Viaje al centro de la Tierra

Viaje al centro de la Tierra Símbolos, Alegoría y Motivos

El leproso (Símbolo)

El hombre con lepra que deambula por el páramo islandés es un símbolo del mundo incivilizado, hostil y primitivo en el que los viajeros se aventuran. Narrativamente, es un signo ominoso de lo que está por venir.

Luz y oscuridad (Motivo)

La novela utiliza el motivo de la luz y la oscuridad para crear un ambiente de suspenso. La luz, en particular la de las lámparas y la luminosidad de origen eléctrico que alumbra la caverna, proporciona a los viajeros orientación y una sensación de seguridad. La oscuridad es aterradora y solitaria y se relaciona con la muerte. Por ejemplo, cuando Axel se pierde y su luz se rompe, se desespera al verse “sumergido en las inmensas tinieblas” (p.171).

La tormenta (Símbolo)

La tormenta que se desata en el capítulo 35 es un símbolo del fantástico poder de la Naturaleza que Lidenbrock no puede controlar, por más que lo desee. Este intenta aprovecharla dejando las velas abiertas, pero con esto solo logra que empeore la situación. La tormenta es tan fuerte que hasta alcanza a debilitar la confianza del profesor: “Mi tío se ha aproximado a mí, y ha articulado algunas palabras. Creo que me ha dicho: 'Estamos perdidos'...” (p.221).

El agua (Motivo)

El agua puede ser una fuente de sustento (el arroyo) o de peligro (el mar). Esto revela que la Naturaleza es a la vez benévola y dominante, según las circunstancias.

El interior del yo (Alegoría)

La novela Viaje al centro de la Tierra ha sido interpretada como una alegoría del adentrarse en el interior del yo o del inconsciente. Se puede pensar que el camino hacia el centro de la Tierra se revela cuando sale el sol después de varios días de nubosidad, quizá una metáfora de la dificultad de acceder al yo inconsciente. A continuación, a medida que los hombres se adentran en las entrañas de la Tierra, los peligros que deben enfrentar ponen a prueba su pensamiento y acción para superar estos obstáculos. El hecho de que, en circunstancias decisivas de la trama, los viajeros acudan a su instinto más que a su razón —como cuando deciden hacer un agujero en la pared para saciar su sed o explotar la roca para avanzar— sugiere una conexión con la parte inconsciente de su mente. Finalmente, el descubrimiento de fósiles humanos y de un hombre gigante puede leerse como un momento de reflexión acerca del origen del ser humano (y del yo) antes de que los viajeros sean expulsados del interior de la Tierra para volver a la superficie como mejores personas.