Harry Potter y la piedra filosofal

Harry Potter y la piedra filosofal Ironía

Voldemort es derrotado por la fuerza del amor

Cuando Lily Potter se sacrifica en un intento de salvar a su hijo, el amor inconmensurable de ese gesto crea en Harry una poderosa y antigua protección. Voldemort, uno de los magos más poderosos de la historia, no es capaz de comprender ese poder, ni siquiera de predecirlo. Su fracaso es parte de su inhabilidad para amar. Dumbledore se lo explica a Harry: "Tu madre murió para salvarte. Si hay algo que Voldemort no puede entender es el amor. No se dio cuenta de que un amor tan poderoso como el de tu madre por ti, deja marcas poderosas (...) nos deja siempre una protección" (p. 246). Paradójicamente, es el amor lo que derrota a Voldemort y destruye el cuerpo del Profesor Quirrel.

Los intentos de Malfoy para que expulsen a Harry se vuelven en su contra

A lo largo del primer año en Hogwarts, la rivalidad entre Harry y Malfoy crece. Draco intenta, en repetidas ocasiones, hacer que a Harry lo expulsen del colegio, pero sus objetivos siempre se ven frustrados y terminan premiando a Harry o castigándolo a él. La primera vez que esto sucede es durante la clase de vuelo de Madam Hooch. Cuando la profesora lleva a Neville a la enfermería, Draco roba la Recordadora del accidentado y remonta vuelo para esconderla. Harry lo persigue para recuperarla y entonces Draco la arroja con fuerza. Haciendo gala de un talento oculto, Harry se lanza en picada y logra atrapar la Recordadora antes de que se rompa contra el suelo. La Profesora McGonagall lo ve y, en vez de castigar a Harry, lo propone como Buscador para el equipo de Quidditch de Gryffindor.

Otro episodio en el que se frustran los planes de Draco se da cuando Harry y Hermione suben a la torre más alta del castillo para entregarles a los amigos de Charlie el dragón que Hagrid estaba criando. Draco sabía que lo harían y trata de adelantárseles, pero la Profesora McGonagall lo descubre y lo suspende. Así, los intentos de Malfoy de dañar a Harry no solo se ven frustrados sino que se vuelven en su contra.

Snape, que parecía ser el antagonista, en verdad trata de proteger a Harry Potter

A lo largo de toda la novela, Harry se convence paulatinamente de que Snape quiere robar la Piedra Filosofal para entregársela a Voldemort. Sin embargo, como el lector se entera al final del libro por medio de Dumbledore, en verdad Snape ha estado todo este tiempo tratando de proteger a Harry, y sospechaba que Quirrel quería robar la Piedra. Durante el partido de Quidditch, por ejemplo, fue Quirrel quien maldijo la escoba de Harry, y Snape realizó un contrahechizo gracias al cual la escoba no pudo derribarlo; cuando Hermione iba a distraer a Snape, creyéndolo culpable, se chocó con Quirrel y, sin saberlo, le hizo perder la concentración, por lo que su maleficio cesó. Lo mismo sucedió cuando Snape se dirigió al corredor prohibido y fue atacado por Fluffy: en verdad, estaba controlando que Quirrel no estuviera allí.

Así, quien aparece como aparente antagonista durante toda la novela, es en verdad un personaje complejo y ambiguo que se ha dedicado a proteger a Harry Potter.