David Copperfield

David Copperfield Resumen y Análisis Segunda parte, Capítulos 11-15

Resumen

David se queda para ayudar a Peggotty a arreglar los asuntos de su marido, y descubre que la acumulación del hombre resultó satisfactoria para su esposa, pues ahora ella cuenta una gran herencia. Pronto llega Ham, que viene solo, aunque se esperaba que llegara con la pequeña Emily. Ham les cuenta a todos que Emily ha huido, dejando una carta en la que suplica a todos que la olviden. La carta también profesa su amor por su tío, y afirma que no volverá a menos que el hombre con el que ha huido la convierta en una dama. Ham le confiesa a David, a pedido de este, que es Steerforth quien huyó con ella. Ham insiste en que en ningún caso es culpa de David. El señor Peggotty promete que saldrá para encontrar a la pequeña Emily y traerla de vuelta.

A la mañana siguiente, Ham le pide a David que se ocupe del señor Peggotty, que sigue conmocionado por toda la situación. Poco antes de que David y el señor Peggotty salgan a buscarla, David tiene un encuentro con la señorita Mowcher, que está muy arrepentida. Cree haber sido ella la que desencadenó la serie de acontecimientos que condujeron a la desaparición de Emily, ya que le entregó una carta de Steerforth a la muchacha, pensando que era de David. Insiste en que lo siente mucho, y le pide a David que no confunda su deformidad física con deformidad moral, es decir, que confíe en ella tal como lo haría con una persona de estatura corriente. David dice que su opinión sobre ella ha cambiado mucho.

El señor Peggotty sugiere que vayan primero a ver a la señora Steerforth, y David acepta. La señora Steerforth culpa de toda la situación a la pequeña Emily, y también al señor Peggotty, por cómo la crio. La señorita Dartle también culpa a David porque fue él quien presentó a Emily y a Steerforth. El señor Peggotty decide entonces ir solo a buscar a Emily, y le dice a David que, si la encuentra primero, le comunique que la quiere y que la ha perdonado.

Durante todo este tiempo, David ha extrañado mucho a Dora, sobre todo cuando pasea por su barrio, pero no se atreve a visitarla. Lleva a Peggotty al Tribunal de Doctores para arreglar sus asuntos en el despacho del señor Spenlow. Allí se encuentran con el señor Murdstone, que está haciendo los trámites para casarse nuevamente. Mantienen con él una conversación desagradable, en la que Murdstone sugiere que David siempre se opuso a los intentos que él hizo por ayudarlo a encauzar su vida. Peggotty le grita, acusándolo de ser el responsable de la muerte de la madre de David, y el joven tiene que hacer un gran esfuerzo para contenerlo. Más tarde, el señor Spenlow invita a David a la fiesta de cumpleaños de Dora.

David está muy emocionado por reencontrarse con Dora, pero durante el festejo nota que otro hombre le está prestando especial atención. David hace todo lo posible por no parecer celoso y se acerca a otra muchacha para incomodar a Dora. Finalmente, la señorita Mills, amiga de Dora, interviene y reconcilia a David y a Dora, que finalmente se confiesan su amor y se comprometen en secreto. Desde su presente adulto, David reflexiona sobre esa ilusión y felicidad adolescente. Ahora, al ver en el dedo de su propia hija un anillo similar al que él le dio entonces a Dora, siente punzadas de dolor al evocar aquel pasado. David le escribe inmediatamente a Agnes tras su compromiso. El recuerdo de sus hermosos ojos y su actitud pacífica lo tranquiliza hasta las lágrimas.

Pronto se anima con la visita sorpresa de Traddles, que le cuenta más cosas sobre su prometida, Sophy. Ella es la cuarta de diez hermanos y la principal cuidadora de su familia. Traddles también le cuenta a David que los Micawber vuelven a tener dificultades económicas, hasta el punto de que el señor Micawber ha tenido que cambiar su nombre por el de Mortimer. Traddles le pide a David ayuda para que Peggotty, que ahora tiene dinero, compre en la casa de empeño algunos de los muebles que han embargado a los Micawber, pues a él se los han querido vender demasiado caros. A cambio, Traddles jura no prestarles más dinero a los Micawber, pues ahora está dedicado a cuidar y mantener a su prometida. De regreso en lo de David, encuentran a la señorita Betsey en la puerta con todas sus pertenencias. Su tía le revela a David que ha perdido todo debido a negocios que salieron mal.

Al oír la noticia, aunque sabe que es egoísta, David se siente triste porque ahora es pobre y no podrá proporcionarle a Dora todo lo que desea. Además, su tía no aprueba su devoción por ella y le dice que es un romance sin sentido. Tras una noche en vela, en la que reflexiona sobre las críticas de su tía a Dora, David acude al señor Spenlow e intenta cancelar el contrato que ha hecho para su aprendizaje. El señor Spenlow, sin embargo, se niega a devolverle el dinero que la señorita Betsey pagó para que David pudiera ingresar a trabajar.

De vuelta en casa, David se encuentra con Agnes, que se ha enterado de los problemas de la señorita Betsey y lo consuela. También le cuenta que Uriah y su madre se han mudado con ella y el señor Wickfield, y que está incómoda con su presencia allí. Le sugiere a David que trabaje como secretario para el Dr. Strong, que está buscando a alguien que lo ayude con su diccionario. El señor Wickfield y Uriah van entonces a casa de David, donde Uriah es mal recibido y regañado por la señorita Betsey.

Análisis

La desaparición de Emily con Steerforth es uno de los acontecimientos más significativos de la novela. Aparentemente, impulsada por la ambición de elevar su estatus social y convertirse en una dama, ella ha renunciado a una vida estable y apacible con un prometido que la quiere y la cuida.

Las diferencias en las reacciones de las dos familias afectadas revelan las diferencias morales entre ambas. Ninguno de los Peggotty, ni siquiera Ham, culpa a David, ni tampoco a Emily de lo acontecido. Los Steerforth, en cambio, se niegan a culpar a su propio hijo, pero sí lo hacen con respecto a David y a Emily.

La señorita Mowcher confiesa su remordimiento y su rol involuntario en el vínculo entre Steerforth y Emily. En conversación con David, su discurso se hace eco de una enseñanza interesante en la novela en torno a la discriminación, que supone un aprendizaje para David. Ella asegura que no tuvo mala intención, e intuye que su interlocutor desconfiará más de ella por ser una mujer poco atractiva y enana. Por eso, le advierte de que no confunda su deformidad física con una deformidad moral que no es tal: “Escuche usted un consejo, aunque sea de una criatura como yo, que no levanta tres palmos del suelo. Trate, amigo mío, de no confundir las deformidades físicas con las morales, a menos que tenga razones para ello” (598). Se trata de un consejo que da cuenta de la discriminación que Mowcher debe sufrir por no responder a los parámetros de belleza convencionales, hegemónicos. Así, al demostrar la verdadera cualidad bondadosa de la mujer, este episodio esboza los peligros detrás de la discriminación y los prejuicios.

La relación de David y Dora avanza notablemente durante estos capítulos. Su compromiso, aunque secreto, supone un paso más hacia la felicidad en la vida de David. El David adulto que escribe este relato interrumpe su narración para señalar lo feliz que fue durante esa época de su vida: “¡Qué niñerías! ¡Qué tiempo de locuras, de ilusiones y de felicidad!” (629). Es evidente un tono nostálgico en la reconstrucción de David, y cómo, desde la adultez, este mira ese pasado con otros ojos, menos idealizadores y más escépticos. De hecho, concluye reflexionando sobre la tristeza que esa evocación le genera hoy, lo cual presagia un desenlace dramático en su vínculo con Dora: “ayer, al ver un anillo semejante en el dedo de mi hija, sentí que mi corazón se estremecía de dolor” (629). A pesar de la felicidad que sintió entonces, el David mayor sigue reconociendo su corazón indisciplinado.

Esta aclaración desde el presente de la escritura construye una ironía dramática, en la medida en que el lector, gracias a la sugerencia del David adulto, puede prever un final infeliz para esa historia que el David joven no ve venir. David parece sugerir que, tal vez, debería haberse tomado en serio las advertencias de la señorita Betsey de que su relación no tenía sentido, pero el lector ve que el David joven no obra en esa dirección. Al contrario, el David más joven simplemente opta por ignorar tales advertencias, centrándose, en cambio, en lo feliz que se siente con su prometida.

David le cuenta a Agnes la noticia en cuanto se compromete. Es evidente la estima que David tiene por ella aquí, aunque todavía no se ha dado cuenta del alcance de sus sentimientos hacia ella. Por su parte, Agnes sigue preocupándose por él, lo consuela al enterarse de los problemas económicos de su tía y es quien le da la idea de trabajar con el Dr. Strong. Pero la noticia de que los Heep se han mudado con ella y su padre resulta muy inquietante; muestra la creciente fortaleza del carácter de Uriah y sugiere sus intereses ocultos.

Por su parte, Traddles trae nuevas noticias sobre los Micawber. Debido a su compromiso con Sophy, el personaje ha experimentado un aprendizaje: se lo ve más responsable económicamente, al menos en cuanto comprende que ya no debe prestarles dinero a los Micawber. Estos se encuentran en una situación tan desesperada que, debido a sus deudas, han tenido que cambiarse el apellido y ocultarse. Este cambio de nombre es algo más que una huida de los acreedores y un indicio de que están huyendo de sus problemas; es también un símbolo de que se están distanciando cada vez más de la realidad.