Ariel

Ariel Metáforas y Símiles

“El espíritu de la juventud es un terreno generoso donde la simiente de una palabra oportuna suele rendir, en corto tiempo, los frutos de una inmortal vegetación” (p.4) (Metáfora)

A través de esta metáfora, Próspero concibe a los jóvenes como las personas más predispuestas a recibir y educarse con sus palabras, como si ellos fueran un terreno fértil y su discurso, la semilla que es el germen de la vegetación –es decir, el impulso para adquirir conocimiento y sabiduría-.

“El empequeñecimiento de un cerebro humano por el comercio continuo de un solo género de ideas, por el ejercicio indefinido de un solo modo de actividad, es para Comte un resultado comparable a la mísera suerte del obrero a quien la división del trabajo de taller obliga a consumir en la invariable operación del detalle mecánico todas las energías de su vida” (pp.11-12) (Símil)

La analogía que Próspero recupera del filósofo Auguste Comte sirve para cuestionar la especialización del espíritu utilitarista, que produce mentes estrechas, puesto el foco en una sola facultad o actividad humana. Así, compara el “empequeñecimiento” de la mente con la división del trabajo que caracteriza a los talleres modernos, donde los obreros pierden sus energías al servicio de un trabajo mecánico que empobrece el pensamiento. Este símil se opone al modo en que se construye una imagen positiva del obrero (ver sección Imágenes), si bien lo que se critica aquí no es su energía vital, sino las condiciones de trabajo a las que debe someterse en un mundo dominado por el utilitarismo.

“El engaño de los que piensan haber reproducido en lo esencial el carácter de una colectividad humana, las fuerzas vivas de su espíritu, y, con ellos, el secreto de sus triunfos y su prosperidad, reproduciendo exactamente el mecanismo de sus instituciones y las formas exteriores de sus costumbres, hace pensar en la ilusión de los principiantes candorosos que se imaginan haberse apoderado del genio del maestro cuando han copiado las formas de su estilo o sus procedimientos de composición” (p.34) (Símil)

Esta comparación le sirve a Próspero para criticar la idea de que se puede emular el ser original de la raza anglosajona –y, en particular, el carácter político y social de Estados Unidos– con solo copiar los modos en que se expresa superficialmente algo que le es propio a su genio particular. De esta forma, sostiene que reproducir el mecanismo de las instituciones y las costumbres estadounidenses, como por ejemplo su régimen democrático, no serviría para adquirir su carácter, del mismo modo que no sirve imitar las formas del estilo de un maestro para obtener su genio. La analogía funciona también como puesta en cuestión de un tipo de enseñanza imitativa, que no es la que Próspero quiere transmitir a sus discípulos. Él quiere orientarlos moralmente, pero sus alumnos deben seguir su instinto para despertar su genio interior.

“Sin este resultado duradero, humano, levantado sobre la finalidad transitoria de lo útil, el poder y la grandeza de los imperios no son más que una noche de sueño en la existencia de la humanidad; porque, como las visiones personales del sueño, no merecen contarse en el encadenamiento de los hechos que forman la trama activa de la vida” (p.48) (Metáfora)

Próspero concibe la existencia de la humanidad como si esta fuera la vida de una persona con sus momentos de vigilia y de sueño, para comprender qué tipo de aporte pueden hacer los pueblos en la historia de esta vida. Es así como para Próspero es importante que los pueblos superen la grandeza de lo utilitario, porque esta es como un sueño que no merece ser parte de la realidad humana, que debe aspirar a la idealidad. Esta concepción de las visiones oníricas de Ariel se aleja de una idea romántica de los sueños como el espacio donde podemos descubrir la esencia de lo humano.

“La sociedad que lucha y se esfuerza, a veces sin saberlo, por imponer una idea a la realidad, imita, según el mismo pensador, la obra instintiva del pájaro que, al construir el nido bajo el imperio de una imagen interna que le obsede, obedece a la vez a un recuerdo inconsciente del pasado y a un presentimiento misterioso del porvenir” (p.53) (Símil)

Así como Próspero sostiene que los jóvenes hispanoamericanos deben hallar dentro suyo la idealidad que ha heredado de la raza latina, también concibe el camino hacia la perfección de la sociedad como algo que surge por naturaleza e inconscientemente, como los pájaros que construyen sus nidos siguiendo un instinto natural.