El conde Lucanor

El conde Lucanor Elementos Literarios

Genero

Relato breve (cuento moralizante).

Configuración y Contexto

Castilla, Baja Edad Media (siglo XIV).

Narrador y Punto de Vista

Un narrador en tercera persona introduce los diálogos entre el Conde Lucanor y Patronio. Quien narra los relatos dentro del relato-marco es Patronio. El autor de la obra, Don Juan Manuel, aparece al final de cada ejemplo como un tercero que oye el diálogo y decide ponerlo en su libro.

Tono y Estado de Ánimo

La función de los ejemplos es transmitir enseñanzas de vida, por lo que el tono general del libro es didáctico y moral.

Protagonista y Antagonista

Cada relato que cuenta Patronio tiene sus respectivos protagonistas y, en algunos casos, antagonistas. Por ejemplo, en el cuento del Ejemplo XXXII, el Rey vendría a ser el protagonista y los tres hombres burladores, los antagonistas que intentan engañarlo. En el Ejemplo XXXV, la mujer mala y necia sería la antagonista del joven moro, protagonista de la historia.

Conflicto Principal

En el relato-marco, el conflicto es el que trae como problema a resolver el Conde Lucanor frente a su consejero, Patronio. Los conflictos de cada relato varían acorde a lo planteado en cada situación que plantea el Conde (ver sección "Resumen y análisis").

Climax

Al ser relatos breves, en general el clímax de la historia se da al final del cuento, luego del cual Patronio realiza una explicación del consejo que transmite su historia. En el Ejemplo VII, el clímax ocurre cuando Doña Truhana provoca la caída de la olla de miel. En el Ejemplo XI, esto ocurre cuando Don Illán menciona las perdices y por arte de magia el Papa vuelve a la habitación del gran Maestre en Toledo, cuando todavía era deán.

Presagio

En general, Patronio no adelanta su enseñanza antes de contar la historia. Una excepción se da en el Ejemplo III, en el que Patronio, antes de relatar el cuento del ermitaño y del Rey Ricardo de Inglaterra, le advierte al Conde Lucanor que no debe tomar vida de orden para enmendar sus errores, porque eso no sería acorde a su honra y a su estado.

Atenuación

N/A

Alusiones

Todos los relatos contados por Patronio provienen de otros relatos de tradición popular y de diferentes orígenes. Algunas fuentes son las fábulas de Esopo, “Calila y Dimna” o “Las cuarenta mañanas y las cuarenta noches”.

Imágenes

Ver sección “Imágenes”.

Paradoja

En el Ejemplo XI, es paradójico que, en el ascenso del deán en el poder de la Iglesia, pasa de deán a arzobispo, para luego ser obispo (un cargo inferior al anterior), luego cardenal y por último Papa. Esto se explica por la importancia que tiene el cargo de obispo en Tolosa respecto al de arzobispo en Santiago (para más información ver el resumen y análisis del “Ejemplo XI. De lo que aconteció a un Deán de Santiago con Don Illán, el gran Maestre, que vivía en Toledo”).

Paralelismo

Todos los ejemplos establecen un paralelismo entre el problema que tiene el Conde Lucanor y el relato que cuenta Patronio. Al comparar los ejemplos entre sí, podemos ver un paralelismo entre los cuentos de los ejemplos V y XXIX, porque los dos recurren a animales personificados, y en especial, a la astucia del zorro, o entre los ejemplos VII y X, en los que los personajes principales son personas que lidian con la pobreza.

Metonimia y Sinecdoque

Todos los cuentos que narra Patronio son de alguna forma sinécdoques, porque son casos particulares que pueden aplicarse a situaciones más generales, como las que plantea el Conde Lucanor, que realiza sus consultas de forma tal que pueden aplicarse a circunstancias similares.

Personificación

Siguiendo la modalidad de la fábula, en los ejemplos V y XXIX los animales (dos zorros y un cuervo) aparecen personificados.