Muerte de un viajante

Muerte de un viajante Muerte de un viajante y el sueño americano

Muerte de un viajante es considerada por muchos la quintaesencia de la obra literaria moderna sobre el sueño americano. Esto es en cierto sentido irónico, en tanto la obra aborda esta temática desde su lado oscuro, desde la frustración que esa noción puede suscitar en las personas.

El sueño americano es un término creado por James Truslow Adams en su libro de 1931, La épica de América. Sin embargo, la idea es tan antigua como la nación misma: el país fue visto muchas veces, desde sus inicios, como un frente vacío a ser explorado y conquistado. Al contrario del Viejo Continente, el Nuevo Continente no funcionaba con jerarquías sociales: allí, un hombre podía ser lo que quisiera; sus opciones no se limitaban a hacer lo que su padre había hecho.

El sueño americano se liga en gran medida a las obras literarias de otro autor, Horatio Alger, quien llegó a la fama a través de sus cuentos alegóricos basados en el modelo “de la pobreza a la riqueza”. En la colección El andrajoso Dick (1867), Alger ilustraba cómo a través de trabajo duro y la determinación, jóvenes sin dinero podían volverse ricos y ganar respeto en Norteamérica. Desde entonces, muchas de las figuras históricas de Norteamérica son consideradas directamente como figuras de Alger, como fue el caso de Andrew Carnegie y John D. Rockefeller.

Pero el modelo del sueño americano de Horatio Alger dista mucho del representado en Muerte de un viajante. Lejos de incluir una representación directa del concepto, o incluso una crítica directa a él, la obra de Miller trabaja sobre los efectos del sueño americano. Es como si la pieza postulara: este mito existe en nuestra sociedad, pero, ¿cómo repercute la prevalencia de ese mito en el modo en que vivimos nuestras vidas?

La obra mantiene una relación algo incierta con el concepto. Por un lado, el éxito de personajes como Bernard funciona como demostración de la idea desde un lugar puro y optimista. A través del trabajo duro y del éxito académico, Bernard se convierte en un abogado respetado. Es irónico, de todos modos, que el personaje más obviamente conectado con el sueño americano, aquel que entró a la selva a los diecisiete y salió a los veintiuno siendo rico, haya tenido este éxito en África, no en Norteamérica. La locación puede sugerir que Ben ha creado su imperio a través de la fuerza bruta, de la violencia, más que por vía del azar o el ingenio. Por otra parte, los Loman, a pesar de su encanto y sus buenas intenciones, no alcanzan el éxito en absoluto. Al ubicar a esta familia como protagonista, Miller parece poner el foco en los efectos corrosivos que la idea del sueño americano tiene en aquellos que no pueden alcanzarlo, así como en las secuelas que puede dejar en los hombres el educarse bajo la presión de alcanzar tan altas expectativas. Muerte de un viajante observa cómo el sueño americano deja solos a aquellos que precisan, en algún momento, ayuda comunitaria, a aquellos que quizás no siempre pueden hacerse a ellos mismos, aquellos que quizás no salen de la selva siendo ricos.