraste con el poema anterior, sobre el martirio de Santa Olalla y el siguiente, sobre la violación de Amnón a Thamar.

Los especialistas sostienen, entonces, que este poema es una revisión del romance popular como género y que la crítica (en tono de burla) se produce sobre todo a través del concepto de "laguna". Por un lado, esta palabra remite directamente al cuerpo de agua similar a un lago, pero de menor volumen. Pero por el otro, remite al vacío de información, a los silencios o "lagunas" del lenguaje en los poemas que tienen forma de romance. Como se ha mencionado, es una forma poética que aprovecha mucho el recurso de la elipsis, el pasaje de una escena o situación a otra sin narrar el pasaje. Por ejemplo, varios personajes de este romancero son presentados como muertos sin contar qué les ha ocurrido o cómo ha sido su muerte, tal como ocurre aquí con el caballo de Don Pedro: "Entre los azafranes / han encontrado muerto / el sombrío caballo / de Don Pedro" (289) y luego con el propio protagonista, ya que la última estrofa menciona su cuerpo muerto, hundido bajo el agua, sin antes explicar qué le ha ocurrido.

Esta línea de interpretación nos permite entender mejor los versos que se repiten en "Burla de Don Pedro a caballo": "Bajo el agua / siguen las palabras". Es decir, en los romances, muchas palabras están ocultas, sumergidas bajo el agua; no podemos leerlas, hay lagunas. Y lo mismo ocurre con el cuerpo del protagonista cuando al final aparece muerto, aunque el poema no narra en ningún momento cómo llega a morir, qué ha ocurrido con él.

Si bien el poema exhibe muchos elementos típicos del lenguaje poético en general y de la poesía de Lorca en particular, como la luna, los ruiseñores, diversos elementos de la naturaleza, bosques y guitarras, ninguno de ellos parece cumplir una función elevada. No son recursos líricos, épicos ni trágicos. Por el contrario, están burlados, parodiados. Es necesario preguntar de qué se burla el poeta aquí. No obstante, parece imposible encontrar una respuesta. Lo cierto es que este romance permite desarmar algunas características típicas de los romances, poniendo el énfasis sobre todo en el aprovechamiento de las elipsis y los silencios (o las "lagunas") como recurso vital del género.