El Gran Gatsby

El Gran Gatsby Temas

Los años locos

Los años comprendidos entre el fin de la Primera Guerra Mundial en 1918 y la caída de la bolsa en el año 1929 son comúnmente llamados “los años locos” o “la era del jazz”. Es un período de un crecimiento económico casi sostenido para los Estados Unidos en el que suceden cambios bruscos a nivel social y demográfico. En la década de 1920, la población aumenta de 106 a 121 millones y, según el censo de 1920, por primera vez hay más estadounidenses viviendo en ciudades que en zonas rurales. Además, el número de trabajadores fabriles entre 1900 y 1920 se duplica. La vida en las ciudades y el trabajo industrial cobran importancia en esta época. La cantidad de población crece y el producto bruto interno del país también.

Por otra parte, el 16 de enero de 1920, se incluye la decimoctava enmienda en la Constitución, conocida como “ley seca”, que prohíbe la fabricación, el transporte y la venta de alcohol. Esta ley favorece la creación de mercados ilegales que satisfacen la demanda existente de alcohol en la población. A la vez, alimenta el crecimiento de una red de gangsters ricos y poderosos como Gatsby, que se desempeñan en otras áreas criminales como el fraude financiero y las apuestas, y aspiran a conseguir un status social (2007). En la novela se sugiere que la fortuna de Gatsby se ha construido por el comercio ilegal de alcohol. El personaje que trabaja con Gatsby en sus negocios ilícitos es Meyer Wolfsheim. En el capítulo IV, cuando Gatsby lleva a su vecino Nick al sótano de un bar en Nueva York y se encuentran con el Sr. Wolfsheim, él entiende que Nick buscaba una conexión de negocios. Gatsby aclara el malentendido y le dice que Nick es solo un amigo. Aunque Gatsby no le admite a Nick sus conexiones con negocios ilegítimos, le confiesa que su socio es un apostador que “arregló la Serie Mundial de 1919” (2011:107), el torneo de béisbol más importante del país.

En sintonía con la “era del Jazz”, las fiestas de Gatsby ponen en escena un clima de época de opulencia y lujo. Las fiestas salvajes dan cuenta de la prosperidad holgada de la nación, pero también son síntoma de un pueblo golpeado luego de la guerra. Según Bloom, la década del 20 en Estados Unidos implica un sentido del optimismo y de manifestación de grandeza que se derrumba con la gran depresión luego de la caída de la bolsa en 1929.

Siguiendo a Tredell, la guerra había causado una gran dislocación social pero también estimulado la economía norteamericana y acrecentado la influencia del país, que se consolida como una potencia mundial (2007).

Es una década, además, en la que la moda, los lujos, la música y las fiestas proliferan en la clase adinerada de los Estados Unidos. Surge en esta época la industria cinematográfica, que aparece en la novela a través de las estrellas de cine que van a las fiestas de Gatsby. En su mansión se manifiesta también el jazz como el género musical de moda.

Realidad vs. ilusión

La contraposición entre la realidad y la ilusión es un tema fundamental en la novela, particularmente en la caracterización del protagonista, Jay Gatsby. Nick explica que Gatsby surge de “su concepción platónica de sí mismo” (2011:135). Lo platónico refiere a una concepción ideal y perfecta de una cosa. Es decir, el joven James Gatz se construye a sí mismo nombrándose "Jay Gatsby" y desarrollando una identidad que busca de que sea ideal. El protagonista intenta alcanzar una versión modelo de él mismo.

El tópico del hombre que se construye a sí mismo realizando las potencias individuales de su ser nos remite al llamado sueño americano. Marius Bewley escribe en 1954 el primer artículo crítico que vincula a la novela con este tópico. Considera que El gran Gatsby es una exploración del sueño americano y un intento de determinar el límite oculto que divide la realidad de las ilusiones (1954). En el desarrollo de la novela, asistimos a la contraposición entre la versión ideal que diseña Gatsby y su encuentro con la realidad, con los límites de sus deseos. Como entiende Bloom, Gatsby muere porque se niega a rendirse ante una realidad que no coincide con sus deseos (2006). Sin embargo, su fidelidad a ese ideal es una cualidad romántica del personaje que le otorga la grandeza que da título a la novela.

Siguiendo a Bewley, Gatsby es un personaje “mítico” que encarna el conflicto entre ilusión y realidad que existe en el corazón de la vida estadounidense y, a la vez, una personificación del héroe romántico estadounidense, el verdadero heredero del sueño americano (1954). Es decir, el tema de la realidad y la ilusión, que la novela condensa en el personaje de Gatsby, puede pensarse a nivel nacional. Bewley comprende que Gatsby expone el marchitamiento del sueño americano pero, a la vez, se muestra como un héroe romántico que no pierde nunca la fe en su sueño de amor. En este sentido, la novela compara el idealismo soñador de Gatsby con el espíritu de los marineros holandeses que llegan a un nuevo continente. Para los exploradores, “América” representa una nueva posibilidad de vida, un nuevo mundo, el “último y mayor de todos los sueños humanos” (2011:227). En sintonía, James Gatz diseña un nuevo personaje para interpretar y pretende que sea exitoso en un país materialista que atraviesa un período de casi ininterrumpida prosperidad económica.

Además del ideal de hombre exitoso y rico que Gatsby intenta conseguir, Daisy Fay se configura como el ideal de mujer que Gatsby desea. En este sentido, es importante el rol que ocupa en la construcción de la identidad de Gatsby. La manera en la que Daisy lo mira es definitoria para el protagonista; Gatsby actúa esperando la aprobación de su amada. Por eso, cuando la invita por primera vez a su mansión, Nick describe lo siguiente: "Él no había dejado de mirar a Daisy ni un instante, y creo que revaluó cada cosa de la casa de acuerdo con la medida de la respuesta que obtenía de los bien amados ojos de ella. A veces también él fijaba en sus posesiones una mirada aturdida, como si ante la presencia material y prodigiosa de Daisy nada fuera ya real" (2011:128). De alguna manera, la mirada de su enamorada determina la personalidad de Gatsby, pero también el carácter de realidad de su casa. Nick resalta cómo el mundo de Gatsby parece menos real frente a la presencia de Daisy. En este sentido, Bewley entiende que las ilusiones en la novela parecen más reales que la realidad misma (1954). La materialidad de la mansión de Gatsby se desdibuja, según Nick, cuando Daisy la visita.

En repetidas oportunidades durante la novela, Nick resalta los momentos en los que la ilusión de Gatsby contrasta con los hechos de la realidad. Por ejemplo, en esa misma visita a la mansión: “Debía de haber habido momentos incluso esa misma tarde en que respecto a sus sueños Daisy quedó corta; no por culpa de ella, sino a causa de la colosal vitalidad de la ilusión que él tenía” (2011:133). La intensidad de la idealización de su amada lleva a una inevitable decepción frente a la versión real. Esta frustración sucede repetidas veces durante la novela.

En el sexto capítulo, luego de que Daisy y su esposo, Tom Buchanan, asistan a una fiesta en la mansión de Gatsby, él le confiesa a Nick que pretende repetir el pasado, que Daisy le diga a Tom que nunca lo había amado y que él y Daisy puedan casarse en Louisville, en la casa de ella, como si los últimos cinco años no hubiesen sucedido. Cuando Nick le dice que no se puede repetir el pasado, Gatsby responde, incrédulo: “Vaya, ¡claro que se puede!” (2011:148). El límite entre lo real y lo anhelado se confunde en el protagonista.

Posteriormente, en el séptimo capítulo, el sueño de Gatsby comienza a quebrarse el día que Nick cumple 30 años y Daisy deja de creer en él. Cuando Tom cuenta sobre el pasado ilegal de Gatsby, sobre las ventas prohibidas de alcohol y sobre su falsa pertenencia a la clase aristocrática, algo en la fe que Daisy tiene en su amante se rompe y, en consecuencia, se ve afectada la propia concepción que Gatsby tiene sobre él mismo. Nick describe que Gatsby “empezó a hablarle a Daisy con excitación, negando todo, defendiendo su nombre contra acusaciones que no se habían hecho. Pero a cada palabra ella se retraía más y más en sí misma, así que él abandonó, y solo el sueño muerto continuó la pelea” (2011:175). Siguiendo a Bloom, en este momento Gatsby se da cuenta de que el pasado está cerrado, de que no hay manera de recrear su momento perfecto con Daisy (2006).

La decadencia

Se considera que El gran Gatsby expone la decadencia norteamericana después de la Primera Guerra Mundial. La primera novela de Fitzgerald, llamada Este lado del paraíso y publicada en 1920, analiza la frustración que significa la guerra. En este caso, Fitzgerald vuelve a tematizar la decadencia, señalando con sutileza los efectos que la guerra provoca en los personajes y en la sociedad.

Un espacio que se describe como completamente demacrado es el valle de las cenizas. Fitzgerald inventa este barrio que es una zona intermedia entre West Egg y la ciudad de Nueva York. Las descripciones hacen referencia, según la crítica, al famoso poema del escritor modernista T.S. Eliot, "La tierra baldía", publicado en 1922. En el poema se describe un suelo estéril y seco y una atmósfera general de muerte y oscuridad que se asemeja a la del valle de cenizas.

Allí tiene su taller mecánico George Wilson, que vive con Myrtle, la amante de Tom Buchanan. Wilson pertenece a una clase social baja y es caracterizado como un hombre bruto y apocado. La primera vez que Nick visita su taller mecánico describe la zona como una “lúgubre escena” (2011:53), un área vacía y desgastada, “contigua a absolutamente nada” (2011:54). Hay polvo y suciedad como si fuese un basural. De este modo, la novela presenta este lugar abatido en los márgenes de los espacios socialmente aceptados de los ricos, como si por fuera de ellos no hubiese posibilidades de éxito o felicidad.

Sin embargo, el decaimiento se filtra también en los espacios de los ricos. Hay algo decadente en las fiestas salvajes y exageradas de Gatsby. Los personajes alcoholizados no saben dónde están o intentan manejar autos que no tienen las cuatro ruedas. Hay un estallido de la población que ante la ilegalidad del alcohol parece reventarse en las fiestas con un consumo exagerado y con un clima de ostentación generalizado: “hacia las siete ha llegado la orquesta, ninguna cosilla de cinco instrumentos, sino un foso entero de oboes y trombones y saxofones y violas y cornetas y flautines y tambores graves y agudos” (2011:70).

Además, la novela expone la decadencia del sueño americano y, en este sentido, la construcción y el desarrollo del personaje de Gatsby es ilustrativa. Nick observa, durante el verano que vive en West Egg, cómo el sueño de Gatsby se frustra y no logra alcanzar su ideal de hombre exitoso, independiente y “autofabricado”. Nick explica que el protagonista “se inventó justamente la clase de Jay Gatsby que un chico de diecisiete años podría inventarse, y a esa concepción le fue fiel hasta el fin” (2011:135). Sin embargo, ese proyecto idealizado falla y Gatsby se convierte en una distorsión del hombre de éxito porque consigue su riqueza de manera ilegal y porque no pertenece a la sociedad adinerada y tradicional de los Estados Unidos. Además, su mansión se ubica en West Egg, el barrio de los nuevos ricos que no forman parte de la elite.

De todas maneras, Gatsby no es consciente de su versión ridícula del “hombre de éxito” hasta que Daisy deja de creer en el relato que él mismo fabrica. La noche en la que Nick deja a Gatsby después del accidente de Myrtle es el punto de quiebre para el sueño de Gatsby y para la decadencia del sueño americano. Como entiende Lehan, la novela hace un doble juego entre la experiencia personal de Gatsby y la experiencia la cultural de la nación. Entonces, Nick se da cuenta de que el sueño de Gatsby y el de la república han quedado simultáneamente atrás (1970).

Como el sueño de Gatsby no significa nada, tampoco queda nada luego de su muerte. Nadie asiste a su funeral porque Gatsby no tiene amigos. Nick contempla, en su última noche en West Egg, el “inmenso e incoherente fracaso de casa” (2011:227) y encuentra una palabra obscena garabateada en la pared. El final indigno de su único legado que es su mansión da cuenta de su decadencia. Nuevamente, la novela hace un paralelismo entre el derrotero de los sueños de Gatsby y los de la nación, y la toma de conciencia de Nick tiene que ver con la decadencia de ambos sueños, como si el tiempo de las grandes aspiraciones hubiese terminado y el sueño americano se hubiese corrompido.

La clase

La novela espacializa las diferencias de clase, es decir, marca concretamente un espacio para la aristocracia -East Egg- y otro para los nuevos ricos -West Egg-. El límite entre uno y otro grupo social se delimita en el terreno. Mientras en East Egg viven las familias tradicionales de dinero, en West Egg se asientan los nuevos ricos, familias que por las transformaciones sociales y productivas de la época se enriquecen rápidamente, aunque no tienen un linaje cultural o económico de privilegio. El espacio en el que personas de ambos orígenes se encuentran es la mansión de Gatsby en West Egg, en las fiestas multitudinarias del verano. Sin embargo, Nick descubre que las personas de East Egg conforman su propio círculo de exclusividad en las fiestas: “este grupo había preservado una homogeneidad digna y asumido la función de representar la sobria nobleza del campo” (2011:75).

El personaje que representa a los habitantes de East Egg es Tom Buchanan, un joven tradicional y millonario que se considera un conservador de las “buenas costumbres”. Es el tipo de hombre exitoso en la sociedad estadounidense de la época. Tom comenta, en la primera cena que comparte con Nick, su preocupación por la pérdida de control de las riendas de la nación que estaba sufriendo la “raza blanca” en el mundo moderno. Luego, en la habitación del hotel Plaza con Nick, Daisy, Jordan y Gatsby, Tom enuncia: “hoy en día la gente empieza por burlarse de la vida familiar y las instituciones familiares, y a continuación van a tirar todo por la borda y hacer casamientos mixtos entre negros y blancos” (2011:170). Estas expresiones racistas y conservadoras son ridiculizadas por el narrador que, luego del monólogo de Tom, dice: “enrojecido con su monserga apasionada, se vio parado solo en la última barrera de la civilización” (2011:170). Califica sus enunciados de confusos y ridiculiza su intención de proteger o resguardar la sociedad.

A diferencia a los orígenes de Tom, Gatsby viene de una familia humilde de Dakota del Norte y consigue su fortuna trabajando. Representa la primera generación adinerada de su familia: su padre posee una propiedad porque su hijo se la regala. En este sentido, Gatsby supone una amenaza para Tom, porque modifica el viejo orden que este adora. El ascenso social de Gatsby pone en peligro el statu quo que Tom busca proteger. Por ejemplo, un domingo a la tarde en el que Nick va a la mansión de Gatsby, Tom aparece con una pareja de amigos de East Egg para saludar. Tom finge que conoce a Gatsby cuando en realidad no lo recuerda, porque no presta atención a personas que no pertenecen a su restrictivo círculo social. Tom se relaciona con los suyos y considera que el ingreso a su grupo social es imposible. El diálogo entre ellos expone la tensión en su relación y también el poder de observación de Nick, quien identifica que Tom está mintiendo:

-Creo que nos hemos visto antes, Sr. Buchanan.

-Ah, sí -dijo Tom, con áspera cortesía, pero obviamente sin recordar-. Sí, nos vimos. Recuerdo muy bien.

(2011:139).

Además, las diferencias de clase son un obstáculo en el vínculo entre Daisy y Gatsby. Gatsby quiere pertenecer a la misma clase que ella y por eso busca conseguir dinero y, simultáneamente, activa un discurso falso sobre su orígen acomodado. Inventa su propio status, compra camisas inglesas y dice haber estudiado en Oxford. En sintonía, la primera vez que lleva a Daisy a su hogar, despliega ostentosamente sus recursos para que ella lo reconozca como un par: “sacó una pila de camisas y empezó a arrojarlas, una tras otra, ante nosotros, camisas de puro lino y seda espesa y franela fina” (2011:129). Gatsby seduce a Daisy mostrando que puede consumir bienes de lujo y Daisy reacciona con emoción por la belleza de las telas. Sin embargo, en la habitación del hotel Plaza, cuando Daisy se entera de los negocios ilegales de su amante y de su verdadero orígen humilde, termina eligiendo a Tom, su par. De alguna manera, este acontecimiento frustra otro sueño profundamente estadounidense: la posibilidad de movilidad social se muestra como una ilusión.

La guerra

El 2 de abril de 1917 los Estados Unidos declaran la guerra contra los Poderes Centrales (Alemania y Austria) uniéndose a la Triple Entente (Reino Unido, Francia y Rusia) y entrando oficialmente en la Primera Guerra Mundial. El 11 de noviembre de 1918 se firma un armisticio que termina la guerra.

Aunque en la novela no se incluyen narraciones durante el suceso bélico, este está presente como una huella en todos los personajes de la historia. Es el pasado que Nick y Gatsby tienen en común y el tema que tocan en su primera conversación. La primera vez que Nick va a una fiesta en lo de Gatsby, un hombre le dice a Nick que su cara le suena conocida y luego le pregunta: “¿No estuvo en la Tercera División durante la guerra?” (2011:78). Los personajes fraternizan aunque Nick todavía no sabe que ese hombre es Gatsby. Lo descubre al finalizar la noche y siente vergüenza.

Luego, en el cuarto capítulo, Gatsby tiene que mostrarle una medalla de condecoración de la guerra para que Nick crea su mentiroso relato identidario. Aunque Nick identifica las mentiras de Gatsby, la condecoración es una prueba de su participación en la guerra.

Por otro lado, la guerra es crucial para el desarrollo personal de Gatsby en tanto le permite, durante el período en el que viste el uniforme de soldado, una pequeña movilidad social. Gatsby admite frente a Nick que “él sabía que estaba en casa de Daisy por un accidente colosal. Por glorioso que pudiera ser su futuro como Jay Gatsby, en el presente era un joven sin un céntimo y sin pasado, y en cualquier momento la invisible capa del uniforme podía deslizarse de sus hombros” (2011:190). Es decir que, cuando conoce a Daisy, Gatsby puede disimular su origen humilde gracias a su pertenencia al ejército, a esa capa invisible que él menciona. Sin embargo, esta oportunidad desaparece cuando vuelve de la guerra y encuentra que, en América, la movilidad social continúa siendo difícil.

La violencia

La violencia es un tema importante en la novela. No aparece solamente en los asesinatos de Myrtle y Gatsby sino que también se manifiesta fundamentalmente en el personaje de Tom, que ejerce violencia en sus relaciones con las mujeres (Daisy y Myrtle). En la primera “fiesta” que Nick comparte con Tom y su amante en el pequeño departamento en Nueva York, Tom se enoja con Myrtle, su amante, y de un golpe le rompe la nariz: “Tom Buchanan y la Sra. Wilson estaban parados cara a cara discutiendo, con voz apasionada, si la Sra. Wilson tenía algún derecho a mencionar el nombre de Daisy” (2011:67). Tom reacciona con violencia para proteger el nombre de su mujer, pero luego la trata con violencia a ella también. Se preocupa con más energía por cuidar el honor de Daisy frente a sus amigos que de cuidarla realmente a ella.

Los roles de género

La novela transcurre en la sociedad estadounidense de 1925. Esto implica que los roles de género suponen a un hombre trabajador que provee de dinero a la familia y a una mujer sumisa que cuida a los hijos. En este sentido, Daisy cuenta en la primera comida que comparte con Nick, que cuando nace su hija ella desea que sea tonta, porque “eso es lo mejor que puede ser una chica en este mundo, una bella tonta” (2011:46). Daisy se refiere a que siendo bella y tonta se cumplen los estándares que la sociedad les impone a las mujeres.

Sin embargo, y aunque Daisy se casa con un hombre poderoso y millonario que la somete y controla, y termina eligiéndolo frente a Gatsby por su posición económica, presenta algunos rasgos que la asemejan a una flapper. Las flappers son las heroínas de la “era del jazz”, que ofenden las costumbres de la generación anterior porque desafían las convenciones de conducta femenina aceptable. Son mujeres de pelo corto consideradas rápidas o desvergonzadas. Las flappers son modernas y encarnan la revolución en la moda y las costumbres que se lleva a cabo en la época. Daisy comparte con las flappers un encanto sensual y cierto misterio. Aunque está casada con Tom, logra reencontrarse con Gatsby y retomar su viejo amorío en secreto. Esta transgresión se vincula con el ideal de mujer independiente de los años 20.

A diferencia de Daisy, Myrtle Wilson es una mujer sensual y vital. Mientras Daisy se viste de blanco por formar parte de la clase aristocrática, Myrtle usa colores fuertes. Es una mujer directa, terrenal y fresca, mientras Daisy es encantadora y etérea. Ambas mujeres se corren del ideal tradicional de mujer y muestran más independencia, en sintonía con las mujeres de la nueva década.

La mujer que es caracterizada como una verdadera flapper es Catherine, la hermana de Myrtle. En el segundo capítulo, cuando hacen una fiesta en el departamento de Tom, Catherine aparece como una mujer sensual, llena de pulseras y colores chillones. Es una versión más refinada que su hermana.