Ensayo sobre la ceguera

Ensayo sobre la ceguera Resumen y Análisis Parte V

Resumen

La mujer del médico se despierta de su primera noche en cuarentena y continúa preguntándose por qué no se ha quedado ciega. Ya despierta antes que el resto de los internos, va a revisar la pierna del ladrón del coche, que ya está muy infectada. Llega una nueva tanda de ciegos, entre quienes se encuentran personas que estuvieron en contacto con las primeras víctimas de la epidemia. Cuando reconoce a su esposa, el primer ciego se llena de alegría. La madre del niño estrábico no aparece. Una vez que los nuevos internos se instalan, se anuncia la llegada de la comida.

Cuando van a buscar las cajas con los alimentos, el médico y su mujer les piden antibióticos a los oficiales del ejército que custodian el recinto, para tratar la infección en la pierna del ladrón del coche. Pero enseguida se les ordena regresar al edificio con las cajas de comida bajo amenaza de muerte. Ya en el pabellón, los internos comen las raciones de comida entregadas, que son cinco a pesar de que ellos son diez.

Los nuevos internos comentan cómo y cuándo se quedaron ciegos; varios estaban presentes cuando la muchacha de las gafas oscuras se quedó ciega en el hotel. A medida que avanza la tarde llegan más internos, y pronto la sala se llena.

La infección del ladrón del coche se agrava tanto que él mismo decide acercarse a los soldados apostados afuera y reclamar los medicamentos que necesita. Arrastrándose hacia el patio, grita para ser escuchado por los guardias. Su aparición en la entrada del edificio toma por sorpresa a uno de los soldados, que le dispara en el rostro. Luego se le notifica al resto que debe salir a recoger el cadáver para luego enterrarlo.

Análisis

En este capítulo se hace evidente que la ceguera física de los internos representa metafóricamente los diversos tipos de ceguera que las personas sufrimos todo el tiempo. En este sentido, la ceguera física les permite notar cosas que antes eran invisibles para ellos. Un ejemplo de esto es la comida. En el mundo desarrollado en el que se sitúa la novela, contar con alimentos puede darse por sentado. Entonces, dado que no constituye un problema, podemos volvernos ciegos frente a este hecho. Sin embargo, ahora queda claro que los internos ya no pueden permitirse el lujo de permanecer ciegos ante cuestiones tan básicas como esta.

El recuerdo que los internos intercambian de lo último que vieron antes de quedarse ciegos es otro ejemplo de cómo la ceguera física puede implicar una lección o un aprendizaje. En la mayoría de los casos, estas imágenes captan cosas y situaciones completamente normales, cotidianas. No obstante, el hecho de que hayan sido sus últimas imágenes hace que adquieran una especial importancia para quienes ya no pueden ver nada, sea ordinario o extraordinario.

Finalmente, a medida que la infección en la pierna del ladrón del coche se agrava, se hace evidente que la ayuda médica que necesita no llegará. En las dos interacciones de las que somos testigos entre los guardias y los internos, el lector comienza a darse cuenta de que los soldados que custodian las puertas les tienen tanto miedo a los internos como los internos a ellos. El asesinato del ladrón del coche está inspirado esencialmente en el miedo al contagio y, en este sentido, es tristemente vano: los soldados solo están intentando retrasar lo inevitable.

Este injustificado homicidio es además muy relevante en tanto marca un antes y un después en la trama: el retraso en la entrega de las raciones de comida o de la medicina que necesitan, así como la falta de higiene en el lugar, se ven ahora como problemas menores de un pasado lejano. La situación ha escalado, y el estado de excepción es evidente. Este asesinato es un aviso de que las cosas no van sino a empeorar.