Final del juego

Final del juego Guía de Estudio

Final del juego es el segundo libro de cuentos del escritor argentino Julio Cortázar. La primera edición se publica en 1956 y constituye, junto con la novela Rayuela (1963), una de las obras más conocidas del autor. El primer libro de cuentos que publica es Bestiario, en 1951.

Hay un importante factor autobiográfico en este libro de cuentos. En las clases de literatura que imparte en la Universidad de Berkeley (1980), Cortázar admite: “el niño de 'Los venenos' soy yo. En general, los niños que circulan por mis cuentos me representan de alguna manera” (2013:150). Lo mismo sucede con el cuento “La noche boca arriba”, que, según el autor, “se basa en parte en una experiencia personal. Tendría que haber dicho ya (...) que en mi caso los cuentos fantásticos han nacido muchas veces de sueños, especialmente de pesadillas.” (65).

Final del juego figura usualmente en la currícula de los primeros años de la escuela media en Argentina y se ubica en ese sentido en el centro del canon de la literatura argentina. Por su incorporación en contextos de lectura dentro de la escuela, la obra cuentística de Cortázar en general se asocia a un público adolescente.

Su primera edición, de 1956, incluye nueve cuentos: "Los venenos", "El móvil", "La noche boca arriba", "Las Ménades", "La puerta condenada", "Torito", "La banda", "Axolotl" y "Final del juego". La segunda edición, de 1964, por editorial Sudamericana, agrega nueve cuentos más que Cortázar escribe entre 1945 y 1962: “Continuidad de los parques”, “No se culpe a nadie”, “El río”, “El ídolo de las Cícladas”, “Una flor amarilla”, “Sobremesa”, "Los amigos" y "Después del almuerzo". Se organizan en tres bloques de cuentos.

El libro se traduce al inglés, francés, alemán y portugués y es leído y distribuido en Europa. Este proceso mediante el cual autores latinoamericanos son editados y leídos en Europa se enmarca en un fenómeno literario conocido como el boom latinoamericano. Entre los años 1960 y 1970 autores como Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa, Julio Cortázar y Carlos Fuentes adquieren relevancia por fuera de sus países y regiones de orígen y sus obras son distribuidas en Europa y el resto del mundo.

La literatura del boom suele caracterizarse por su experimentación formal: el tiempo no se desarolla de manera lineal, los narradores suelen ser múltiples y no omniscientes y las palabras pueden incluir neologismos. Además de factores vanguardistas a nivel textual, los libros del boom suelen contar historias que mezclan lo fantástico y lo cotidiano. El realismo mágico fue leído por fuera de América gracias a este movimiento literario que distribuyó las obras del otro lado del Atlántico.

Final del juego incluye cuentos que podrían enmarcarse en el realismo mágico, en donde lo real, lo fantástico, lo verosímil y lo mágico son difíciles de diferenciar. Es significativo que el boom cambió el modo en el que la cultura latinoamericana fue comprendida por el resto del mundo que tuvo acceso a un material literario novedoso a través de las traducciones. Es interesante pensar qué ideas sobre el país o sobre el continente contiene este libro de cuentos. Arroja ideas sobre el peronismo (“La banda”), los modos de vincularse que tienen ciertos amigos (“Sobremesa”), las obsesiones de un trabajador (“La puerta condenada”), las ideas esotéricas en las que caen algunos argentinos (“El ídolo de las cícladas”), los modos de recorrer la Ciudad de Buenos Aires (“Después del almuerzo”) y los ídolos que genera la sociedad rioplatense (“Torito”).