La vuelta al mundo en ochenta días

La vuelta al mundo en ochenta días Resumen y Análisis Capítulos VI-X

Resumen

El detective llamado Mr. Fix espera en el puerto del Canal de Suez, en Egipto. Ha sido enviado para atrapar al ladrón de bancos, y está seguro de que será un pasajero del Mongolia, un barco a vapor que ha cruzado el Mediterráneo hasta Suez y continuará hasta la India. Fix cree que el ladrón podría estar tratando de llegar a Estados Unidos usando la ruta larga, pero espera poder obtener una orden de arresto cuando lleguen a India.

El vapor Mongolia llega a Suez y el criado del sospechoso baja de la embarcación para llevar el pasaporte de su amo al cónsul. Fix le dice que su amo debe realizar esa gestión en persona. Cuando Passepartout desaparece para buscar a Fogg, Fix va hasta la oficina del cónsul a decirle que está bastante seguro de que el ladrón de bancos está a bordo del vapor.

Fogg entra en la oficina para pedir que se selle su pasaporte con una visa; para demostrar que realmente está viajando alrededor del mundo, mister Fogg piensa sellar su pasaporte en todo lugar posible. Fogg y Passepartout tardaron seis días y medio en atravesar Europa hasta Suez. Mister Fogg lleva un registro del tiempo empleado en un cuaderno de modo tal que siempre esté al tanto de si ha ganado o perdido tiempo.

Mientras tanto, Fix habla con Passepartout. Este menciona que no esperaba que llegaran tan lejos en esta aventura. Fix advierte que Passepartout ha mantenido su reloj en la hora de Londres y, por lo tanto, está dos horas atrasado con la hora local. Sin embargo, cuando se lo señala, el criado se niega rotundamente a cambiarlo.

Passepartout le revela demasiada información sobre su amo a Fix; le dice que Fogg está dando la vuelta al mundo en una apuesta y que lleva consigo una gran suma de dinero. Dice que le ha ofrecido al ingeniero del Mongolia mucho dinero si los lleva hasta Bombay, India, más rápido que lo que el itinerario estipula. Todo esto, para Fix, confirma que Fogg es de hecho el ladrón. Le dice al cónsul que envíe un mensaje a Londres para obtener una orden de arresto contra Fogg tan pronto como lleguen a Bombay.

En un principio, parece que el Mongolia llegará a su destino con mucha anticipación, pero de un momento a otro el viento empieza a soplar con fuerza y el mar se vuelve cada vez más turbulento. Phileas Fogg, sin embargo, no parece ansioso en absoluto. En cambio, se mantiene impasible y come tranquilamente cuatro comidas abundantes al día y juega al whist con otros pasajeros.

Passepartout también disfruta mucho del viaje, y el segundo día se complace de ver que Fix, el hombre con el que trabó amistad en el puerto, también está casualmente a bordo.

Conversan sobre tivialidades, pero finalmente Fix pregunta, con disimulado interés, si Passepartout conoce alguna razón secreta subyacente por la que Fogg se embarcaría en un viaje alrededor del mundo. Passepartout solo sabe que se trata de una apuesta con los miembros del Reform Club. A medida que pasan los días, Fix se esfuerza por hablar a menudo con Passepartout para ganar su confianza. Passepartout, por supuesto, no tiene conocimiento de la verdadera identidad de Fix ni de sus motivaciones.

El Mongolia llega a Bombay dos días antes de lo previsto. Aunque Gran Bretaña ha colonizado gran parte de la India, una buena parte de la población del subcontinente hacia el interior todavía está libre del dominio británico. El centro del país ha cambiado rápidamente con la construcción de ferrocarriles que lo atraviesan. Fogg y Passepartout tomarán un tren a través de la India hasta Calcuta, donde se embarcarán en un vapor hacia Hong Kong.

Una vez en Bombay, Fix está decepcionado de que aún no haya llegado la orden de arresto para Fogg desde Londres. Se resigna a no dejar que Fogg se escape de su vista. Passepartout pasa las pocas horas antes de que salga el tren vagando por las calles de la ciudad, decidido a ver algunos de los lugares de interés antes de tener que partir nuevamente. El joven criado se encuentra con una hermosa pagoda en una colina. Entra, sin saber que la entrada a los cristianos está prohibida y, sobre todo, que es una falta muy grave entrar con los zapatos puestos. Es asaltado por sacerdotes furiosos que le arrancan los zapatos y comienzan a golpearlo. Logra escabullirse y correr, descalzo, hacia la estación de tren.

Una vez allí, le explica sin aliento a mister Fogg lo sucedido. Fix, que está cerca, escucha con atención. Antes de este hecho, el detective estaba a punto de subir al tren. Ahora, sin embargo, después de escuchar lo que ha hecho Passepartout, se le ocurre otro plan para atraparlos y decide quedarse en Bombay.


Análisis

El capítulo VI presenta al antagonista principal: el detective Fix. Si bien algunas historias pueden no tener un antagonista físico (el conflicto puede ser algo diferente al hombre contra el hombre), en este caso, es muy fácil distinguir al detective Fix como el personaje que obviamente trabaja contra Fogg y sus objetivos.

A pesar de que la figura de Fix está allí para resultar antipática (después de todo, está tratando de frustrar los ambiciosos planes del protagonista), es importante examinar de cerca sus motivaciones. Fix no es un villano; sus intentos por detener a Fogg no están motivados por el mal. Al igual que los otros personajes, simplemente está haciendo lo que cree que es correcto. Esto lo convierte en un personaje complejo y tridimensional, y no en el arquetipo de antagonista básico y plano.

Al conocer a mister Fogg, Fix se pone muy nervioso y se irrita fácilmente, particularmente por el carácter despreocupado del sospechoso. Fogg, por otro lado, es tranquilo y sereno, incluso cuando los obstáculos se interponen en su camino. Es importante detenerse en esta diferencia de personalidad. A pesar de que mister Fogg aún no ha encontrado ningún obstáculo real (después de todo, en esta etapa todavía está adelantado en tiempo a lo programado de antemano), su paciencia y racionalidad ciertamente se pondrán a prueba en el futuro.

Passepartout cumple el rol de fiel compañero de Fogg. No obstante, su ingenuidad comienza a ser un problema. Revela demasiada información al detective Fix, que sabe aprovecharla a su favor. Además, su curiosidad lo llevan a cometer ciertos errores que también entorpecen el viaje de su amo, como, por ejemplo, el incidente en la pagoda en Bombay. Como sucede frecuentemente con el compañero del héroe, por momentos aportará soluciones y, por momentos, será él mismo el obstáculo.

Es importante destacar, igualmente, que Passepartout no es un personaje arquetípico “sin fondo”; tiene profundidad en su desarrollo como personaje. Reflexiona, es quien observa todo a lo largo del viaje, y también sufrirá una fuerte transformación con respecto a aquel Passepartout que conocimos apenas fue contratado por Fogg en Londres. Por su parte, a mister Fogg "poco le interesaba observar aquel mar Rojo, tan pingüe en recuerdos y escenario de las primeras manifestaciones históricas de la humanidad. Jamás descendía para visitar las curiosas poblaciones dispersas por sus orillas, cuyos pintorescos perfiles se distinguían de vez en cuando en el horizonte” (p.48).

En cambio, Passepartout no hace más que disfrutar, comer, beber, observar, curiosear todo lo posible en los barcos, en los trenes y en los tiempos que dispone en la ciudad, hasta embelesarse: "Poco sentido tiene detallar aquí con qué asombro, como era todo ojos y oídos, Passepartout observaba tan curiosas ceremonias, adornando su fisonomía con la expresión más acabada de papanatas que pueda imaginarse" (p.56). El lector termina preguntándose si mister Fogg está ganando algo con su viaje moviéndose tan rápido: "[Fogg] no viajaba, sino que estaba describiendo una circunferencia" (p.59). Cabe la pregunta, al comparar la actitud de Passepartout a lo largo del viaje y la de Phileas Fogg, si es posible aprender lecciones de vida y conocer lugares nuevos realmente si uno no se detiene. La naturaleza de esta historia de viaje en particular es lo que la hace única: el objetivo es la velocidad.

La velocidad también estructura y determina la narración. Verne mantiene a los viajeros en movimiento a un ritmo vertiginoso, más aún si pensamos en el efecto de lectura situándonos en la época en la que está escrito. En el capítulo V, Fogg todavía está en Londres; para el capítulo VII ya ha llegado a Suez (Egipto) tras haber cruzado todo el continente europeo en un solo salto de página. Esto sucederá a lo largo de toda la novela. La velocidad y la urgencia organizan el viaje y también el texto.

Al final de este compendio de capítulos, los viajeros están en la India británica. Por primera vez se encuentran, al menos por un momento, efectivamente detenidos, en una cultura que les resulta completamente ajena. En este momento histórico, la India resulta un destino exótico para ellos, particularmente interesante. Bajo la ocupación británica, se da en una porción de sus habitantes una especie de sincretismo cultural entre las sensibilidades refinadas victorianas y las tradiciones indias nativas.

A medida que se mueven por la India, los aventureros tienen diferentes reacciones: la intrusión de Passepartout en la pagoda es el episodio más interesante en este sentido. Es el único personaje movido realmente por la curiosidad, que lamenta el hecho de que no se detengan más a lo largo de su travesía y que desea de algún modo aprehender todo con su mirada y su memoria. Esta actitud de Passepartout, más parecida a la de otros personajes de novelas de Verne, más “despiertos” que Fogg en sus viajes, funciona como un sutil mensaje. La tecnología, los avances por los cuales es posible viajar velozmente alrededor del mundo, son un arma de doble filo. Si bien denotan, por un lado, una evolución de la humanidad, una puesta en acto de su capacidad para “conquistar el mundo” (pensemos que estamos en épocas de la colonia), también tienen un efecto sobre el hombre. Fogg viaja sin ser afectado por cosa alguna a su alrededor, y se verá progresivamente cómo es Passepartout quien disfruta del dinero, del viaje en general, de los paisajes a través de las ventanas de trenes o proas de barcos.

En este momento, también, se da una de las escenas significativas que se repetirá varias veces a lo largo del viaje. Fix advierte que el reloj de Passepartout está atrasado:

-Su reloj está atrasado -respondió Fix.

-¡Mi reloj! ¡Un reloj de familia que procede de mi bisabuelo! No desacierta ni cinco minutos al año ¡Es un verdadero cronómetro!

-Y yo veo que lo es -respondió Fix-. Ha mantenido la hora de Londres, que va atrasada unas dos horas con la de Suez. Es preciso que tenga la precaución de poner su reloj con el mediodía de cada país.

(p.44)

Passepartout se negará a poner su reloj en hora acorde al huso horario que en ese momento están atravesando, y tendrá esta actitud a lo largo de todo el viaje. Volveremos sobre esto más adelante, ya que el tiempo es uno de los temas más importantes de la novela.