La vuelta al mundo en ochenta días

La vuelta al mundo en ochenta días El Imperio británico en India y Hong Kong

A lo largo de una gran parte de la historia moderna, el Imperio británico colonizó y gobernó gran parte del mundo. La vuelta al mundo en ochenta días es una novela escrita y publicada durante este período. En su viaje por el mundo, Phileas Fogg pasa tiempo tanto en India como en Hong Kong, dos territorios administrados por Gran Bretaña en ese momento. Es importante comprender la ocupación británica en estos lugares para conocer mejor el contexto histórico de esta historia.

India

Los británicos llegaron a gobernar la India a través de la influencia de la Compañía Británica de las Indias Orientales sobre la región. Esta recibió una autorización para dedicarse al comercio en las Indias Orientales en 1600 DC. Los británicos comenzaron a construir fábricas y asentamientos con el permiso de los reyes locales y persuadieron al actual emperador del Imperio Mogul reinante de la India, Aurangzeb, para que les permitiera comerciar sin pagar impuestos.

Sin embargo, cuando Aurangzeb murió, la Compañía comenzó a entrar en conflicto con varios nawabs indios o gobernadores de ciertas regiones. A mediados de la década de 1700, Sirajuddaulah, el nawab de Bengala, sabía que los británicos planeaban colonizar la India e intentaron cerrar sus fábricas y almacenes. Los británicos tomaron represalias, lo que resultó en la famosa Batalla de Plassey en 1757, que los británicos ganaron gracias a un soborno.

A partir de ese momento, los británicos se instalaron y destronaron a los rajá en toda la India y tomaron el poder. Sometieron a los revoltosos con las tropas imperiales y, en 1858, la monarquía británica se hizo cargo de la administración de la región. En 1876, la reina Victoria fue coronada emperatriz de la India, y este territorio se convirtió oficialmente en la colonia más grande del Imperio británico. Pensemos que La vuelta al mundo en ochenta días termina de publicarse en 1972, años antes de la oficialización de la colonia. Por ende, la inestabilidad política puede explicar aún mejor eventos como el sutty del que rescatan a Aída, o la violencia con que se persigue a Passepartout cuando entra descalzo a la pagoda en Bombay.

Los británicos gobernaron dos tercios de la India hasta 1947. A principios del siglo XX, el nacionalismo comenzó a crecer en el país oriental, con la ayuda de líderes como Mahatma Gandhi. Los nativos buscaban el autogobierno y la independencia de Gran Bretaña, y esto se logró tanto mediante la desobediencia civil como por medio la violencia revolucionaria. En 1947, la India obtuvo oficialmente la independencia y la colonia británica se dividió en dos naciones separadas, India y Pakistán, debido a las crecientes tensiones entre hindúes y musulmanes en la región.

Hong Kong

En el siglo XIX, el Imperio británico negociaba fuertemente con la China Imperial por su té. Los británicos importaron tanto té que el comercio se desequilibró significativamente, por lo que una sustancia llamada opio se convirtió en una exportación británica adicional de China. El estado Qing de China se opuso a este comercio: el altercado resultó en la Primera Guerra del Opio. Los británicos salieron victoriosos de este entrevero y, por lo tanto, el territorio de Hong Kong fue cedido a los británicos como colonia en 1842.

Los misioneros cristianos establecieron escuelas e iglesias en Hong Kong y, a medida que las universidades comenzaron a desarrollarse, personas que pronto serían figuras importantes en la historia de China fueron educadas en Hong Kong. Esto incluyó a Sun Yat-sen, quien lideraría la revolución que transformó a China en una República en 1911.

El dominio británico fue interrumpido por la ocupación japonesa en Hong Kong entre 1941 y 1945. Sin embargo, después de que Japón se rindiera en la Segunda Guerra Mundial, Gran Bretaña recuperó el territorio. A pesar del movimiento de descolonización que surgió después de la guerra, los británicos optaron por quedarse con Hong Kong por varias razones estratégicas. Se convirtió en un importante centro económico, que a su vez comenzó a trabajar más y más con la China continental. En 1984, Gran Bretaña y China firmaron un acuerdo por el que el territorio de Hong Kong sería cedido a China en 1997. Aún hoy, esta decisión es de un alto nivel de controversia.

La vuelta al mundo en 80 días es una novela completamente hija de su época, si ponemos atención en el pensamiento colonial imperialista británico. Las alusiones a los beneficios que la corona ha llevado a India son un exponente de este pensamiento. El poderío inglés y la mirada eurocentrista, en aquellos años, sobre China, India e, inclusive, Estados Unidos está presente a lo largo de todo el texto.