Veinte poemas de amor y una canción desesperada

Veinte poemas de amor y una canción desesperada Elementos Literarios

Altavoz o Narrador, y Punto de Vista

Yo lírico.

Forma y Medidor

Los poemas constan de distinta cantidad de estrofas, en general irregulares en la cantidad de versos. Estos alternan entre alejandrinos y libres. Predomina la rima asonante, aunque hay muchos poemas sin rima.

Metáforas y Símiles

Abundan las metáforas y símiles relacionados, fundamentalmente, con el mundo de la naturaleza (Ver "La naturaleza" en la sección "Temas" de esta misma guía).

En los primeros versos del “Poema 1”, por ejemplo, aparece una metáfora y luego un símil: “Cuerpo de mujer, blancas colinas, muslos blancos/ te pareces al mundo en tu actitud de entrega” (p.9). Las blancas colinas aparecen como metáfora de los senos de la mujer. Esta es una metáfora pura, ya que no están nombrados ambos elementos, sino solo el elemento metafórico, “blancas colinas”. La unión con el elemento literal y no nombrado (los senos) se da a partir del relieve que tienen las colinas sobre la tierra, al igual que los senos en el cuerpo de la mujer. El símil aparece en el verso siguiente: la amada se parece al mundo. El sentido de esta comparación se completa en el verso. Es la actitud de entrega la que los hace similares. Así como, por ejemplo, el mundo entrega al hombre la posibilidad de disfrutar sus frutos, la amada le entrega la posibilidad de disfrutar su cuerpo.

En el “Poema 8” aparece la siguiente metáfora: “En mi tierra desierta eres tú la última rosa” (p.37). Esta metáfora es impura, ya que los dos elementos están nombrados: la amada, elemento literal (nombrada a través de la segunda persona del singular: "tú") y la rosa, elemento metafórico. La unión entre ambos elementos se da a partir de la belleza y la caducidad de ambas: el recuerdo de la amada puede desaparecer rápidamente, así como la rosa se va a marchitar pronto.

Sobre el final del “Poema 7”, el yo lírico se expresa a través del siguiente símil: “Los pájaros nocturnos picotean las primeras estrellas/ que centellan como mi alma cuando te amo” (p.34). La comparación es entre las estrellas y el alma del yo lírico. Así como las estrellas centellean, el alma del yo lírico, cuando ama a su amada, brilla con rayos de amor. Como se puede ver, la comparación, para completarse debe pensarse de modo metafórico, ya que un alma no puede “centellear”.

Aliteración y Asonancia

“La soledad cruzada de sueño y de silencio/ Acorralado entre el mar y la tristeza” (p.57). Estos versos pertenecen al “Poema 13”. La aliteración aparece en el primero, a través de la repetición del sonido de la “s” y la “z”: “soledad”, “cruzada”, “sueño”, “silencio”. La repetición de esos sonidos pueden asociarse a un susurro doloroso que acorrala al yo lírico entre el mar y la tristeza.

El “Poema 4” termina con las siguientes estrofas: “Viento que lleva en rápido robo la hojarasca/ y desvía las flechas latientes de los pájaros/ Viento que la derriba en ola sin espuma/ y sustancia sin peso, y fuegos inclinados/ Se rompe y se sumerge su volumen de besos/ combatido en la puerta del viento del verano” (pp.22-23). La aliteración aparece aquí en el sonido de la “r”: “rápido”, “robo”, “hojarasca”, “pájaros”, “derriba”, “rompe”, “sumerge”, “puerta”, “verano”. Este sonido, en su repetición, genera la sensación de ruptura, de resquebrajamiento. Es un sonido duro que corta la fluidez, contribuyendo a construir la sensación de ruptura de la relación que se acerca en el final de este poema.

Irony

N/A

Genero

Poesía

Ajuste

Los poemas no están situados en ningún lugar específico, aunque en todos el entorno natural es fundamental, ya sea el mar o el bosque.

Tone

El tono del poemario es romántico y solemne.

Protagonista y Antagonista

El yo lírico es el protagonista del poemario y, por momentos, se puede pensar a la amada como antagonista, fundamentalmente, cuando los sentimientos de ambos se oponen.

Conflicto Principal

El conflicto principal del poemario es la imposibilidad de vivir con plenitud el amor entre el yo lírico y su amada. La soledad del yo lírico, que se desprende de esta imposibilidad, es el conflicto secundario.

Climax

En los poemas 14, 15 y 16 el yo lírico y su amada están unidos, plenamente, en el amor y la pasión. Este es el clímax de la obra, ya que después del "Poema 16", los amantes se separan y asistimos a la soledad y la desesperación del yo lírico hasta el final de la colección.

Presagio

En varios de los poemas en los que el yo lírico y la amada están juntos, viviendo plenamente el amor, el yo lírico ve en la amada alguna señal que presagia la ruptura. Por ejemplo, en el "Poema 14", en plena unión de los amantes, aparece el siguiente verso: "Sin embargo alguna vez corrió una extraña sombra por tus ojos" (p.62).

Atenuación

N/A

Alusiones

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Metonimia y Sinecdoque

Una sinécdoque aparece en el siguiente verso del "Poema 6": "Eras la boina gris y el corazón en calma" (p. 29). El yo lírico recuerda a su amada evocando una parte de ella, "la boina gris", para dar cuenta de su totalidad. Se puede deducir que la "boina gris" era algo que caracterizaba y distinguía a la amada, y por eso su evocación le brinda al yo lírico la imagen completa de ella.

Personificación

La personificación, recurso que consiste en atribuirle acciones o adjetivos humanos a elementos no animados, es utilizada durante este poemario en relación con la naturaleza.

Por ejemplo, en el "Poema 7" aparece los siguientes versos: "Galopa la noche en su yegua sombría/ desparramando espigas azules sobre el campo" (p.34). En este poema, luego de que el yo lírico pasara la tarde intentando llamar la atención de su amada, aparece la noche personificada, montando su yegua sombría, una imagen que representa la irrupción brusca y triste (pues la yegua es sombría) de la noche. Luego, la noche desparrama espigas azules sobre el campo, imagen que refuerza la tristeza: las espigas, símbolo de la abundancia, son azules, color que, en este caso, simboliza la tristeza.

Hyperbole

Las dos hipérboles que hay en el poemario aparecen sobre el final del "Poema 1" en referencia al sufrimiento del yo lírico: "Oscuros cauces donde la sed eterna sigue/ y la fatiga sigue, y el dolor infinito" (p. 10). La sed "eterna" y el dolor "infinito" son las hipérboles que aparecen aquí para destacar la profundidad de dicho sufrimiento.

Onomatopoeia

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