El beso de la mujer araña

El beso de la mujer araña Símbolos, Alegoría y Motivos

El relato nocturno de historias atrapantes (Motivo)

A lo largo de la novela, Molina le cuenta a Valentín, noche a noche, una película, completa o por fragmentos, como siguiendo la tradición de Scheherezade en Las mil y una noches. De esta manera, el personaje transforma el espectáculo audiovisual del cine en un lenguaje que, con palabras, debe dar cuenta de los gestos, las facciones, los lugares, la música, entre otros elementos. Cada una de las historias narradas no solo permite avanzar en la trama textual sino que también puede funcionar como un conjunto de alegorías y símbolos que hacen alusión a temáticas que atraviesan la obra, como la sexualidad, la represión y la identidad.

La mujer pantera (Símbolo)

La mujer pantera representa simbólicamente la represión del deseo sexual. En la narración de Molina, Irena es un personaje raro, sombrío, cautivante, que esconde un secreto peligroso para ella y para la gente que la rodea. En este punto, demora el encuentro sexual con su marido porque no quiere arriesgarse a lastimarlo, por temor a la leyenda sobre la metamorfosis de las mujeres pantera. Esta transformación representa la idea de la animalidad presente en la mujer que se entrega sexualmente, idea que muestra el deseo sexual femenino como algo a ocultar. También puede entenderse en el sentido contrario: la represión del deseo puede convertir algo “natural” en monstruoso. Sin embargo, más tarde o más temprano, esto sale a la luz y no se puede ocultar; la pantera de Irena y el deseo sexual irrumpen en los momentos más inesperados. En esta perspectiva, no es casual que Molina se identifique con Irena, ya que ninguno encaja en la normatividad y él, como ella, sufre del estigma de ser considerado diferente.

La comida (Símbolo)

A lo largo de toda la novela, Molina comparte sus provisiones con Valentín, especialmente luego de su intoxicación con los platos de la prisión. Así, la comida simboliza el cuidado y la protección que este personaje ofrece. Sin embargo, el gesto va más allá de la solidaridad y la supervivencia y refuerza las nociones de Molina sobre el rol de la mujer como portadora de sensibilidad y ternura. Así, alimentar a Valentín es evitarle el contacto con la comida envenenada pero también es una forma de reforzar el sometimiento a una cultura masculina de dominación, destinada a mandar.

Por otro lado, la comida también aparece en el discurso de Valentín. En la pesadilla del último capítulo, él se lamenta por ya no tener la posibilidad de invitar a Molina a cenar. En el medio del delirio, aparece una mujer-araña que le ofrece un banquete delicioso en el medio de la selva, compuesto por los mismos alimentos que Molina le compartía en la prisión. Estos pensamientos permiten leer que, finalmente, el mismo Valentín incorporó la comida como símbolo de cuidado y cariño.

El beso (Símbolo)

En la novela, el beso simboliza el acercamiento y la reciprocidad entre Valentín y Molina. Es importante destacar que, cuando se besan, los dos practican y reciben la acción a la vez. Este acto exhibe el aprendizaje del espacio y de la forma de ver el mundo que tiene el otro; por una parte, el beso le permite a Valentín comportarse tierno y cuidadoso con su compañero de celda y, por la otra, hace que Molina decida ayudar al guerrillero y pasarle información a sus compañeros de militancia en su salida al mundo exterior. De esta manera, el beso sintetiza y resuelve las tensiones entre las luchas políticas y sexuales que encarnaban Valentín y Molina.

La enfermera (Símbolo)

En la novela, la enfermera funciona como un símbolo de cuidado y protección, tal como se ve en el monólogo interior de Molina. De esta manera, el personaje se percibe como una enfermera que está a cargo de la salud de su compañero de celda, aún cuando esa tarea pone en riesgo su propia integridad. Esta responsabilidad se relaciona con la presión que siente Molina, obligado por el Director de la prisión a entregar información sobre Valentín y sus compañeros de militancia. Así, tanto la enfermera como Molina se comprometen a cuidar la vida del otro, más allá de los riesgos y peligros que esta actitud conlleva.