Los juegos del hambre

Los juegos del hambre Temas

La transición a la adultez

Una de las narrativas centrales de la novela (y de la trilogía en general) es la transformación que sufre la identidad de Katniss. Al comenzar la historia, ella se identifica a sí misma simplemente como una “chica de la Veta” . Encuentra dignidad en su pobreza y en su habilidad para sobrevivir gracias a su aptitud para la caza y recolección. Si bien es amistosa con varios miembros de la clase mercantil, se identifica más fuertemente con Gale, otro hijo de un minero pobre fallecido en un accidente. La fuerza estoica que ha obtenido por esta identificación le provee la filosofía de vida que cree que la ayudará a ganar los Juegos.

Esta visión unidimensional e inmutable de su propia identidad se verá cuestionada a lo largo de la narración en lo que será una típica crisis identitaria adolescente. Su relación con Peeta, un chico de la clase mercantil, y su atracción al lujo del Capitolio hacen que cuestione sus sentimientos de pertenencia, y su desapego también se ve cuestionado al sentirse cada vez más indignada cuando observa la brutalidad de los Juegos y cuando se ve obligada a tomar muchas decisiones éticas. El conflicto entre pasión y razón es recurrente.

En esta primera parte de la trilogía, la madurez de Katniss es aún incipiente, pero ya comienza a entreverse que, en el fondo, ella es mucho más que una cazadora estoica; es una persona amable y empática que desprecia causar sufrimiento, incluso a sus enemigos. En las siguientes novelas, la identidad de Katniss continuará complejizándose, y alcanzará su madurez en la tercera parte. Su autoconocimiento se agudiza, sus reflexiones se vuelven más profundas, y se perfeccionará su sentido del bien y el mal.

La universalidad y omnipresencia de este tema en la trilogía permite identificarla dentro del género Bildungsroman, o novela de formación. Este género, originado durante el romanticismo alemán, tiene como tema central el paso de la niñez a la adultez, con la crisis de identidad de la adolescencia como factor transformador. En un sentido estricto, el Bildungsroman plantea que la madurez llega cuando el individuo acepta el orden social preestablecido y logra integrarse fielmente a la sociedad, pero en Los Juegos del Hambre la autora tergiversa esta definición. Como veremos en más detalle al tratar el tema de la rebelión, Katniss en un principio se muestra reacia a combatir al Capitolio, pero su transición adolescente no culmina con su integración a la sociedad sino al reconocerse rebelde, cuestionar el orden preestablecido y convertirse en un motor de cambio del status quo.

El amor

El amor resulta integral para la supervivencia de Katniss. Sobrevivió un período de grandes dificultades tras la muerte de su padre porque tenía que cuidar de Prim. Su amor por su hermana (y por su madre, aunque de forma implícita) es lo que la ayuda a mantenerse en pie como sostén de su familia. Del mismo modo, el acto de bondad de Peeta al arrojarle pan, que ella reconoce como una fuente de fortaleza durante ese período, fue guiado por el amor de él hacia ella, aunque Katniss no lo supiera en ese momento.

Igualmente, el creciente amor de Katniss por Peeta en el estadio la ayuda constantemente. La forma más evidente es a través de los regalos de los patrocinadores que consigue Haymitch para ella. A pesar de asegurar que sus expresiones de afecto son únicamente para obtener regalos, se puede argumentar fácilmente que sus verdaderos sentimientos por Peeta son lo que la ayuda a sobrevivir en las fases finales de los Juegos.

Las divisiones de clase

Panem es un país construido bajo una extrema división de clases. Los distritos no tienen permitido contactarse entre sí y cada uno es obligado a especializarse en una industria en particular, limitando así la movilidad social. Las clases son una fuerte herramienta del Capitolio para mantener a los ciudadanos distantes entre sí, limitando las posibilidades de una nueva rebelión. Las teselas son un excelente ejemplo de cómo un sistema de clases mantiene el resentimiento de los pobres hacia los ricos.

Katniss, en tanto chica de la Veta en el Distrito 12, está en el último escalafón de la pobreza. A pesar de ser amigable con algunas personas de la clase mercantil, exhibe diversos resentimientos de clase a lo largo de la novela. Asocia a los tributos profesionales con los distritos más ricos, y en parte tiene conflictos con enamorarse de Peeta porque él conoce el privilegio de la clase mercantil y lo compara con Gale, quien no conoce más que la pobreza.

El espectáculo

La importancia del “espectáculo” en esta obra radica en que la clase gobernante usa el entretenimiento para distraer a la población y mantener sus transgresiones ocultas. En la sociedad contemporánea, podríamos decir que nuestro exceso de consumo trivial de medios masivos de comunicación y redes sociales promueve una cultura del consumo que evita que las clases bajas se den cuenta de lo terriblemente oprimidas que están.

Esto refleja bastante lo que los Juegos del Hambre le hacen a la población de Panem. Los Juegos no son considerados por sus ciudadanos como un castigo brutal y desmedido, sino como entretenimiento popular. Al distraer a la población con los Juegos, el Capitolio previene que se enfrenten a injusticias aún mayores y potencialmente se rebelen por segunda vez.

Katniss es claramente conciente del poder del espectáculo durante la novela. Se da cuenta de que debe mantener a la audiencia entretenida e interesada en ella si quiere ganar. Esta conciencia del espectáculo le causa a Katniss un gran conflicto de personalidad, especialmente en lo que se refiere a su afecto por Peeta, el cual justifica como una estrategia para ganarse a la audiencia, pero que el lector puede identificar como un sentimiento genuino.

Sin embargo, este tema es en cierta medida socavado por la percepción que tiene el Distrito 12 del horror de los Juegos. Collins parece decirnos que hay una nobleza en la pobreza real que permite ver ciertas verdades que las clases más acomodadas evaden. De algún modo, podría pensarse que esto debilita el paralelismo con el mundo real, donde el espectáculo parece mantener a las clases oprimidas ignorantes de su opresión.

El estoicismo

El estoicismo es una filosofía ancestral que se basa en contener las emociones en beneficio de la fuerza interior. En la antigua Roma, el estoicismo significaba, en un sentido más amplio, la proclividad al desapego y a perderlo todo.

Una de las fortalezas de Katniss es su estoicismo, el cual describe como su “máscara de indiferencia”. Debido a la presión de mantener a su familia, ha aprendido a mantenerse centrada en la supervivencia a costa de sus sentimientos, a tal punto que no se da cuenta de lo mucho que quiere a Gale. A lo largo de la novela, su determinación estoica demuestra ser de gran valor para triunfar en los Juegos, pero también enmascara su profunda empatía hacia los demás. Parte de su trayectoria está en el aprender a aceptar su lado sensible, además de su estoicismo.

La rebelión

Gran parte de la estructura totalitaria y controladora de Panem tiene el propósito de evitar que los distritos se unan en una segunda rebelión. El Capitolio ha orquestado un sistema para mantener a su población distraída y disociada.

La historia de Katniss es, en parte, la de su conversión en una revolucionaria. Cuando acaba como tributo por primera vez, inmediatamente comienza a desarrollar un plan para ganar; considera que los otros tributos son sus principales antagonistas. Esto supone un problema cuando se topa con la amabilidad de Peeta y las similitudes entre Rue y Prim, porque hacen que sea más difícil para Katniss tomarlos por enemigos. Sin embargo, a medida que avanza la novela, ella comienza a darse cuenta de que sus verdaderos enemigos no son quienes están en el estadio sino quien los puso a todos allí: el Capitolio.

Esta novela es la primera de una trilogía, y para el final del primer libro Katniss ya está firmemente convencida de que el verdadero mal yace en el sistema. Es la chispa que enciende el fervor revolucionario que la llevará a afrontar el poder establecido.

La comunidad

Uno de los métodos que usa el Capitolio para mantener a su población a raya es la división. Usa las clases sociales, el espectáculo y la separación en Distritos para evitar que se creen tejidos sociales sólidos. Katniss lleva consigo esta sensación de aislamiento al estadio, al creer que la victoria vendrá al alejarse de los demás y considerarlos a todos como enemigos.

Parte del crecimiento de Katniss en la novela está en llegar a la conclusión de que la unión hace la fuerza. Se da cuenta de que sobrevive mejor en el estadio cuando es parte de un equipo, primero a través de su alianza con Rue y luego con Peeta. Su empatía está ligada al reconocimiento de que las personas están conectadas por la humanidad de la que todos forman parte. Algunos de los momentos más emotivos provienen de este sentido de comunidad, como cuando el Distrito 11 le regala pan a Katniss para agradecerle su afecto por Rue. Su creciente sentido de comunidad la ayuda a identificar al Capitolio como el principal enemigo de la sociedad.