Final del juego

Final del juego Resumen y Análisis “Una flor amarilla”

Resumen

El narrador relata la historia de un encuentro en un café parisino con un amigo. Este le relata una historia sobre cómo él es el único mortal. Está borracho y acaba de separarse de la mujer. El narrador aclara que bebía para olvidar.

El amigo le cuenta que un día en el colectivo de la línea 95 se había encontrado con un niño, Luc, que se parecía mucho a él mismo a su edad: en la cara, las manos, los gestos, la voz. Se había bajado del autobús con él y lo había acompañado a la casa. Con el correr del tiempo se involucra con su familia y comienza a averiguar más sobre la historia de la niñez de Luc. Formula la idea de que “Luc era otra vez él, no había mortalidad, éramos todos inmortales” (2016:78). Piensa en ese niño como una figura análoga a él y empieza a descubrir secuencias vividas de manera similar. Recuerda que a su edad él había atravesado una enfermedad interminable, luego se había roto un brazo jugando con amigos y luego sufrido por el amor de la hermana de un condiscípulo. En paralelo, Luc se había enfermado, dislocado un tobillo y llorado por amor. Sigue enumerando ejemplos que él considera como confirmaciones de su hipótesis principal. Lamente que, de cualquier manera, Luc tuviera que vivir sus desgracias, “la humillación, la rutina lamentable, los años monótonos, los fracasos que van royendo la ropa y el alma, el refugio en una soledad resentida” (2016:81).

Continúa contando que Luc había muerto. Que él también había sufrido una enfermedad grave a su edad pero que su madre lo había internado y se había recuperado. En cambio, la madre de Luc lo había curado en su casa, dejando que él fuera su enfermero. Confiesa que luego de su muerte siente felicidad por ser el primer mortal, por sentir que su vida se desgastaba día a día.

Sin embargo, el contacto con la belleza de un flor amarilla le despierta el deseo de volver a ser inmortal, de buscar a otros dobles que continuaran con su destino, que repitieran su vida.

Análisis

Este cuento presenta a un personaje en la búsqueda por entender la inmortalidad, saber qué hay después de la muerte, pensar la trascendencia, comprender el destino. Tiene la forma de un relato enmarcado porque el narrador cuenta la historia que el personaje le había contado.

Luc funciona como un doble del personaje. Piensa que las similitudes que los unen implican que su vida iba a ser repetida, que había un ciclo de inmortalidad. La inmortalidad sería la repetición de hechos, virtudes, cualidades, fracasos y disfrutes en otras personas.

Aunque no se explicita, el personaje mata a Luc dejándolo morir. Se dan indicios de esta hipótesis cuando dice que "nadie se fija mucho si los síntomas finales coinciden del todo con el primer diagnóstico." La madre de Luc había confiado en el protagonista la responsabilidad de los cuidados médicos del hijo. Cuando el niño muere él siente felicidad porque eso lo llevaría a ser el primer mortal. Se sentía asfixiado por este ser humano que era una especie de reencarnación superpuesta: Luc no nace luego de su muerte sino que ambos coexisten. Lamenta que su vida de frustraciones y miserias se repitiera en distintas personas hasta el infinito y por eso se alivia con su conseguida mortalidad. Sin embargo, al experimentar la belleza que le genera la flor que da título al cuento, vuelve a desear encontrar a un doble, a un continuador de su vida. Se reencuentra con el deseo de ser inmortal. Para eso, debía encontrar “un pequeño error en el mecanismo, un pliegue del tiempo, un avatar simultáneo en vez de consecutivo” (2016:83).