El Gran Gatsby

El Gran Gatsby Resumen y Análisis Capítulo 4

Resumen

Una mañana de domingo en la fiesta de Gatsby, Nick escucha nuevos chismes sobre la identidad del anfitrión: dicen que “es contrabandista de licores” (2011:93) y que es el sobrino de Von Hindenburg, segundo presidente de la república de Weimar.

Luego, una mañana a fines de julio, Gatsby invita a Nick a almorzar en Nueva York. Lo busca por su casa con su Rolls Royce. Nick lo encuentra impaciente y puntilloso. Comentan el auto, que es color crema intenso, brillante y monstruosamente grande. En el auto, Gatsby le pregunta a Nick qué opinión tiene sobre él. Como Nick evade la pregunta, Gatsby le dice que quiere contarle su historia de vida, para que no se deje llevar por los chismes y se haga una “idea equivocada por todas las ideas que oyes” (2011:97).

Entonces Gatsby comienza su relato. Le cuenta que es hijo de gente rica del Medio Oeste, y que están todos muertos. Ha vivido siempre en Estados Unidos pero estudió en Oxford. En ese momento, Nick recuerda que Jordan no cree que Gatsby haya ido a Oxford y él está de acuerdo con ella, porque hay algo en el modo en el que él lo relata que le hace dudar. Cuando le pregunta de qué parte del Medio Oeste viene, Gatsby contesta que de San Francisco, una ciudad que no está, de hecho, allí. Gatsby continúa su relato sobre una gran herencia familiar y sus viajes de juventud por Europa. Nick contiene la risa porque no le cree: “las frases mismas eran tan trilladas que no evocaban ninguna imagen salvo la de un 'personaje'” (2011:98). Gatsby continúa su relato sobre las condecoraciones que obtiene en la guerra. Nick descree del relato pero, de todos modos, se siente fascinado por Gatsby. Este le muestra una pieza de metal que prueba su participación en la guerra y Nick se sorprende, porque es auténtica.

Gatsby anuncia que está por pedirle un favor. Le avisa que Jordan Baker lo espera para tomar un té esa tarde, y que ella le contará qué necesita. Nick se fastidia porque Gatsby arregla el encuentro con Jordan sin avisarle. Continúan el viaje en auto y atraviesan el oscuro valle de cenizas. En el puente de Queensboro, un policía los frena, pero cuando reconoce a Gatsby se disculpa y los deja ir. Gatsby le confiesa a Nick que le ha hecho un favor al comisario en el pasado.

En el viejo Metropole, un sótano de la calle cuarenta y dos, se encuentran para almorzar con el Sr. Wolfsheim, un hombre judío y petiso que trabaja con Gatsby. El Sr. Wolfsheim entiende que Nick busca una conexión de negocios, pero Gatsby le aclara que no. Nick le dice a Gatsby que prefiere que él le hable con franqueza en lugar de meter a Jordan en el medio del asunto. Gatsby responde halagando a Jordan y luego se desvanece, dejando a Nick solo con el Sr. Wolfsheim, quien comenta la estadía de Gatsby en Oxford y lo describe como a un “hombre de excelente crianza” (2011:106). Cuando Gatsby vuelve de hablar por teléfono, el Sr. Wolfsheim se despide. Gatsby le cuenta a Nick que ese hombre es apostador y ha arreglado la Serie Mundial de 1919.

Nick encuentra que Tom Buchanan está en el mismo restaurante y se acerca a saludarlo. Nick presenta a Gatsby y a Tom. Se dan la mano tensamente y, de repente, Gatsby desaparece.

Cuando Nick se encuentra con Jordan en el Plaza Hotel, ella le cuenta una historia de su pasado en Louisville, donde vivió su adolescencia y forjó su amistad con Daisy. Ambas trabajaban como voluntarias de la Cruz Roja. Una tarde de octubre de 1917, Jordan vio a Daisy hablando con un teniente, a quien no había visto nunca, en un auto deportivo blanco. Ese hombre era Jay Gatsby, y miraba a Daisy completamente enamorado. Luego, Gatsby se fue a pelear en la guerra y Daisy le prometió que lo esperaría. Sin embargo, en 1918 conoció a Tom Buchanan y se casó. Cuando Jordan entró al cuarto de Daisy, media hora antes de la cena nupcial, la encontró borracha y llorando. Tenía una botella es una mano y una carta en la otra. Daisy le pidió a Jordan que le dijera a Tom que había cambiado de opinión. Jordan buscó a la madre de Daisy y la metieron en la bañadera. Daisy no dijo nada más. Se arregló y se casó con Tom sin hacer ningún comentario sobre este episodio. Luego, se fueron de luna de miel por tres meses. Cuando Jordan la encontró, a su regreso, la vio locamente enamorada de su marido: “era conmovedor verlos juntos: te hacía reír en silencio, con fascinación” (2011:111). Una semana después, Tom tuvo un accidente con su coche. Lo encontraron con una mucama del Santa Bárbara Hotel. En abril del año siguiente, Daisy tuvo a su hija. Jordan le explica a Nick que Daisy volvió a escuchar el nombre de Gatsby hace seis semanas, en la comida en su casa. En ese momento, Jordan relacionó a Gatsby con el hombre del deportivo blanco en Louisville.

Jordan y Nick pasean por el Central Park en una victoria. Nick piensa que es una extraña coincidencia que Gatsby y Daisy se vuelvan a encontrar, y Jordan le explica que no lo es; Gatsby compró esa casa para tener a Daisy del otro lado de la bahía. En ese momento, Nick se da cuenta de que la luz verde que Gatsby mira tiene que ver con Daisy. Lo que Gatsby le pide a Nick es si puede invitar algún día a Daisy y a él a su casa. Jordan le dice que Gatsby tiene miedo a ser rechazado y que ha esperado encontrarla en alguna de sus fiestas, pero ella no ha ido. Cuando oscurece, Nick besa a Jordan en el Central Park.

Análisis

El cuarto capítulo profundiza en el conflicto de la identidad de Gatsby. Aparece el tópico de la realidad y la ilusión sobre la figura del protagonista. Nick descree de varias cosas que Gatsby le cuenta, como su estadía en Oxford y su origen en el Medio Oeste. Gatsby le dice que viene de San Francisco cuando esa ciudad no queda en el Medio Oeste y algo en el modo en el que Gatsby habla sobre Oxford hace desconfiar a Nick. También aparece, en el relato de Gatsby, cierta preocupación por aclarar las dudas sobre sí mismo. Incluso le presenta evidencia de que ha participado en la guerra, le muestra una pieza de metal que dice “Mayor Jay Gatsby, por extraordinario valor” (2011:99), lo cual es leído por Nick como sospechoso. Nick se muestra muy escéptico ante el relato de Gatsby.

Gatsby le cuenta a Nick sobre su pasado porque no quiere que se haga de él “una idea equivocada por todas las ideas que oyes” (2011:97). Gatsby sabe de los rumores que circulan sobre sí mismo y quiere controlar la narrativa, pero Nick descubre que todo lo que hay es una invención: “las frases mismas eran tan trilladas que no evocaban ninguna imagen salvo la de un ‘personaje’” (2011:98). Las sospechas de Nick sobre el tipo de trabajo que realiza Gatsby o sobre los modos de conseguir su fortuna crecen cuando el policía los frena cruzando el puente de Queensboro y los deja ir. Nick entiende así que hay cierta complicidad entre su amigo y la policía.

Además, sus dudas sobre la legalidad de los negocios de Gatsby aumentan cuando conoce a Meyer Wolfsheim. Este personaje encarna el elemento criminal de la novela y es caracterizado con los rasgos físicos estereotípicamente asignados a los judíos: una gran nariz y baja altura. Estas cualidades son señales distintivas de las caricaturas antisemitas que circulan en la década de 1920. El antisemitismo en Estados Unidos en esa época se encuentra en boga; buena parte de la población culpa a los judíos por los males económicos de la época. En sintonía, el personaje de Wolfsheim funciona como un estereotipo de un judío criminal. La novela presenta este estereotipo sin ninguna crítica, replicando los prejuicios de la época.

Por otra parte, en este capítulo se devela la historia de amor que Gatsby y Daisy tienen antes de la guerra. Jordan relata la historia con varios clichés románticos: Gatsby se presenta como el amante ideal, un soldado atractivo y valiente que debe irse a la pelear por el país, y Daisy como una joven y hermosa mujer millonaria. Como entiende Bloom, Gatsby no se enamora de Daisy o del amor, sino de un momento particular de su historia que quiere volver a vivir (2006). Gatsby quiere revivir la relación entre una voluntaria de la Cruz Roja y un soldado en Louisville antes de la guerra, porque este es el momento más feliz de su vida. Su lugar como soldado le permite vincularse amorosamente con una joven de una clase muy alta a la que no tendría acceso sin su uniforme. En este sentido, Gatsby escala en la pirámide social luego de la guerra para ser nuevamente “digno” de su enamorada. Compra esa exagerada mansión para impresionarla, y la elige en ese lugar determinado para estar enfrente de su casa. Siguiendo a Bloom, Fitzgerald construye un personaje cuya visión romántica del mundo debe enfrentarse al cinismo y a la decadencia del mundo moderno (2006). Gatsby se mete en negocios ilegales para enriquecerse, porque la manera de conseguir a su amada en el mundo moderno es a través del éxito económico.

Frente al relato de Jordan, Nick reacciona con ambivalencia. Oscila entre la admiración y el disgusto sobre Gatsby. Se enoja primeramente porque Gatsby le miente sobre sus orígenes y organiza que Jordan le cuente su historia y le pida el favor a sus espaldas. La novela sugiere que Gatsby busca generar una relación de amistad con Nick cuando descubre su vínculo de parentesco con Daisy. Hay algo utilitario en esta relación: Gatsby necesita de Nick para acercarse a su enamorada.

En este capítulo también se revela la relación entre la luz verde que Gatsby contempla desde su mansión y su amor por Daisy. Es uno de los "objetos encantados" (2011:130) de Gatsby. Esta luz simboliza, para el protagonista, el camino hacia Daisy, hacia su sueño romántico. Como su amor por Daisy es el corazón de un sueño más amplio que tiene que ver con el sueño americano, con ser un hombre exitoso y próspero, la luz verde funciona como una guía para el protagonista que marca el rumbo de su futuro.

Finalmente, durante toda la novela se vincula el color blanco con la clase adinerada y el negro con las clases humildes. En este capítulo se vuelve evidente el significado de clase que tienen los colores en el viaje que Gatsby y Nick hacen desde West Egg hasta la ciudad de Nueva York. Cuando pasan por el valle de las cenizas, ven “oscuras indesiertas tabernas” (2011:101), y cuando cruzan el puente ven “la ciudad subiendo al otro lado del río en montones blancos y terrones de azúcar” (2011:101). El valle aparece en tonos oscuros y la ciudad en el color blanco del azúcar. Además, en este puente se cruzan con una limusina conducida por un chofer blanco que lleva a dos hombres negros. Se vislumbra así una inversión en las relaciones tradicionales de poder que suponen a la población negra subordinada a la blanca. Esto sugiere un primer trastocamiento del status quo de la sociedad estadounidense de la época. En el mismo orden de cosas, luego de ese episodio, ya en la ciudad, Nick confirma que Gatsby es un hombre rico pero criminal y esto va en contra de la idea de Nick de que los ricos son fundamentalmente "buenos" o honorables.

Finalmente, en el relato de Jordan, Daisy aparece en el pasado en Louisville vestida de blanco y charlando con Gatsby en un “deportivo blanco” (2011:109). De nuevo aparece el tono de las clases altas. El color blanco persiste, incluso en la carta que Daisy sostiene en su mano horas antes de su boda, que “estaba deshaciéndose en pedazos como nieve” (2011:111). Aunque no se explicita, la carta parece provenir de Gatsby.