Bodas de sangre

Bodas de sangre El uso del verso en 'Bodas de Sangre'

El tratamiento de Lorca sobre la combinación de verso y prosa en la escritura teatral es muy particular y original.

Tradicionalmente, las piezas teatrales se escribían utilizando el verso para los diálogos entre personajes de la alta cultura o los sectores sociales más pudientes. Por el contrario, para los diálogos entre personajes pertenecientes a las clases bajas se prefería la prosa, como imitación del lenguaje llano o "poco elevado". El formato elegido, entonces, funciona como recurso para representar y transmitir ciertos rasgos sociales de los personajes en escena.

En esta pieza, Lorca no adscribe a esta tradición: los diálogos en verso aparecen, también, entre personajes que no pertenecen a clases altas (la familia de Leonardo, la Criada, entre otros). La forma en que este autor introduce el verso en su teatro construye, en cambio, un modo muy potente de expresión dramática y poética. Este uso alcanza, además, varias funciones que se despliegan en simultáneo; aquí haremos una breve reflexión sobre cuál es el sentido de esta inclusión. Hemos distinguido, brevemente, cinco funciones de este formato:

1- Incluye marcas socioculturales y códigos de la cultura tradicional

Como señala el teórico Guillermo Carrascón, el verso en Bodas de Sangre tiene una función dramática específica. En la primera aparición de la forma poética, que es el canto de la nana entre la Mujer de Leonardo y la Suegra, el contenido de la misma, como hemos mencionado en otras secciones, tiene una carga simbólica de presagio. Al no transmitir una idea cerrada, definida o clara, sino más bien imágenes poéticas, el lector / espectador recibe una especie de sensación negativa o trágica en torno a la idea del caballo, que encarna un símbolo clásico de la masculinidad.

A su vez, este uso tiene también otro sentido: involucra, en el texto de la obra, otros textos que formaban parte de otros circuitos de la cultura española: una nana es un canto popular, tradicional, que trae consigo signos y sensibilidades que pertenecen a códigos heredados de familia en familia. No se trata de una música o una poesía 'altas' o reconocidas como productos culturales legitimados, sino que son más bien producciones populares. El gesto de Lorca de introducir este tipo de textualidades en una pieza teatral tiene el sentido de armar una comunicación entre el teatro, que es un espacio tradicional de reconocimiento y legitimación de los productos artísticos, y la cultura tradicional o popular española. O sea, al introducir un canto popular en una de sus obras teatrales, Lorca legitima esa cultura popular, que tenía el estatus de "baja" o "no refinada". Además, con este tipo de elementos que pertenecen socioculturalmente a una geografía y tradición específicas, sitúa espacialmente a los personajes y la escena. Es decir, los habitantes de la zona que se está representando (Andalucía) pueden reconocer, en esta nana, un rasgo de su propia cultura en la escena.

2- Da emotividad poética a cuestiones esenciales de la obra

Carrascón también menciona que, en muchas de las ocasiones donde aparece la forma del verso, se realiza una pequeña reflexión sobre el tema de la pasión, y del la tensión entre ella y la institución social del matrimonio. Este teórico analiza, comparativamente, lo que Leonardo le dice a la Novia cuando conversan previo al comienzo del festejo, y el intercambio que mantienen más tarde en el bosque. En el primer diálogo, Leonardo le explica a la Novia su angustia en relación a sus sentimientos:

Callar y quemarse es el castigo más grande que nos podemos echar encima. ¿De qué me sirvió a mí el orgullo y el no mirarte y el dejarte despierta noches y noches? ¡De nada! ¡Sirvió para echarme fuego encima! Porque tú crees que el tiempo cura y que las paredes tapan, y no es verdad, no es verdad. ¡Cuando las cosas llegan a los centros, no hay quien las arranque!


Y la Novia, en el momento, no responde correspondiendo a esa intensidad. No obstante, luego, en el bosque, utiliza el verso para decirle:

¡Ay qué sinrazón!
No quiero contigo
cama ni cena,
y no hay minuto del día
que estar contigo no quiera.


Este cambio en su actitud no es arbitrario, y se relaciona mucho con lo que hemos mencionado en otras secciones en relación al espacio del bosque. Lejos de las miradas y del juicio de los demás, la Novia se permite cuestionarse con más profundidad sus sentimientos y expresarlos en voz alta. En este contexto, la forma del verso vehiculiza esta expresión íntima y sentimental, con que la Novia muestra cosas que pertenecen al universo de las pasiones.

Mientras que el matrimonio está, de hecho, sobre-explicado en la obra, en el sentido de que se expresa muy claramente la significación que acarrea para la mayor parte de los personajes, la pulsión sexual está, por el contrario, agazapada: la entendemos mediante hechos esquivos, menciones marginales. El verso, entonces, viene a ponerle palabras a esta pulsión, que excede el universo lógico y reprimido de las instituciones.

3- Constituye una reversión del Coro del teatro clásico

Como bien señala, una vez más, Carrascón, el uso del verso que hace Lorca es un juego con la función teatral clásica del Coro. El Coro es un elemento muy utilizado en piezas de teatro clásico. Tradicionalmente, se trata de una voz que aparece por fuera del diálogo entre los personajes, y que se utiliza para plasmar interpretaciones y reflexiones en torno a los acontecimientos representados en la obra. En esta pieza de García Lorca, los pasajes en verso cumplen, de cierto modo, una función parecida a esta que tenía el Coro en piezas clásicas. Ponen en escena, en palabras, una reflexión sobre aquello que los personajes muestran pero no explicitan. Mencionan los temas, sensaciones y problemas que la pieza plantea mediante la dramatización. Podemos observar esta función en el diálogo en verso que mantienen las Muchachas con la Niña en el último cuadro de la obra, en el que la Muchacha 1 se encarga de contar el desenlace trágico mediante el verso: “Amante sin habla. / Novio carmesí. / Por la orilla muda / tendidos los vi.”

4- Juega con elementos relevantes para la tradición literaria

Para la historia de la poesía y el teatro occidentales, la utilización de ciertos tipos particulares de verso constituyó una estudio específico, complejo y significativo. Cuando se escribe en verso, se puede optar por utilizar la forma "libre" o la forma "cerrada": estas dos categorías tienen que ver con la extensión y la forma de los versos que se escriben. La poesía clásica, tradicionalmente, respeta formas cerradas, que siguen cierta estructura predefinida: una cantidad de sílabas específica para cada verso, una cantidad de versos por estrofa, un número fijo de estrofas. La forma "libre" o "abierta", en cambio, no está construida según estos términos, sino que puede elegir el largo y la duración de los versos y las estrofas sin seguir una forma predeterminada.

Para el Siglo de Oro español, por ejemplo, que fue un periodo estético muy importante en la literatura de España, la forma del endecasílabo (once sílabas por verso) fue muy utilizada. En este sentido, la elección de Lorca sobre la forma y el largo de los versos que incluye esta pieza no es casual: algunos son, de hecho, versos endecasílabos, como el parlamento de la Mendiga en el último cuadro:

Flores rotas los ojos, y sus dientes
dos puñados de nieve endurecida.
Los dos cayeron, y la novia vuelve
teñida en sangre falda y cabellera.
Cubiertos con dos mantas ellos vienen
sobre los hombros de los mozos altos.
Así fue; nada más. Era lo justo.
Sobre la flor del oro, sucia arena.

Algunos otros, en cambio, son hexasílabos (seis sílabas por verso) como, por ejemplo, los de la nana del caballo que cantan la Suegra y la Mujer de Leonardo en el primer acto:

No quiso tocar
la orilla mojada,
su belfo caliente
con moscas de plata.
A los montes duros
sólo relinchaba
con el río muerto
sobre la garganta.

La conversación en el bosque entre Leonardo y la Novia, por el contrario, está armada con versos octosílabos (ocho sílabas por verso):

Porque yo quise olvidar
y puse un muro de piedra
entre tu casa y la mía.
Es verdad. ¿No lo recuerdas?
Y cuando te vi de lejos
me eché en los ojos arena.
Pero montaba a caballo
y el caballo iba a tu puerta.

Estas elecciones, muchas veces, tienen que ver también con el tema que se está tratando, o con el tono que se adopta.

5- Construye un ritmo oral atractivo

En cualquier caso, estas formas tienen siempre un objetivo expresivo: que la emoción llegue al espectador o al lector. Las formas del verso también cumplen la función de dinamizar el relato. Cuando se respeta una forma establecida, rítmica, el habla y la declamación adquieren un sonido más musical, más agradable al oído. De este modo, los parlamentos de los personajes tienen una cadencia más armónica, se convierten en algo atractivo para la escucha: no solamente por su contenido y su función en la representación de la historia, sino también en su propia forma poética. Los pasajes en verso, entonces, cumplen también con el objetivo de hacer el texto más legible, entretenido y emotivo para los lectores y el público.