La importancia de llamarse Ernesto

La importancia de llamarse Ernesto Guía de Estudio

La importancia de llamarse Ernesto (The Importance of Being Earnest, A Trivial Comedy for Serious People) es una obra en tres actos de Oscar Wilde. Se estrena en 1895, en el teatro St. James de Londres, apenas un mes después de otro gran éxito del dramaturgo, Un marido ideal. El estreno de La importancia de llamarse Ernesto consolida el éxito del autor: durante toda la función, el público estalla en carcajadas y la aclama como una de las mejores comedias teatrales de todos los tiempos.

La importancia de llamarse Ernesto es una comedia que versa sobre las costumbres de la sociedad, especialmente de la clase alta en Inglaterra durante la época victoriana. La trama se desarrolla alrededor del protagonista, Jack, y Ernest, su hermano ficticio. Pero gran parte del éxito de la obra proviene de la proliferación de epigramas mordaces que dan forma a la mayoría de los parlamentos. Aunque algunas de las declaraciones concisas, a menudo paradójicas, se refieren a eventos contemporáneos (el estado del drama francés del siglo XIX, por ejemplo) y por lo tanto más dirigidas al público de su estreno, la mayoría son universales, reflexiones sobre la belleza, el arte, los hombres, las mujeres y la clase social: éstas siguen deleitando al público con su mezcla de absurdo y sofisticación.

Una de las características que favorecen a la perdurabilidad de dichos epigramas es el hecho de que pueden separarse de la trama de la obra. En esta pieza, los epigramas no tienen mucho efecto en la historia: más que nada, encapsulan algunas teorías de Wilde acerca del arte; en especial, aquella que indica que el arte sólo debe ser bello, no útil. El epigrama es el epítome mismo de este ideal: bello en su elegante construcción, también es inútil, en términos dramáticos, para el desarrollo de la trama.

La obra no es solamente, sin embargo, una bella reflexión sobre la belleza: es también una representación magistral de las costumbres victorianas, especialmente en lo que respecta al matrimonio y la moralidad. El matrimonio, durante mucho tiempo un tema importante en la literatura inglesa, es expuesto por Oscar Wilde como una herramienta para el estatus social. De la misma manera, el culto a la moral y a las buenas costumbres es evidenciado por el autor como una falsedad. La alta sociedad aparece en la pieza como completamente sostenida por la hipocresía.

La traducción literal del título de la obra, en español, sería La importancia de ser serio. El título en inglés tiene un doble sentido que se pierde en la traducción, ya que el nombre «Ernest» y la palabra «earnest» (serio) son homófonos, es decir suenan igual. En relación a la idea de seriedad, podemos decir que gran parte del efecto cómico de la obra responde, entre otras cuestiones, a la confusa jerarquía de valores que manejan los personajes. Wilde describe a La importancia de llamarse Ernesto como una obra "exquisitamente trivial, una delicada burbuja de fantasía, y tiene como filosofía que debemos tratar todas las cosas triviales de la vida con seriedad, y todas las cosas serias de la vida con una trivialidad sincera y estudiada". Hay registros, además, de que para la puesta en escena Wilde hizo hincapié en que los actores dijesen todas sus líneas con total seriedad, sin subrayar, ante la audiencia, la comicidad de la situación presentada. Si bien es en esencia una comedia de costumbres, la obra también utiliza técnicas propias del absurdo para restar importancia a toda situación, disminuyendo la seriedad que se supone comúnmente apropiada para el tratamiento de ciertos temas.

Dentro del marco de identidades falsas propuestas por la obra, Wilde también siembra en su texto varias alusiones posibles a la homosexualidad de los personajes masculinos. Cuando escribió La importancia de llamarse Ernesto, Wilde llevaba una vida dual: estaba casado con una mujer, mientras mantenía relaciones con varones. Las referencias a esa doble vida común en la época y a la subcultura homosexual de Londres es captada, mayoritariamente, por la audiencia original de la obra. Desafortunadamente, el embriagador éxito de La importancia de llamarse Ernesto duró poco; el marqués de Queensbury, padre del joven amante de Wilde, Lord Alfred Douglas ("Bosie"), es uno de los que se presentan la noche del estreno. Aunque le prohíben la entrada, poco después comienza un infame juicio a Wilde, y la vida y carrera del autor comienzan a desmoronarse.