Stoner

Stoner Símbolos, Alegoría y Motivos

Las cinco columnas frente a Jesse Hall (Símbolo)

En la plaza abierta frente a Jesse Hall, uno de los edificios de la universidad, quedan en pie cinco columnas que pertenecían al viejo edificio de la universidad, destruido muchos años antes. Para Stoner, esas columnas son un símbolo de su cambio de vida y representan el mundo académico al que se ha introducido y que se transformará en su casa para el resto de su vida. Así se expresa en el capítulo 1: "Perladas por la luz de la luna, desnudas y puras, para él representaban, según le parecía, el modo de vida que había adoptado, tal como un templo representa a un dios" (p.23).

La luz (Motivo)

Las imágenes de la luz son muy abundantes a lo largo de toda la novela y constituyen un motivo recurrente. Las descripciones de la luz parecen iluminar ciertos momentos de extrañamiento de la realidad que son de fundamental importancia y van asociados a un elemento subjetivo del personaje. Así, cuando Stoner llega a la universidad, o cuando sufre la epifanía literaria a partir del soneto de Shakespeare, la luz es un elemento presente en aquellas situaciones. Este mismo mecanismo se comprueba todo a lo largo de la novela. Por ejemplo, en el momento de la lectura del soneto de Shakespeare, leemos: "La luz oblicua que entraba por las ventanas resplandecía en el rostro de sus compañeros, de tal modo que la iluminación parecía surgirles desde adentro y perfilarse contra una penumbra" (p.20).

El terrón de tierra seca (Símbolo)

Cuando el padre de William muere, este se presenta en la granja para el funeral. Al finalizar la ceremonia, Stoner toma un terrón de tierra seca, lo rompe entre sus manos y se queda observando cómo los granos se escurren entre sus dedos. El terrón que Stoner desgrana es un símbolo del paso del tiempo que ha provocado la muerte de su padre y, al mismo tiempo, de ese pasado como granjero que llega a su fin: la tierra oscura de la granja se escapa de las manos de William, quien venderá la propiedad y se olvidará de aquel lugar que ha sido toda la vida que sus padres conocieron.

Las casas como reflejos de sus habitantes (Motivo)

Las casas en la novela son un motivo recurrente y reflejan determinados aspectos de la personalidad y los valores de sus habitantes. La casa de la infancia de William Stoner, por ejemplo, es humilde y está despojada de cualquier elemento de decoración. Los padres de Stoner eran iguales: parcos, humildes y simples. Esa austeridad puede verse en el mismo Stoner y las relaciones impersonales que establece con sus pares en la universidad.

Las casas de Edith o de Josiah Claremont, por el contrario, presentan un lujo y una sofisticación que se vuelca también a las personalidades de los personajes que las habitan. Por eso mismo es tan importante la batalla que Edith sostiene contra Stoner por el control de su casa: la forma en que su esposa lo va corriendo de sus espacios representa el esfuerzo que hace también por correrlo de su vida.

El alcohol (Motivo)

Las bebidas alcohólicas aparecen en diversos momentos de la narración y están asociadas a la desinhibición que permite a los personajes hablar sobre temas delicados y reprimidos. El alcohol produce este efecto en Edith, quien libera todas sus frustraciones la noche en que bebe cerveza junto a Stoner, Finch y Caroline; en Lomax, quien cuenta su infancia estando ebrio en la fiesta de inauguración de la nueva casa de Stoner, y en Grace, quien puede hablar sinceramente con su padre solo tras haber bebido.