David Copperfield

David Copperfield Resumen y Análisis Tercera parte, Capítulos 6-10

Resumen

Una tarde, mientras David pasa por delante de la residencia de los Steerforth, lo citan para hablar con la señorita Dartle. Ella es muy cruel con él, y constantemente le desea la muerte a la pequeña Emily. Resulta ser que tiene información sobre Emily, que le cuenta a David a través de Littimer. Littimer describe cómo fue admirada en todos los países a los que Steerforth la llevó, donde dominaba todos los idiomas con bastante facilidad. Sin embargo, parece que Steerforth se cansó de ella y la abandonó en Nápoles, y ella enfureció al enterarse de que aquel la había dejado. Además, se puso aún más histérica cuando Littimer le propuso matrimonio, y pronto escapó de la casa. Antes de marcharse, David habla con la señora Steerforth, que se muestra bastante amable con él.

A continuación, David va a buscar al señor Peggotty y le comparte la información que ha obtenido. El señor Peggotty supone que la pequeña Emily está viva, pero que le da vergüenza volver a casa. También da a entender que no se fue por su propia voluntad. El señor Peggotty y David acuerdan reclutar a Martha, la amiga de Emily, para que los ayude a encontrarla. La encuentran en el barrio de Westminster y la siguen por la calle hasta que la muchacha se aleja de la zona más concurrida, con el objetivo de hablar con ella en privado.

Pronto David y el señor Peggotty se dan cuenta de que Martha se ha acercado al río y está pensando arrojarse allí. Ellos se lo impiden justo a tiempo. Martha se siente desgraciada y se reprende a sí misma por tener un corazón tan vil. Sin embargo, las palabras tranquilizadoras del señor Peggotty acaban por calmarla y ella acepta ayudarlos a encontrar a Emily, con la esperanza de, esta vez, ser una buena amiga. Luego de seguirla un rato mientras ella busca, deciden separarse, dejando que la chica busque por un lado mientras ellos buscan por otro.

David vuelve a casa bastante tarde y encuentra la puerta abierta. Oye a su tía en el jardín hablando otra vez con el hombre que la molestó anteriormente. Es evidente que está intentando sacarle dinero. El hombre no se va hasta que la señorita Betsey rompe en llanto. David lo fulmina con la mirada mientras aquel se retira. Le pregunta a su tía si quiere que hable con él. Sorprendentemente, su tía le confiesa que el hombre es en realidad su marido, que no está muerto, sino que sigue extorsionándola. Betsey le ruega a David que no le cuente a nadie.

En cuanto a David, su vida doméstica no ha mejorado. Dora se niega a aprender mejor las labores de la casa. Cuando él intenta cambiar esa cualidad suya, la joven se enoja y se niega a escucharlo. Así, para mantenerla contenta, David deja de intentar cambiarla. Durante un tiempo cree que tal vez un bebé la ayude a madurar y despierte en ella el deseo de ser una buena ama de casa. Dora queda embarazada pero, desgraciadamente, el embarazo no dura y, poco después, ella cae enferma. Sigue siendo hermosa y feliz, pero ya no puede caminar.

Entretanto, David recibe una carta del señor Micawber en la que este le describe la mala situación en la que se encuentran él y su esposa. Le ruega a David que se reúna con él para discutir la situación. Por su parte, Traddles ha recibido una carta similar de la señora Micawber. Los dos se reúnen con el señor Micawber, y pronto descubren que está en la ruina, pues, aparentemente, Uriah Heep lo engañó en un negocio. El recuerdo de esa estafa produce tal conmoción en el señor Micawber que David teme que muera de tan fuertes emociones. Pero el hombre termina serenándose y le pide que David y su tía se reúnan con él y su esposa la semana siguiente.

Pasan varios meses desde el encuentro entre el señor Peggotty y David con Martha. Un día, el señor Peggotty le cuenta a David que Martha acudió a él no hace mucho, y le dijo que no abandonara Londres bajo ninguna circunstancia, aunque no especificó por qué. Una noche, Martha corre a buscar a David y al señor Peggotty. Este último no está en casa, así que le deja una nota. A continuación, lleva a David a un barrio sombrío, donde hay caserones antiguamente habitados por familias nobles y ahora alquilados por inquilinos humildes. Juntos entran en una de esas casas y Martha lo conduce hasta la habitación de Emily. Pero con ellos llega también la señorita Dartle, que empieza a increpar a Emily, burlándose de ella y dedicándole palabras de odio y desprecio. David no interviene porque quiere dejar que lo haga el señor Peggotty. Por fin, llega el señor Peggotty y se lleva a Emily a su casa.

Análisis

La crueldad de la señorita Dartle, tanto al principio como al final de esta sección, llama la atención. Descarga su rabia contra David y Emily, pero se niega a reconocer que su primo Steerforth es culpable de la penosa situación. A su vez, su crueldad se reproduce en Steerforth, quien no tuvo problemas en abandonar a Emily, a quien antes había convencido de dejar su vida y huir con él. Según el relato de Littimer, Emily estaba convirtiéndose en una dama, aprendiendo a comunicarse con facilidad y siendo admirada allá donde iba, aunque no está claro hasta qué punto es fiable aquel relato, dados los sentimientos de Littimer respecto de la muchacha. La señora Steerforth, en contraste con la señorita Dartle, ha empezado, por fin, a aceptar que Steerforth no es el hijo perfecto que ella imaginaba.

El rumbo de la novela parece cambiar en esta sección. David y el señor Peggotty encuentran a Martha, y pronto también a Emily. La habilidad de David y el señor Peggotty para encontrar a Martha y salvarla de la muerte presagia su descubrimiento de Emily y su capacidad para sacarla del estado de desesperación emocional en que se encuentra. Efectivamente, la rescatan de un ataque furioso de la señorita Dartle. Pero algo que aún no se ha resuelto en la novela llama la atención sobre la presencia de esta última en la habitación de Emily: ¿quién alertó a la señorita Dartle para que consiguiera llegar antes que David al escondite?

Los lectores ven emerger, por fin, el lado débil de la señorita Betsey cuando David la encuentra conversando con un desconocido en el jardín. Finalmente, Betsey termina confesando un terrible secreto: se trata de su exmarido, que no está muerto, sino que la ha estado extorsionando durante mucho tiempo. Se trata del primer signo real de debilidad que vemos en esta mujer.

A estas alturas, sin embargo, Dickens ha conseguido que la señorita Betsey sea tan querida que su empeño para guardar este secreto puede ser leído como una cuestión de fortaleza. Aun así, la manipulación de su marido es repulsiva y despierta la empatía de los lectores, que quieren que se haga justicia con ella contra su marido. Betsey representa un modelo de mujer autónoma, que vive bien sola y no necesita de un hombre en su vida; ni siquiera acude a otros hombres para que le resuelvan sus asuntos.

Esta relación conflictiva entre Betsey y su exmarido construye un fuerte contraste con los sentimientos que David y Dora tenían al principio, pero ya en esta sección las tensiones en este matrimonio llegan a un punto álgido y el fin parece inminente. Aunque David sigue enamorado de Dora, empieza a desear que ella tuviera mejores habilidades domésticas, o al menos que lo intentara. El embarazo es un intento inmaduro de hacerla madurar, y su fracaso es un símbolo del fracaso de la relación. Además, presagia un desenlace trágico para Dora, en la medida en que su salud empieza a deteriorarse rápidamente.

La esperada traición de Uriah Heep ha puesto una vez más a los Micawber en peligro. El lector espera que, con esta estafa, el señor Micawber haya por fin entrado en razón. Suponiendo que su relato sobre la estafa sea cierto, Uriah ciertamente ha cruzado un límite. En el caso de los Strong, Uriah había estado a punto de arruinar el matrimonio, pero no lo había hecho. En el caso de los Micawber, sin embargo, realmente los empuja a la ruina. La promesa de David de proponerle a su tía una reunión con los Micawber es una señal de que se están preparando para contraatacar ahora que Uriah ha ido demasiado lejos, y esa señal marca la tensión que anticipa un pronto desenlace para la novela.