Los juegos del hambre

Los juegos del hambre Resumen

Los Juegos del Hambre narra las aventuras de Katniss Everdeen, una chica de 16 años que se ve forzada a participar en un torneo de lucha hasta la muerte contra otros jóvenes. La novela transcurre en Panem, un país distópico construido sobre lo que otrora fuera Norteamérica. En un mundo de recursos limitados, el despótico gobierno operado desde el Capitolio mantiene a sus ciudadanos a raya al separarlos en Distritos e imponer marcadas separaciones de clase. Pero su arma más poderosa para promover la desunión y disuadir la rebeldía son los Juegos del Hambre: un evento anual en el que dos tributos de cada uno de los 12 distritos son enfrentados entre sí hasta la muerte para el entretenimiento de todo el país, que es forzado a ver su transmisión televisiva.

Katniss vive con su madre y su hermana menor, Prim, en el Distrito 12, en la región más pobre del país. Desde la muerte de su padre, Katniss ha sido el sostén de su familia, gracias a la caza furtiva en los bosques más allá de los límites del distrito. La novela comienza el día de la “cosecha”, en el que cada distrito debe sortear un tributo femenino y uno masculino para que los representen en los Juegos del Hambre. Cuando Prim es elegida, Katniss se ofrece como voluntaria para reemplazarla y representar al Distrito 12 junto a Peeta, un chico de clase media con el que no tiene mucho trato.

El resto de la primera parte de la novela sigue a los dos chicos mientras entrenan para los temibles Juegos y son estilizados y moldeados para representar un papel específico que agrade a la audiencia. Ella se obliga mantener una determinación estoica para ganar, una filosofía que se ve dificultada por la amabilidad de Peeta. Su relación se vuelve incluso más tensa cuando Peeta confiesa que está enamorado de Katniss durante una entrevista en vivo. Aunque Katniss teme generar conexiones emocionales que puedan poner en peligro su objetivo de ganar, acepta la estrategia de aparentar ser un frente unido, una idea propuesta por su mentor, Haymitch.

Los Juegos tienen lugar en un estadio en un área boscosa. Al comenzar, Katniss se escapa rápidamente del baño de sangre inicial y utiliza sus habilidades de caza y supervivencia para desarrollar una estrategia. Duerme en las copas de los árboles y caza para sobrevivir. Cada noche, los rostros de los tributos muertos son proyectados en el cielo. Desde su escondite, Katniss descubre que Peeta se ha aliado a los “tributos profesionales”, aquellos provenientes de los distritos más ricos, que entrenan durante toda su vida para los Juegos.

Mientras tanto, los Vigilantes de los Juegos, quienes los diseñan, continúan manipulando el entorno para mantener el entretenimiento. Tras una quemadura grave provocada por una tormenta de fuego, Katniss se ve atrapada en un árbol sobre el grupo de profesionales. Esa noche establece contacto con Rue, la tributo más joven y a quien Katniss asocia con Prim. Rue se encuentra en un árbol cercano y le sugiere que derrote a los profesionales arrojándoles un nido de avispas. A la mañana siguiente lo hace, recibiendo aguijonazos en el proceso pero también logrando dispersar a los profesionales y obteniendo un arco y flechas, su arma más poderosa, del cadáver de uno de ellos. Las picaduras de avispa le provocan alucinaciones que casi le cuestan la vida, de no ser porque Peeta la ayuda a escapar. Esto, lógicamente, la deja muy confundida.

Katniss y Rue forman una alianza y trazan un plan para destruir las provisiones de los profesionales. Rue enciende fogatas para distraerlos mientras Katniss deduce que están protegiendo sus suministros con minas recuperadas del estadio. Cuando usa las minas para hacer estallar las provisiones, la explosión la deja fuera de combate durante unos días. Logra reencontrarse con Rue justo a tiempo para ver cómo es asesinada delante de sus ojos por otro tributo, quien rápidamente se convierte en su primera víctima. Como un pequeño acto de rebeldía contra el Capitolio, que espera que los tributos deshumanicen a sus contrincantes, Katniss le canta dulcemente a Rue mientras da su último aliento y rodea su cuerpo con flores antes de que este sea retirado por el Capitolio.

De repente, el locutor de los Juegos anuncia que las reglas han cambiado, y que si los últimos dos tributos supervivientes pertenecen al mismo distrito, ambos pueden ser declarados vencedores. Katniss sale entonces en busca de Peeta y lo encuentra camuflado y con un corte grave en la pierna provocado por los otros tributos, en represalia por ayudarla a ella. Hace lo que puede por curarlo, pero no es hasta que recibe un regalo de Haymitch por besar a Peeta que entiende que seguirle la corriente al romanticismo puede resultar provechoso.

La pareja pasa sus días escondida en una cueva y cultivando su relación amorosa, pero Katniss no tiene la habilidad suficiente para curar la herida de Peeta. Cuando el locutor anuncia que se celebrará un “banquete” para reunir a los tributos usando lo que cada uno más necesita como carnada, Peeta se opone a que Katniss se arriesgue a ir, pero ella le da un sedante para escaparse, asumiendo que habrá medicinas para poder curarlo. Al intentar recoger su “regalo”, casi es asesinada por uno de los profesionales, pero el otro tributo del distrito de Rue la salva y la deja vivir, porque se ha enterado de la amabilidad de Katniss con su compañera.

La medicina cura a Peeta y ambos continúan pasando su tiempo intimando en la cueva mientras los tributos a su alrededor siguen muriendo. Cuando los Vigilantes cortan el suministro de agua se preparan para enfrentarse a Cato, el único tributo restante. Pero su principal desafío resulta no ser él, sino varias mutaciones similares a lobos creadas por los Vigilantes a partir del ADN de los tributos muertos. Katniss y Peeta se mantienen a salvo subiendo a un terreno más elevado, mientras que Cato es torturado por las mutaciones. Finalmente, por piedad, Katniss acaba con su sufrimiento al dispararle una flecha.

Han ganado los Juegos, pero los Vigilantes anulan la regla que permite dos vencedores. Peeta y Katniss amenazan con suicidarse simultáneamente, lo cual arruinaría los Juegos, y en el último momento se les concede a ambos la victoria.

Los vencedores son removidos del estadio por el Capitolio y separados durante un largo período de recuperación. Cuando son nuevamente expuestos ante la audiencia, Haymitch le advierte a Katniss que debe sobreactuar la apariencia de amantes como una justificación para su amenaza de suicidio, considerada por el Capitolio como un acto de rebeldía. Ella sigue su consejo a lo largo del período de desfiles y espectáculos subsiguiente, lo cual hace muy feliz a Peeta, quien la ama de verdad.

Cuando todo termina vuelven al Distrito 12, y durante el camino Katniss deja entrever que su afecto nunca fue más que una actuación para las cámaras. Aunque no es del todo cierto, porque está dividida entre su anterior identidad de cazadora pobre y una más compleja, desarrollada durante los Juegos. Peeta queda con el corazón roto, pero entiende que deben mantener sus roles mientras se preparan para presentarse ante su distrito.