Los juegos del hambre

Los juegos del hambre Citas y Análisis

"Cuando era más joven, mataba a mi madre del susto con las cosas que decía sobre el Distrito 12 y la gente que gobierna nuestro país, Panem, desde esa lejana ciudad llamada el Capitolio. Al final comprendí que aquello sólo podía causarnos más problemas, así que aprendí a morderme la lengua y ponerme una máscara de indiferencia para que nadie pudiese averiguar lo que estaba pensando."

Katniss, Capítulo I, p. 3

Este pasaje describe algunas de las características de Katniss que serán centrales para entender su desarrollo a lo largo de la novela. En primer lugar, ilustra que tiene una percepción precoz de las injusticias perpetuadas por el Capitolio, así como una chispa revolucionaria. No obstante, ha aprendido a lo largo de su vida que lo más prudente es adoptar una actitud estoica, la cual le permite no llamar la atención. Su “máscara de indiferencia” la ayuda a mantener a su familia. A lo largo de esta aventura, Katniss cuestionará esta actitud autoimpuesta para redescubrir su verdadera identidad: la de una revolucionaria con un profundo sentimiento de empatía para con quienes son asolados por la injusticia.

"Mientras puedas encontrarte, no te morirás de hambre."

El padre de Katniss, Capítulo IV, p. 33

El padre de Katniss le dice esta frase a ella en uno de sus flashbacks. Se la dice de forma literal cuando le enseña la saeta de agua ["katniss", en inglés], una planta de raíz comestible y su tocaya. Además, en un sentido figurado, es la filosofía que le brindará a Katniss la clave para su éxito. Su desarrollo es uno de descubrimiento de su propia identidad, lo cual implica un balance entre su determinación estoica y su lado más sensible. Es también notable que sea su padre, el hombre cuya muerte la llevó a rehuir de sus emociones, quien dice esta frase.

"Estoy avergonzada por no haber intentado ayudarla en el bosque, por dejar que el Capitolio matase al chico y la mutilase a ella sin mover ni un dedo para evitarlo. Como si hubiese estado viendo los juegos por la tele."

Katniss, Capítulo VI, p. 53

Estos son los pensamientos de Katniss sobre la avox pelirroja que le sirve en su alojamiento en el Capitolio. El recuerdo de su primer encuentro continúa atormentándola, probando ser un desafío para su comportamiento estoico. En el fondo, Katniss sabe que no hacer nada era lo más prudente para protegerse a sí misma, pero al mismo tiempo no puede evitar pensar que fue testigo de una injusticia que podría haber desafiado. Se refleja la profunda división, en su identidad, entre razón y pasión y, además, en este pensamiento comienza a comparar su inacción con el comportamiento sumiso de la población que se rehúsa a luchar en contra de los brutales juegos. Esta culpa es uno de los primeros pasos que llevan a Katniss a afianzar su fervor revolucionario.

"Gale me dio la seguridad que me faltaba desde la muerte de mi padre. Su compañía sustituyó las largas horas solitarias en el bosque. Mejoré mucho como cazadora, porque ya no tenía que estar siempre mirando atrás; él me guardaba las espaldas. Sin embargo, se convirtió en mucho más que un compañero de caza, se convirtió en mi confidente, en alguien con quien compartir pensamientos que nunca podría expresar dentro de los confines de la alambrada. A cambio, él me confió los suyos. Había momentos en el bosque, con Gale, en los que era realmente... feliz."

Katniss, Capítulo VIII, p. 71

A nivel literal, este pasaje detalla cómo Gale se volvió importante para Katniss como compañero de caza. Pero además ilustra que, en el fondo, ella tiene un conocimiento de sí misma del cual no se da cuenta hasta pasar por los Juegos. Gran parte de su travesía en la novela es aprender a confiar en su instinto de comunidad, reconocer que la gente es más fuerte cuando trabaja unida. Su vida como cazadora le enseñó que el desapego estoico era su mayor ventaja, e intenta usarlo en los juegos. A pesar de sí misma, acaba aliándose con Rue y más adelante con Peeta, y estas alianzas aumentan sus posibilidades de ganar. Para el final de la novela, Katniss se ha dado cuenta de la importancia de confiar en los demás. Pero esto no es algo que aprende durante los juegos, sino algo que, en el fondo, siempre supo, como queda patente en esta cita.

"¿Y por qué no eres tú misma? (...) Nadie puede evitar admirar tu espíritu."

Cinna, Capítulo IX, p. 77

Cinna le sugiere a Katniss cómo venderse mejor a sí misma para el público durante su primera entrevista con Caesar Flickerman. Toda la situación, así como el trabajo que hace Haymitch para ayudar a moldear la imagen de Katniss, habla de la omnipresencia del espectáculo de los Juegos. Es llamativo que la sugerencia de Cinna, que Katniss se presente tal como es, sea prácticamente revolucionaria en un mundo donde el espectáculo y la frivolidad están en un pedestal. Es más: detrás de la propuesta de Cinna se esconde el mensaje de que todo lo que Katniss necesita, no solo para ganar los Juegos del Hambre sino para convertirse en una heroína, ya está en su interior. Su victoria proviene no de la determinación estoica que la convierte en una gran cazadora, sino especialmente de lograr reconocer su lado sensible y empático. La revolucionaria en la que comienza a convertirse hacia el fin de la novela es alguien quien ella ya es. Solo tiene que aprender a ser sí misma y, por lo tanto, aceptarlo.

"En el Capitolio tienen cirujanos que hacen a la gente más joven y delgada, mientras que, en el Distrito 12, parecer viejo es una especie de logro, ya que muchos mueren jóvenes. Si ves a un anciano te dan ganas de felicitarlo por su longevidad, de preguntarle el secreto de la supervivencia. Todos envidian a los gorditos, porque su aspecto significa que no han tenido problemas para comer, como la mayoría de nosotros. Aquí es distinto: las arrugas no son deseables, y una barriga redonda no es símbolo de éxito."

Katniss, Capítulo IX, p. 79

Esos son los pensamientos de Katniss al observar de cerca lo juvenil que se ve Caesar Flickerman gracias a la cirugía plástica, a pesar de llevar más de cuarenta años conduciendo las entrevistas. Estas reflexiones enfatizan cuan significativamente afectan las diferencias de clase a cada aspecto de la vida y a las expectativas de una persona en Panem. Katniss confronta sus contradictorios sentimientos sobre las clases sociales en su primera etapa como tributo, ya que se ve abrumada por la opulencia del Capitolio. Sin embargo, se considera a sí misma simplemente como “una chica de la Veta”. El resentimiento de clase juega un papel recurrente en la novela y en los Juegos, y de hecho las penurias de la pobreza le brindan a la protagonista fuerza y resiliencia que la ayudan a triunfar.

"Me muerdo el labio, sintiéndome inferior. Mientras yo cavilaba sobre la existencia de árboles, Peeta le daba vueltas a cómo mantener su identidad, su esencia."

Katniss, Capítulo X, p. 89

Katniss hace esta reflexión después de que Peeta le confiesa en el tejado que lo que más quiere en los Juegos es no perder su identidad. Su confesión la obliga a confrontar una contradicción dentro de sí misma: aunque ha elegido mantener su estoicismo para lograr la victoria, en realidad tiene intensos sentimientos de empatía por los demás, motivados en parte por su odio al Capitolio. Cuando Peeta expresa cuán aferrado está a su esencia, a Katniss le duele en el alma. En el fondo, ella sabe que es una mejor persona que la cazadora obsesionada con ganar. Su odisea a lo largo de la novela es aceptar sus cualidades humanas, amorosas, empáticas.

"Mientras sigo adelante, estoy segura de que todavía salgo en las pantallas del Capitolio, así que sigo ocultando con cuidado mis emociones; sin embargo, Claudius Templesmith debe de estar pasándoselo en grande con sus comentaristas invitados, diseccionando el comportamiento de Peeta y mi reacción. ¿Qué querrá decir todo esto? ¿Ha revelado Peeta sus verdaderas intenciones? ¿Cómo afecta eso a las apuestas? ¿Perderemos patrocinadores? ¿Acaso tenemos alguno? Sí, yo creo que sí los tenemos o, al menos, los teníamos."

Katniss, Capítulo XII, p. 104

Estas reflexiones, que tienen lugar mientras Katniss piensa que Peeta está aliado con los tributos profesionales, muestran el modo en que ella quiere manejarse en el estadio. Conscientemente elige seguirle el juego al espectáculo, manteniendo su semblante estoico no solo para triunfar sino también para atraer patrocinadores. A pesar de que es claro para el lector que en este pasaje se siente traicionada por la supuesta alianza de Peeta, ella no se lo admitirá a sí misma. En vez de eso, se niega a aceptar sus emociones y se enfoca únicamente en cómo la traición afecta tácticamente sus posibilidades. No es así como ella es realmente, y su tiempo en el estadio la ayudará a descubrirlo.

"La muerte de Rue me ha obligado a enfrentarme a mi furia contra la crueldad, contra la injusticia a la que nos someten. Sin embargo, aquí me siento todavía más impotente que en casa, pues no hay forma de vengarme del Capitolio, ¿verdad?"

Katniss, Capítulo XVIII, p. 148

Este pasaje muestra el despertar de la conciencia de Katniss ante la omnipresencia de las injusticias que el Capitolio perpetúa. Ella está comenzando a perder su indiferencia estoica y a identificar al Capitolio como su verdadero antagonista. Todavía no ha reconocido que la clave para la victoria yace en confiar en su comunidad, pero la indignación que incita su fervor revolucionario empieza a manifestarse en este pasaje. El primer paso hacia el descubrimiento de su verdadera identidad involucra la aceptación de su costado emocional, algo que comienza a suceder a partir de la muerte de Rue.

"La idea de perder [a Peeta] de verdad vuelve a golpearme y me doy cuenta de lo mucho que me dolería su muerte. No es sólo por los patrocinadores, no es por lo que pasaría al volver a casa y no es que no quiera estar sola; es él, no quiero perder al chico del pan."

Katniss, Capítulo XXII, p. 186

Uno de los conflictos emocionales más extremos de Katniss es cómo entender su floreciente relación con Peeta en el estadio. A causa del espectáculo, ella logra autoconvencerse de que no es más que una puesta en escena para aplicar la estrategia de Haymitch de mostrar un frente unido. Pero hay bastante ironía dramática en tanto el lector se percata de que ella se está enamorando. Además, al llamarlo “el chico del pan”, Katniss conecta a Peeta con el acto de amabilidad que le brindó hace tanto tiempo. Esa amabilidad desinteresada es una virtud que ella también posee, aunque la considera una debilidad hasta que aprende a aceptarla. Este pasaje, inusualmente franco para Katniss, es un momento en el que se admite a sí misma la profundidad de los sentimientos que la ayudaron a ganar. Hasta ese momento, se mostraba mucho menos consciente de sus emociones.