La Virgen de los sicarios

La Virgen de los sicarios Metáforas y Símiles

"La lucha implacable es a muerte, esta guerra no deja heridos porque después se nos vuelven culebras sueltas" (58) (Metáfora)

En esta cita podemos apreciar cómo Fernando da cuenta de esa realidad particular y violenta que se desarrolla en Medellín a raíz de la lucha entre sicarios. En principio describe esa lucha como "implacable" y luego, con una metáfora, da cuenta de la importancia que tiene el hecho de no dejar con vida a los enemigos, ya que se vuelven "culebras sueltas", es decir, un peligro que acecha. Esto también puede aplicarse a los familiares de las víctimas. Sin ir más lejos, Alexis no se preocupa por matar a Wílmar luego de asesinar a su hermano, y esa "culebra suelta" finalmente acaba vengándose.

"El odio es como la pobreza: son arenas movedizas de las que no sale nadie: mientras más chapalea uno más se hunde" (58) (Metáfora)

En esta cita, Fernando define el odio y la pobreza en términos de "arenas movedizas", buscando poner de relieve lo ineludible de ambas circunstancias. Luego, continúa desarrollando la metáfora, explicando que cuanto más esfuerzo hace una persona por librarse de estas circunstancias, más se adentra en ellas. La intención de Fernando al conectar el odio y la pobreza con la idea de "arenas movedizas" es dar cuenta de que tanto ese sentimiento como esa posición social son, prácticamente, una condena para la persona, siempre inapelable. En síntesis, el odio y la pobreza son condiciones de las que no se puede escapar, y justamente a partir de este razonamiento, el narrador se explica la decadencia del mundo y la proliferación de la violencia.

"Le aplicamos su marquita frontal visto que nos quedó conociendo" (76) (Metáfora)

En varias oportunidades Fernando hace referencia a los disparos que Alexis efectúa sobre la frente de las personas en términos de "marquita frontal". Con esta metáfora, el narrador parece querer darle un tono entre cínico e infantil a los asesinatos de su joven amante sicario. Esa "marquita frontal" es el agujero de bala por el que sale la sangre de la víctima, y que Fernando observa cada vez con mayor naturalidad. Tanto para Alexis como para Wílmar, matar es una actividad cotidiana, algo tan rutinario y desapasionado como lo puede ser un trabajo; es decir, no hay en sus asesinatos ningún atisbo de culpa, de entusiasmo o de inquietud. En este sentido, el hecho de que Fernando utilice la metáfora "marquita frontal" para referirse a un balazo en la frente da cuenta de cierta indiferencia o cierto desapego que tanto él como sus jóvenes amantes sicarios poseen frente a sus asesinatos.

"En los días que siguieron mi nombre dicho por Alexis en su último instante me empezó a pesar como una lápida" (82) (Símil)

En esta cita, podemos apreciar el sufrimiento de Fernando por la muerte de Alexis. La última palabra que pronuncia el joven sicario es el nombre del narrador, hecho que produce en este último un profundo sentimiento de angustia. Al comparar el "peso" de ese recuerdo con el de una lápida, Fernando está expresando que es tanta su tristeza que la siente como si fuera algo concreto, incluso hasta el punto de poder pesarla. Al mismo tiempo, podríamos pensar que el hecho de comparar el "peso" de su nombre en boca de Alexis con el de una lápida busca, de alguna manera, expresar la idea de que, con la muerte de su joven amante sicario, algo también murió en Fernando.

"Somos nada, señoritas, briznas en el huracán, pavesas, un espartillo en las manos del Creador" (108) (Metáfora)

En casa del Ñato, Fernando intenta, sin demasiada empatía, consolar a las hermanas del muerto. Como se puede observar en la cita, el narrador da cuenta de la fragilidad e insignificancia del ser humano a través de una serie de metáforas: al referirse a las personas en términos de "briznas", "pavesas" y "espartillos", todas palabras que designan filamentos o porciones mínimas y quebradizas de cosas, Fernando ilustra esa fragilidad humana. Luego, el hecho de contextualizar estas palabras en circunstancias tan drásticas como un "huracán" o "las manos del Creador" contribuye a hiperbolizar esa idea de insignificancia al mismo tiempo que da cuenta de lo efímera que es la vida.