Drácula

Drácula Resumen y Análisis Capítulos 17-22

Resumen

Capítulo 17

El Capítulo 17 presenta las entradas de diario del Dr. Seward de los días 29 y 30 de septiembre, una entrada del diario de Mina del día 30 de septiembre y una del diario de Jonathan del día 29 de septiembre.

Los Harkers se instalan en el hospital psiquiátrico de Seward. Mina escucha el diario fonografiado del Dr. y lo transcribe; está muy impresionada con la idea de un diario fonografiado, y le interesa mucho esa tecnología. Mientras tanto, Seward lee los diarios de Jonathan y de Mina. Al leer lo que le sucedió a Jonathan, se da cuenta de que la nueva propiedad del conde es vecina al asilo, y que la conducta de Renfield puede estar conectada con la llegada del vampiro. Jonathan trata de rastrear las cajas con tierra y se entera de que las cincuenta fueron enviadas a Carfax, pero teme que luego hayan trasladado algunas desde allí a otros lugares. Él y Mina ordenan las entradas de los tres diarios y los recortes de los diarios para dar coherencia a los hechos que cada uno ha registrado. Al día siguiente llegan Arthur y Quincey Morris. Mina les da los papeles para que estén al corriente de todo lo que saben. Arthur todavía está abrumado por la pena y, a pesar de que él y Mina no se conocían con anterioridad, él le abre su corazón a ella y llora sobre su hombro, mientras la joven lo reconforta. Poco después, Mina ofrece el mismo consuelo a Quincey Morris.

Capítulo 18

El capítulo 18 incluye las entradas del diario del Dr. Seward de los días 30 de septiembre y 1 de octubre, y la entrada del diario de Mina Harker del día 30 de septiembre.

Mina desea ver a Renfield y logra persuadir a Seward de que se lo permita. Antes de que llegue Mina, Renfield come moscas y arañas. El paciente trata a su visitante con extrema cortesía, y su discurso es coherente y articulado. Incluso habla sobre filosofía y se diagnostica su propia y, según él, ex condición de locura.

Luego llega Van Helsing. Al saber que los diarios, las cartas y los artículos periodísticos han sido organizados por sugerencia de Mina, alaba sus virtudes y su intelecto, pero le advierte al Dr. Seward que los hombres deben protegerla de las difíciles tareas a las que se entregarán a continuación para destruir al vampiro. Todo el grupo se reúne después de leer todo el material reunido y Van Helsing les cuenta a lo que se van a enfrentar. Fallar en su empresa implica transformarse en vampiros y estar malditos por la eternidad, pero no por ello deben espantarse y abandonar su deber. Luego, enumera los poderes del enemigo: el vampiro es fuerte como veinte hombres, puede ver en la oscuridad, puede desvanecerse y reaparecer a voluntad, es capaz de cambiar su forma, y eso lo han comprobado ya cuando se transformó en lobo y en murciélago; también puede aparecer como motas de polvo que giran en círculo, y puede convocar a los animales de la noche y ponerlos bajo sus órdenes. Además, es capaz de controlar el clima, crear tormentas y reunir una espesa niebla en torno suyo, como ha hecho para llegar al puerto en el Demeter.

Sin embargo, el vampiro tiene también sus limitaciones: el ajo, los crucifijos y las hostias consagradas lo detiene y le impiden moverse o salir de su tumba; una bala consagrada puede matarlo, al igual que una estaca clavada sobre su corazón. Si le cortan la cabeza y le llenan la boca de ajo, el vampiro también muere. Al amanecer pierde sus poderes sobrenaturales y debe regresar a su sarcófago a descansar durante el día. A su vez, puede cambiar su aspecto físico solo en lugares profanos (de otra forma, solo puede cambiar su forma al amanecer, al atardecer o al mediodía; solo puede cruzar el agua con los cambios de marea y la única forma en la que pueden entrar a una casa es siendo invitado a ella (una vez invitado, puede entrar y salir a voluntad). Llegados a este punto, un disparo sobresalta a todos los presentes en la sala. Quincey, quien se acababa de ausentar, se asoma por la ventana y les dice que ha disparado sobre un gran murciélago, aunque no ha logrado dar en el blanco. Los hombres deciden ir a Carfax y ver si todas las cajas de tierra siguen allí. Justo cuando están por salir, un empleado de Seward les comunica que Renfield desea verlos. Hablando como una persona cuerda, les pide que lo dejen en libertad, aunque sea supervisado y encadenado, pero les asegura que no debe bajo ninguna circunstancia permanecer en el asilo y les advierte que habrá funestas consecuencias si los hombres no cumplen con lo que les está pidiendo, no como amenaza, sino como alguien que no quiere ser culpable de lo que pueda pasar. Cuando Seward se niega, Renfield le pide que luego recuerde que él hizo todo lo posible para convencerlo. Con este presagio, los hombres abandonan la celda de Renfield y se proponen continuar con sus planes.

Capítulo 19

El capítulo incluye la entrada del 1 de octubre de los diarios de Jonathan Harker y del Dr. Seward y las de los días 1 y 2 de octubre del diario de Mina Harker.

Armados con crucifijos, ajo, hostias consagradas, lámparas eléctricas, cuchillos y revólveres, los hombres se dirigen a Carfax. Irrumpen en la casa y comienzan a revisarla, utilizando los conocimientos que Jonathan tiene de los planos. Así llegan hasta la capilla, de la que proviene un olor tan nauseabundo que apenas pueden soportarlo. En aquel recinto encuentran las cajas de madera, y notan que faltan veintiuna de las cincuenta. Algunos de ellos creen ver el rostro del conde en la oscuridad, pero descartan esta posibilidad y piensan que son solo trucos que las luces crean en sus percepciones. De pronto, la habitación se llena de miles de ratas cuyos ojos brillan en la oscuridad y parecen moverse como una enorme masa fluorescente sobre el piso. Arthur utiliza un juego de llaves que encontraron al entrar a la mansión para abrir una puerta de la capilla que da al exterior, y luego hace sonar un silbato que lleva colgado del cuello. Tres enormes perros llegan pronto al lugar, pero no se animan a entrar en la capilla y ladran horrorizados desde el umbral. Arthur debe empujarlos dentro y, una vez allí, los perros atacan a las ratas y las hacen retroceder. Tras este episodio, el grupo regresa al hospital psiquiátrico con el conocimiento de las cajas que faltan. Jonathan remarca, antes de acostarse, que Mina se ve más pálida que lo usual. A la mañana siguiente, Van Helsing le pide permiso a Seward para visitar a Renfield. Su entrevista es corta; Renfield insulta al doctor y le dice que lo deje solo, a lo que Van Helsing accede.

Mina registra sus pesadillas. La noche en que los hombres se dirigen a Carfax, una espesa niebla repta por el parque del hospital hasta su ventana. Mina puede escuchar los gritos de Renfield, pero luego es silenciado por los celadores. En un estado de sopor extraño, sueña que la niebla se derrama sobre su cuarto y que dos ojos rojos aparecen en ella e iluminan unas facciones pálidas que se inclinan sobre ella. La noche siguiente duerme sin sueños. Al despertarse se siente agotada, como si no hubiera descansado. Renfield pide verla, y cuando Mina se presenta en su celda, el loco besa su mano y pide a Dios que la bendiga. Más tarde, Mina le pide a Seward una droga que la ayude a dormir, pero cuando se acuesta siente un miedo repentino porque quizás necesite poder despertarse y no vaya a conseguirlo.

Capítulo 20

El capítulo incluye las entradas del diario de Jonathan Harker de los días 1 y 2 de octubre, las entradas de los días 1 y 2 de octubre del Dr. Seward y una carta de Mitchell e hijos y Candy fechada el 1 de octubre y dirigida a Arthur.

Jonathan rastrea el paradero de las cajas faltantes, que han sido depositadas en casas en diferentes lugares de Londres y sus alrededores. Doce cajas han sido distribuidas en dos casas en diferentes partes de la ciudad, y las últimas nueve están en una casa en Picadilly. Los hombres se preguntan cómo harán para irrumpir y revisar casas en zonas tan pobladas.

Seward habla un poco más con Renfield, quien presenta un discurso más articulado, aunque sus ideas son todavía extrañas y explica que no quiere consumir las almas de nadie. La conducta de Renfield evidencia que se trata de un hombre con un profundo conflicto, a veces coherente en su pensamiento y otras veces consumido por accesos de gran remordimiento y pesar.

El grupo planea el asalto destinado a destruir las cincuenta cajas en un solo día, entre el amanecer y el atardecer. Van Helsing investiga las defensas mágicas que se pueden utilizar contra los vampiros y Seward se pregunta si no estarán todos realmente locos y prestos a despertarse en un psiquiátrico, metidos cada uno en un chaleco de fueza. El capítulo finaliza con el reporte de un celador sobre un terrible accidente que ha sufrido Renfield. El Dr. Seward corre a su celda a investigar.

Capítulo 21

El capítulo presenta la entrada del diario del Dr. Seward correspondiente al 3 de octubre. Cuando el Dr. Seward llega a la celda, comprueba que el rostro de Renfield está lleno de golpes y su columna está quebrada. El celador se pregunta cómo el loco puede haberse lastimado a sí mismo de aquella forma atroz: si su espalda está rota, no es posible que se haya golpeado tanto la cara contra el piso, y si se golpeó tanto la cara, antes de arrojarse contra el piso y quebrarse la espalda, la cama debería estar llena de sangre. Seward envía a buscar a Van Helsing, quien, al llegar, realiza una operación de emergencia y trepana el cráneo de Renfield para liberar la presión del derrame cerebral; así, el moribundo puede al menos recuperar el conocimiento brevemente como para relatar qué es lo que le sucedió. Cuando logran hacerlo volver en sí, Renfield les cuenta que la noche en que los hombres fueron a investigar la capilla de Carfax, Drácula apareció en su ventana y le ofreció incontables vidas a cambio de su sumisión. Renfield entonces invitó al vampiro a entrar al asilo, tras lo cual Drácula no le entregó nada de lo prometido. Dos días después, Renfield vio a Mina y comprendió que su sangre había sido drenada por el vampiro. Por eso, esa noche, cuando Drácula entró por la ventana de su celda, Renfield se le opuso y trató de detenerlo. Sin embargo, la mirada del vampiro lo dejó sin fuerzas, y Drácula lo golpeó y lo arrojó contra el otro extremo de la habitación.

Con esta información, los hombres se apresuran hacia la habitación de los Harker. Como la puerta está cerrada, la fuerzan e irrumpen con violencia en la estancia, donde encuentran a Jonathan inconsciente en la cama y a Mina arrodillada frente al Conde, quien la está forzando a que beba la sangre que mana de un corte que se ha hecho en el pecho. El vampiro arroja a Mina a un lado y se prepara para atacar a los recién llegados, pero Van Helsing blande una hostia y los demás muestran sus crucifijos, por lo que Drácula retrocede y escapa por la ventana convertido en niebla, en medio de una profunda oscuridad. Mina comienza entonces a gritar, presa del terror y la desesperación. Los demás despiertan a Jonathan, quien se encuentra terriblemente confundido, mientras Mina no para de llorar y de gritar que es una persona impura. Arthur y Quincey, que salieron para perseguir a Drácula, regresan y reportan que el vampiro destruyó el estudio y quemó todos los papeles recopilados por Jonathan y Mina. Afortunadamente, Mina había escondido una copia en otro sitio. Luego, los dos hombres van a ver cómo se encuentra Renfield, pero este ha muerto. Quincey dice que vio un gran murciélago volando en la noche, aunque no se dirigía hacia Carfax.

Mina les cuenta a los hombres que esa noche despertó y se encontró con Drácula frente a ella, mientras Jonathan yacía inconsciente a su lado. El vampiro la amenazó con matar a su esposo si ella pedía ayuda. Luego, mientras le aseguraba que no era la primera vez que iba a hacerlo, se inclinó sobre ella y comenzó a beber su sangre. Una vez saciado, Drácula le prometió que ella sería “carne de mi carne, sangre de mi sangre” (p.326), y que se transformaría en su compañera y ayudante. Luego, Drácula se hizo un corte en su pecho y obligó a Mina a beber la sangre que de allí manaba. Cuando Mina finaliza su relato, el amanecer llega y encuentra al equipo sumido en el pesar y la desesperación.

Capítulo 22

Este capítulo presenta la entrada del diario de Jonathan Harker del día 3 de octubre. El grupo planea su ataque. Todas las casas deben ser revisadas en un día, y las cajas deben ser “esterilizadas” para que Drácula no pueda usarlas. Primero, destruirán la guarida de Carfax. Luego, todos los hombres irán a la casa de Picadilly, donde los dos médicos y Jonathan permanecerán mientras Quincey y Arthur revisarán las casas de Walworth y de Mile End. Antes de comenzar la tarea, Van Helsing protege el cuarto de Mina con hostias consagradas, pero cuando apoya una en la frente de la joven, el contacto le quema la piel y le deja una terrible cicatriz. Mina ha sido contaminada por Drácula y, ahora, los objetos sagrados la dañan.

Los hombres se dirigen a Carfax y colocan hostias en cada una de las cajas de tierra. Luego se dirigen a Picadilly, donde Arthur y Quincey contratan a un cerrajero para que les abra la puerta frente a los ojos de la policía. Luego de una revisión profunda reconocen que en la casa hay ocho cajas, en lugar de las nueve esperadas. También hallan allí las llaves de las otras casas, que Arthur y Quincey toman para destruir el resto de las cajas.

Análisis

Los capítulos 17 a 22 están dedicados a la organización del grupo de héroes para atacar y vencer a Drácula. En el capítulo 17, cuando Mina y Jonathan se unen al resto del grupo, la fascinación que muestra Mina por el fonógrafo refleja la fascinación general que la novela presenta sobre la tecnología y su implementación. El libro está repleto de las últimas invenciones: fonógrafos, taquigrafía, linternas eléctricas… Parte del arsenal que el grupo utiliza contra Drácula está compuesto por los últimos inventos de la modernidad, que son el fruto de las investigaciones científicas y del progreso técnico de la industria.

El grupo comienza a trabajar como equipo. Con las copias de los diarios organizadas por Mina y Jonathan, tienen información muy importante a su disposición. Mina y el resto del grupo están unidos por el afecto que le tenían a Lucy y el deseo de vengar su muerte. Finalmente, los personajes de la novela han logrado reunir toda la información fragmentada que el lector tuvo desde el comienzo de la novela y saben exactamente a qué se están enfrentado. La ironía dramática que estructuró gran parte de la novela llega a su fin cuando los relatos quedan todos reunidos. A su vez, el lector podría pensar que Mina y Jonathan acaban de reunir todos los documentos que el lector ha estado leyendo hasta el mismo capítulo 17, lo que constituye el principal elemento para lograr el efecto de verosimilitud, principal recurso para que el terror funcione.

El papel que juega Mina reconfortando a Arthur y a Quincey evidencia las increíbles reservas de energía que tiene a su disposición. Ella, también, ha sufrido grandes tragedias: ha perdido a su mejor amiga y a Hawkins, que era lo más cercano a una figura parental que tuvo en su vida. También se ha tenido que hacer cargo del cuidado de su marido mientras este se recuperaba. Sin embargo, no por eso ha parado de trabajar incansablemente para transcribir y copiar los diarios, y es ella quien provee un refugio emocional en el que los personajes masculinos pueden dar rienda suelta a sus sentimientos. Todo ello transforma a Mina en un personaje tan importante como Jonathan o el propio Van Helsing, y la transforma en la heroína de la novela.

En el capítulo 18, Van Helsing elogia a Mina al decir que es una buena combinación del corazón de una mujer y la inteligencia de un hombre. Dios, según el doctor, la creó para que sirviera a un gran propósito, y las dotes de Mina son una evidencia de la mano de Dios, lo que hace aparecer en la novela el tema del destino nuevamente. Mina es el personaje principal en el que hace foco la segunda parte de la novela, mientras Drácula pone toda su atención predadora sobre ella. A pesar de que Van Helsing es el antagonista principal de Drácula, Mina también se perfila como la antagonista del vampiro desde una perspectiva más espiritual. La lucha entre ellos simboliza el conflicto entre los poderes de la seducción y los ideales de pureza victorianos.

Algunos críticos han señalado que la combinación de Mina, que tiene “la mente de un hombre inteligente y corazón de mujer” (p.268) era una defensa sutil de la “inversión”, la categoría médica que se le daba a la homosexualidad en el siglo XIX. Drácula fue publicada poco después del juicio a Oscar Wilde, acusado de homosexualidad y de corruptor de las buenas costumbres, y los académicos han sostenido que el propio Stoker tenía impulsos homoeróticos, como lo indicaba su relación con el actor Henry Irving y su larga correspondencia con Walt Whitman, poeta norteamericano conocido también por sus inclinaciones sexuales.

Van Helsing reúne finalmente a todos los personajes y realiza con ellos un solemne juramento:

El profesor se levantó y puso el crucifijo de oro sobre la mesa, y extendió las manos a ambos lados. Yo le tomé la mano derecha y Lord Godalming la izquierda. Jonathan me sujetó con su mano izquierda y extendió el brazo hacia el señor Morris que se hallaba del otro lado. Así, tomados todos de la mano hicimos ese solemne pacto. Sentí hielo en el corazón, pero no se me ocurrió flaquear” (pp.271-272).

El pacto se realiza en torno a un crucifijo, símbolo de la muerte y resurrección de Jesucristo, y contracara del propio Drácula. Así, los héroes se transforman en una especie de equipo sagrado y consagrado a la destrucción del mal. El discurso que Van Helsing pronuncia frente al resto de los personajes muestra las estrategias que desplegará en la búsqueda de Drácula y la principal ventaja con la que ellos cuentan, la unidad del equipo:

—Bueno, ya saben a qué tendremos que enfrentarnos; pero tampoco nosotros carecemos de fuerza. Tenemos el poder de la unidad, poder que se les niega a los vampiros; tenemos el socorro de la ciencia; somos libres para actuar y pensar y tanto el día como la noche son nuestros del mismo modo. La extensión de nuestras fuerzas no tiene trabas y podemos utilizarlos con entera libertad (…). En efecto, vamos a examinar las limitaciones de los vampiros en general y de éste en particular.

Debemos confiar en las tradiciones y supersticiones. No parece demasiado cuando se trata de vida o muerte, o más todavía. Y sin embargo, debemos estar conformes. En primer lugar, porque debemos estarlo, que no tenemos otros medios. Y en segundo lugar, porque tradición y superstición lo son todo” (p.272).

El doctor sostiene que deben utilizarse la ciencia y la razón, pero también -y sobretodo- la fe Cristiana y sus artilugios. Como se ha dicho anteriormente, uno de los principales temas del libro es el contraste entre Occidente y Oriente, y parte de ese contraste es la oposición entre lo que podrían ser dos formas aparentemente contradictorias de pensamiento. Sin embargo, la novela y el abordaje de Van Helsing proponen una forma de sincretismo, es decir, de unión de diferentes elementos, aunque estos parezcan contradictorios entre sí. La sabiduría del folklore de Europa del Este es combinada con la racionalidad y el método científico de Occidente.

Finalmente, el murciélago que acecha en la ventana y la extraña petición de Renfield al final del capítulo presagian los problemas que los personajes pueden llegar a tener. A pesar de que forman un equipo sólido, el enemigo es peligroso y posee muchos recursos a su disposición.

En el capítulo 19, las linternas eléctricas, una invención relativamente nueva para la época, son combinadas con armas más tradicionales en la lucha contra los vampiros. Los hombres también llevan revólveres, y la síntesis entre lo viejo y lo nuevo continúa y los ayuda a salir exitosos en su primera escaramuza contra Drácula. Van Helsing también aprende que, aunque Drácula puede controlar a los animales, estos no obtienen ningún poder sobrenatural, como comprueban con las ratas, que se retiran ante la presencia de los perros de Arthur.

El lector puede comprender inmediatamente que Mina es la nueva víctima del Conde. La incapacidad de la mujer de darse cuenta qué es lo que le pasa es, quizás, una falla en la verosimilitud de la novela, especialmente si Mina ha leído el diario de Lucy y conoce los métodos que tiene Drácula para presentarse en un lugar. Sin embargo, también es posible pensar que Drácula tiene el poder de hipnotizar a sus víctimas y convencerlas de que interpreten sus experiencias como si fueran sueños. El lector sabe más que los personajes, pero la ironía dramática no es más una parte estructural de la novela en estos capítulos. Mina ya tiene tanta información como el lector, por lo que su falla está en su interpretación de los hechos, o es parte de la influencia del Conde, que puede nublar su juicio.

Mientras Drácula acecha y acosa a Mina, los hombres planifican el asalto a las cajas que contienen la tierra sagrada, necesaria para el descanso del vampiro. Jonathan utiliza su entrenamiento profesional para rastrear las cajas faltantes e identificar las casas en las que han sido colocadas. Mientras tanto, el discurso de Renfield deja entrever, ante los ojos del lector despierto, el papel que ha tenido en la posesión de Mina. Su miedo de consumir más almas revela la culpa que siente por haber permitido la condena de Mina.

Cabe destacar que Seward vuelve a cuestionarse su cordura y a considerar que todo lo que están viviendo puede ser producto de su imaginación; a pesar de que sus dudas son apenas esbozadas, el comentario vuelve a presentar el tema de la locura y su amenaza, y cobra un peso especial en un capítulo que está principalmente destinado a la locura de Renfield y a la crisis de su conciencia.

A la luz de los hechos del capítulo 21, quedan claras las razones de Renfield para pedir la libertad y la ansiedad que sentía por el consumo de almas y de vidas. Al no haberlo dejado retirarse, el poder de Drácula lo ha subyugado y ha terminado invitándolo a ingresar al edificio. En consecuencia, Mina ha sido violada por Drácula, y en el ataque se puede leer un claro tono sexual: Drácula la fuerza a beber de una herida en su pecho desnudo y le promete que será carne de su carne y sangre de su sangre. Su lenguaje sugiere tanto la unión sexual como el sacramento de la Eucaristía, en el que se consagra el vino y el pan y se transforman en la sangre y el cuerpo de Cristo. Así, el vampiro es una distorsión perversa de las instituciones religiosas y se presenta como la contraparte del marido de Mina y de Dios.

El ataque de Drácula a Mina encaja en la estructura de los relatos góticos que representan a una decadente aristocracia depredando a mujeres vulnerables de clases más bajas (Mina es huérfana y, según sus propias palabras, de un trasfondo humilde). Ahora ha sido terriblemente violada en lo más puro de su persona, esto es, no solo en su cuerpo, sino en su alma, como se verá en capítulos siguientes. Mina ha sido corrompida por el vampiro, y ahora su destino está atado irreparablemente al de Drácula.

La marca en la frente de Mina recuerda al equipo la urgencia y la importancia de su misión. Mina se irá transformando paulatinamente en un vampiro, a menos que los hombres encuentren a Drácula y acaben con él. La batalla no se librará solo por la vida de Mina, sino más bien por la salvación de su alma. El grupo tiene mucho éxito en sus primeros pasos, y en un día logran esterilizar todas las cajas de Drácula, excepto por una. Sin embargo, esta última caja es todo lo que Drácula necesita para sobrevivir; como Van Helsing manifiesta, con una sola caja bien escondida, Drácula podría pasarse años en Londres sin ser descubierto.