La vuelta al mundo en ochenta días

La vuelta al mundo en ochenta días Metáforas y Símiles

“[mister Fogg] producía la idea de un ser bien equilibrado en todos sus aspectos, proporcionado con rigurosidad, y tan preciso como un cronómetro de Leroy o Bamshaw” (p.13) (Símil)

El tiempo es uno de los temas principales de La vuelta al mundo en ochenta días. Mister Fogg es un hombre devoto de la precisión temporal. Desde el comienzo se nos dice que sus actividades están completamente apegadas a horarios autoimpuestos en el día, precisos a niveles casi inverosímiles: es conocido, por ejemplo, por exigir de sus criados "una puntualidad fuera de lo normal" (p.10). No en vano, entonces, es comparado con un cronómetro de Leroy, famoso cronómetro marino inventado por Pierre Leroy.

"Simultáneamente, los sioux habían irrumpido en los vagones. Corrían como monos rabiosos sobre las cubiertas, tiraban abajo las portezuelas y peleaban cuerpo a cuerpo con los viajeros" (Símil) (p.204)

La comparación mediante la animalización en las descripciones de los pueblos nativos y su comportamiento no es una invención de Verne ni mucho menos, sino una costumbre eurocentrista que se mantiene hasta nuestros días. En este caso, los americanos son como monos rabiosos, incomprensibles, a quienes los europeos solo pueden temer. No hay posibilidad de que se despierte otro tipo de sentimiento, ya que casi no son humanos.

"Rígidamente sentado en su butaca, con los pies juntos como los de los soldados en formación (...)" (p.10) (Símil)

Phileas Fogg es descrito con un nivel de rigidez absoluto. Sentado como un soldado en formación, es decir, sin ejecutar el menor movimiento, espera que se haga la hora exacta para ir al Reform Club y recibe a Passepartout. Este símil contrasta con lo que inmediatamente sucede a continuación: Passepartout explica su apodo y cuenta su historia, describiéndose a través de dos comparaciones: "He sido cantor ambulante, artista de circo donde daba el salto como leotardo y danzaba en la cuerda como Blondín" (p.10).

Este contraste de rigidez de soldado y flexibilidad de trapecista, que se nos presenta a través de estos símiles, ya en el momento en que se conocen, se mantendrá a lo largo de su aventura juntos.

"El silbato de la locomotora, más enérgico que la lira de Anfión, las haría surgir [a las ciudades] rápidamente en el suelo americano (p.200) (Símil y metáfora)

El silbato de la locomotora se asemeja a la lira de Anfión. Según la mitología griega, mientras su hermano Zeto cargaba las rocas para construir el muro de Tebas, Anfión las levantaba solo con el canto de su lira. De esta comparación proviene la metáfora siguiente, por la cual la locomotora, a su paso y con el sonido del silbato, hará sencillamente "surgir" a las ciudades en el suelo americano.

"(...) Passepartout adivinó lo que había ocurrido, y su ancho rostro se volvió refulgente como el sol en el cenit de las regiones tropicales" (p.243) (Símil)

Passepartout, como el sol, ilumina con su alegría y su inocencia lo oscuro en Fogg. Su presencia a lo largo de toda la novela trae esa incandescencia de la picardía casi infantil y, a la vez, de la pureza del espíritu. Passepartout de algún modo "echa luz" sobre lo importante en la vida: el amor, la amistad, el honor, la fidelidad.