El niño africano

El niño africano Resumen

El niño africano es una novela autobiográfica narrada en primera persona y organizada en doce capítulos. En ella se cuentan, cronológicamente, las memorias de infancia y adolescencia de su autor, Camara Laye.

El primer capítulo comienza con recuerdos de la niñez de Laye, el protagonista, un chico guineano negro, musulmán y criado en el seno de una familia malinké. Entre esos primeros recuerdos se destacan los referidos a una serpiente negra muy especial, que no debe ser matada por los humanos. Ese animal es el genio protector, es decir, un espíritu que cuida de su padre y de toda su raza. Poco a poco, el chico aprende a respetarla, y se entera de que la serpiente le habla en sueños a su padre para advertirle sobre eventos del futuro.

En esa época, Laye vive en Kouroussa, un pueblo rural del centro de Guinea, y pasa su tiempo libre observando los trabajos en el taller de herrería de su padre. La narración cuenta con especial detenimiento los detalles del trabajo con el oro para crear joyas. Además, de niño, el protagonista viaja con frecuencia a Tindican, un pequeño pueblo al oeste de Kouroussa donde viven su abuela materna y algunos de sus tíos. Allí tiene amigos y se siente feliz, querido y cuidado. Además, observa y admira las labores de sus familiares agricultores, en especial las tareas de la siega del arroz, que tienen lugar en diciembre. Un año, conversando con uno de sus tíos, se da cuenta de que él mismo no está destinado a ser ni herrero ni agricultor como sus parientes, y esto le genera cierta angustia.

Por otro lado, de pequeño, Laye estudia en una escuela coránica, es decir, musulmana, pero algunos años más tarde pasa a frecuentar una escuela francesa en Kouroussa. Allí conoce a Fanta, una amiga de su hermana, quien se convertirá en su primer amor. En la escuela también debe lidiar con un grupo de niños del último año que maltratan a los más chicos. Estas experiencias le permiten conocer diferentes modos de vincularse y de enfrentar situaciones problemáticas.

Cuando Laye se encuentra atravesando la pubertad, participa de la ceremonia de la circuncisión, práctica obligatoria en casi todas las comunidades musulmanas. Durante la semana previa a la operación, todos los chicos que serán circuncidados danzan en público. Guiados por los varones adultos, que han pasado por la misma situación años atrás, aprenden sobre los valores de la comunidad, ya que, a partir de este ritual, los muchachos dejan la niñez y pasan a ser hombres. Tras la operación, todos los circuncidados se recuperan juntos en un recinto especial, cuidados por otros hombres. En este tiempo no pueden establecer contactos con ninguna mujer, ni siquiera con sus madres. Acabado el período de convalecencia, Laye regresa a la vivienda de su familia, que lo recibe con un gran banquete. A partir de ese momento, pasa a vivir en su propio recinto en lugar de convivir con su madre.

A la edad de quince años, el protagonista se muda a la casa de uno de sus tíos paternos en Conakry, la capital de Guinea, para estudiar en una escuela francesa. Se trata de una secundaria técnica donde aprenderá mecánica. De todas maneras, contrae una enfermedad por la que debe estar hospitalizado un largo tiempo, y pierde el primer año de sus estudios. Su reincorporación en el segundo año coincide con un cambio de director, y la escuela comienza a ofrecer una educación mucho mejor, lo cual deja satisfecho a Laye, que siempre ha sido un excelente estudiante y vive entusiasmado por aprender cada vez más. Por estos años, se enamora de Marie, una chica cercana a la familia de su tío que estudia en la escuela superior para mujeres. Ambos comparten un amor inocente e infantil.

Tras graduarse con excelentes calificaciones y aprobar los exámenes para obtener la habilitación profesional, es decir, el diploma que le permite trabajar como mecánico, Laye regresa a su Kouroussa natal. Sin embargo, justo antes, el director de su escuela en Conakry le propone realizar sus estudios universitarios en París gracias al apoyo de una beca. El muchacho acepta de inmediato con mucho entusiasmo, pero después se da cuenta de que debería haber conversado sobre el tema con sus padres. Al principio, la madre, muy angustiada y preocupada, no le da permiso para viajar, pero el padre cree que es una oportunidad imperdible, y finalmente todos aceptan su viaje a Europa. La escena final de la novela presenta al protagonista subiendo a un avión que parte de Conakry mientras se despide de sus seres queridos.