Bodas de sangre

Bodas de sangre Guía de Estudio

Bodas de Sangre es una pieza teatral escrita en 1931 por Federico García Lorca, dramaturgo y poeta español que vivió entre 1898 y 1936. Es estrenada en marzo de 1933 en el Teatro Beatriz de Madrid.

Los textos teatrales pueden estar escritos en prosa (líneas narrativas como las de una novela o cuento, por ejemplo) o en verso (una estructura como la que se utiliza en poesía, con versos y estrofas). En el caso de esta obra, se combinan ambas formas. Algunos diálogos utilizan la prosa y otros, sobre todo aquellos que representan cantos o melodías, están organizados en verso, integrando el ritmo y la rima como elementos de su composición.

El texto teatral está, por lo general, pensado para ser puesto en escena, o sea, representado en una sala teatral, con escenografía, iluminación, actores, y uno o más directores. Los personajes están escritos para ser encarnados por actores, con líneas de diálogo que esperan ser leídas en voz alta frente a un público. Estas líneas de cada personaje se denominan parlamento. Además, las obras tienen breves indicaciones del autor sobre la escenografía y, a veces, también sobre el vestuario, la iluminación o la música que se puede utilizar para su representación en vivo. También puede incluir aclaraciones sobre los desplazamientos que los actores harán sobre el escenario. A todas estas indicaciones escritas se las denomina didascalias. Las didascalias son, por lo general, simples y breves, y funcionan a modo de sugerencia: los textos teatrales son como un guión, por lo que tienen varias posibilidades de interpretación a la hora de llevarlas a escena. Existen adaptaciones de Bodas de Sangre al cine, al ballet e incluso a la ópera. En ellas se mantienen, por lo general, los personajes principales y la trama central, pero los desplazamientos y la ambientación, así como algunos diálogos, pueden estar modificados.

Bodas de Sangre es una tragedia. Esto se debe, principalmente, a los temas tratados en su argumento, y también al modo en que se desencadenan los hechos centrales. Dichos temas tienen que ver, por un lado, con el problema del destino y el sentimiento trágico de la vida: la idea de que no se puede ir contra el destino individual y/o familiar. Por otro lado, se trata también el deseo que va en contra de lo socialmente aceptado.

Otro dato interesante sobre esta obra es que el autor estuvo inspirado, según su propio testimonio, en un hecho real ocurrido en Almería, una ciudad de Andalucía (región natal del escritor), en 1928. Lorca supo de este suceso a través de la prensa local, pero también leyó una novela basada en esta misma noticia: Puñal de claveles, de la autora Carmen de Burgos.

Bodas de Sangre cuenta la historia del casamiento de dos novios, sus complejidades con otros miembros de sus familias, y un tercero en discordia que interviene en la unión. Los personajes, excepto este último (que se llama Leonardo), no tienen nombres propios, sino que se identifican por su rol en la trama: “Novio”, “Novia”, “Madre”, “Padre”, “Vecina”, etcétera.

Las piezas teatrales tienen su propio modo de organización textual y temporal: cuentan con actos, cuadros y escenas. Los actos son los bloques temporales más extensos, y se representan, en el escenario, mediante un cierre del telón o el apagado de las luces. Dentro de la temporalidad de un acto, hay cuadros y escenas, de duración más breve. Los actos marcan un cambio muy importante para el hilo argumental, y un momento crucial en la temporalidad de la obra. Los cuadros, en cambio, se distinguen por el cambio escenográfico: cuando los personajes cambian de ambiente o de espacio, ocurre un cambio de cuadro. Las escenas -la unidad más breve- están marcadas por la entrada y salida de personajes: cuando un personaje sale u otro ingresa, ocurre un cambio de escena. Bodas de Sangre está dividida en tres actos y siete cuadros, y no marca explícitamente las divisiones entre escenas, como sí lo hacen otras piezas.

Esta obra tiene un sentido relevante para la historia del teatro en Argentina, porque se trata de una pieza que tuvo mucho éxito en la escena de este país. De hecho, Lorca encontró el éxito comercial en el teatro gracias a la puesta que hizo en Buenos Aires la compañía de Lola Membrives, en 1933.