David Copperfield

David Copperfield Resumen y Análisis Tercera parte, Capítulos 11-15

Resumen

El señor Peggotty visita a David y a la señorita Betsey para contarles la historia de la pequeña Emily. Al parecer, se escapó de Littimer delirando, pero fue rescatada y atendida por una mujer cuyo marido era marinero. El señor Peggotty se sobrecoge al hablar de esta mujer, sintiéndose muy agradecido por su ayudada a Emily. La pequeña Emily siguió viajando por Francia e Inglaterra. Sin embargo, seguía temiendo que su familia la rechazara, y por eso no volvió a Yarmouth, sino que dio media vuelta y acabó en Londres.

El señor Peggotty revela que ha decidido llevarse a Emily a Australia, donde podrá empezar de nuevo sin que nadie la conozca. David y él van a Yarmouth a despedirse de Ham. Mientras está allí, David visita al señor Omer, que está cada vez más enfermo, pero sigue luciendo jovial y feliz. Ham le pide a David que le diga a Emily que la quiere, y que siente haberla asustado con sus fuertes sentimientos hacia ella. La señora Gummidge se muestra muy compungida ante la posibilidad de que la dejen sola allí y le ruega al señor Peggotty que la deje viajar con él y con la pequeña Emily, a cambio de servirles de criada si lo necesitan, y Peggotty accede.

El señor Micawber, Agnes, David, Traddles y la señorita Betsey se reúnen en una posada y se disponen a enfrentar a Uriah Heep. Van a su casa, donde el señor Micawber lee una larga lista de todos los crímenes que Uriah ha cometido, entre ellos, obligar al señor Wickfield a hacer negocios cuando este se encontraba incapaz de hacerlos, falsificar firmas, falsear números en las cuentas, etc. Mientras el señor Micawber lee esta lista, Uriah abandona por fin su comportamiento humilde y empieza a insultar a todo el mundo, especialmente a David, diciendo que siempre se mostró orgulloso y engreído con él. Por su parte, David responde que ha sido él quien pecó de codicioso y traicionero, cualidades que siempre acaban en desastres. La falta total de poder de Uriah en esta situación, combinada con las súplicas de su madre para que sea humilde e intente arreglar el asunto, obligan finalmente a Uriah a reconocer sus fraudes y a acceder a las demandas de los presentes, que le exigen que devuelva los documentos legales que hizo firmar al señor Wickfield para quedarse con sus bienes. La señorita Betsey también revela que Uriah causó su propia ruina financiera, y ella también recupera su propiedad. Con el asunto de Uriah Heep ya resuelto, el señor y la señora Micawber se reconcilian. Deciden irse a Australia después de arreglar su relación con la familia de la señora Micawber.

El David mayor que relata su historia vuelve a aferrarse a sus recuerdos, rememorando las circunstancias de la muerte de su esposa. Recuerda cómo él y Dora solían hablar de lo que harían cuando ella se repusiera, y de todos los lugares de su época de noviazgo que volverían a visitar. Por desgracia, un día Dora pide ver a Agnes y le revela a David que sabe que no mejorará. Él mismo se niega a decirlo, pero sabe que es cierto. La última vez que habla con Dora, ella le dice que era demasiado joven para casarse con él, pero que lo quiere mucho por haberla amado como lo ha hecho. Agnes finalmente sube para estar con Dora mientras David se sienta abajo con Jip, que gime. Repentinamente, Jip muere a los pies de David y, poco después, Agnes baja para comunicarle que Dora también ha fallecido.

David supera con dificultad los recuerdos dolorosos. Continúa relatando el encuentro de la señorita Betsey, Agnes y Traddles en Canterbury. Traddles descubre que puede recuperar todas las propiedades de la señorita Betsey, así como el dinero del señor Wickfield, y Agnes decide alquilar la casa y abrir una escuela para mantener su estabilidad económica y la de su padre. David, mientras tanto, decide que se irá al extranjero tras la muerte de su esposa, pero antes de partir la señorita Betsey lo lleva a un hospital y a un funeral. Le revela que su marido, que le ha estado sacando dinero, ha muerto por fin, y ya no será un problema. De este modo, David puede abandonar el país con tranquilidad sobre este asunto.

Antes de partir, David viaja a Yarmouth para entregarle una carta de la pequeña Emily a Ham. Pero no encuentra a este en su casa y empieza a sentirse muy inquieto por su ausencia. Al entrar en la ciudad, se ha desatado una tormenta, y pronto se ve, a lo lejos, que un barco ha naufragado. Todos los marineros parecen estar muertos excepto uno con gorra roja, que hace señas pidiendo ayuda. De pronto, aparece Ham, que se ata una cuerda a la cintura y, a pesar de la renuencia de David, insiste con intentar salvar al hombre. Casi lo consigue, pero una gran ola se abate sobre él y lo mata antes de que pueda alcanzar al marinero. Mientras David llora la pérdida de Ham, se acerca un pescador y le pide que lo acompañe a la orilla. Allí le muestra un cadáver que ha llegado del naufragio: se trata de Steerforth, tendido en la misma posición en la que David lo vio dormir tantas veces durante sus días en Salem House.

Análisis

La pequeña Emily encuentra por fin la paz tras su largo periplo, y ahora se dirige a Australia, donde podrá empezar de nuevo. Se ha enfrentado a sus problemas y los ha superado con la ayuda de su familia, y ahora está lista para seguir adelante. Un detalle interesante de su historia es que fue rescatada por la mujer de un marinero. No es casual que se trate de una persona asociada al mar: este se ha llevado muchas vidas y, pronto, se llevará más. En el caso de Emily, en cierto modo, el mar le da otra oportunidad para resarcirse.

Mientras tanto, la situación de Uriah llega a un punto crítico. Cuando es enfrentado a todos aquellos a los que ha defraudado, se cae su máscara y se revela su verdadero rostro vil. Efectivamente, David describe cómo la escena demuestra las verdaderas cualidades de Uriah: “Era un cobarde de pies a cabeza, y en aquel momento, más que en ningún otro de su miserable vida, exteriorizaba su baja naturaleza, mediante la desesperación y un aspecto sombrío” (972). Uriah abandona por fin su actuación humilde y empieza a maldecir a todo el mundo, hasta que por fin se da cuenta de que ya no tiene poder, pues ya nadie le cree. Por su parte, David exhibe que ha alcanzado un alto grado de madurez cuando responde a las increpaciones de Uriah con altura y agudeza: “(...) usted ha sido el que siempre se ha colocado frente a todo el mundo, por su astucia y codicia. En lo sucesivo, reflexione sobre el hecho de que todavía no ha habido en el mundo codicia y astucia que no se extralimitasen hasta llegar al desastre. Esto es tan cierto como que todos hemos de morir” (973).

Por fin, gracias al poder organizado del grupo, se ha logrado vencer al poder manipulador pero individual y, en cierto sentido, se hace evidente que es el trabajo en comunidad el que logra restablecer la justicia. En virtud de que se logran resolver los asuntos económicos que ha causado la estafa de Uriah, toda la situación acaba bien, y cada uno recibe lo que le corresponde.

Los Micawber, que por fin tienen la oportunidad de escapar de su miseria, se disponen a arreglar sus problemas tanto económicos como familiares, y se disponen a emigrar a Australia, con el objetivo de iniciar una vida y una identidad completamente nuevas, esperanzados de dar un vuelco exitoso a sus vidas. Para ese nuevo comienzo, eligen dejar atrás Inglaterra y empezar una vida más plena en un nuevo horizonte.

Cuando finalmente fallece Dora, la escena es profundamente triste. Significativamente, en este capítulo, titulado “Otra mirada retrospectiva”, la narración transcurre en un presente histórico, lo cual representa la cercanía afectiva de David con aquello que evoca. En su último encuentro con David, Dora parece por fin haber superado su infantilidad, pues admite que era demasiado joven cuando se casó con él. Así, la perspectiva cercana a la muerte parece hacer madurar rápidamente a la muchacha. La novela establece un fuerte paralelismo entre la muerte de Dora y de su perro Jip. Se trata de algo más que una coincidencia dramática. La muerte de Jip simboliza la muerte del espíritu libre de Dora, y también encarna la fidelidad del animal con su ama.

En efecto, la muerte de Jip representa el profundo dolor que supone la muerte de un amigo o un familiar. El recuerdo de la muerte de Dora es muy difícil para el David mayor, lo cual revela lo mucho que la seguía queriendo a pesar de las dificultades y diferencias. De hecho, el dolor de David en aquel momento es tan fuerte que lo lleva a decidir irse del país. Él también necesita un cambio de aire para superar los sucesos trágicos.

En esta sección se produce otra muerte de un cónyuge, pero tiene un cariz completamente distinto y genera una reacción muy diferente. El exmarido de Betsey ha muerto, pero lejos de causarle una profunda tristeza, esa muerte supone para ella una liberación. Sobrevivió a la persecución y a las dificultades económicas que él le causó, y ahora es una mujer realmente libre. Entre todos los personajes que se despegan de sus problemas, la libertad de la señorita Betsey es probablemente la más satisfactoria. Su historia es una prueba triunfal de la fuerza de las mujeres, que no necesitan necesariamente a los hombres para ser felices y triunfar.

Todavía hay más muertes en esta sección, lo cual va anticipando el próximo desenlace de la novela. La muerte de Steerforth vuelve a poner el mar como una fuerza mística capaz de interceder en la vida de los personajes, ya sea dando vida, ya sea quitándola. En términos de justicia poética, Dickens parece elegir la muerte de Steerforth como castigo por su altanería y por haber robado a Emily para luego abandonarla. Además, la posición de su cuerpo muerto, acostado como lo hacía en Salem House, recuerda aquella escena entre Steerforth y David que operó como un presagio: cuando a David le prometió que lo recordaría en sus mejores momentos. En cuanto a Ham, su muerte es congruente con las cualidades generosas y sacrificadas que marcaron al personaje en vida. Significativamente, muere salvando vidas. Su último gesto, desinteresado, de bondad genuina, queda representado en el hecho de que una de las personas a las que intenta salvar es a Steerforth, quien no le ha hecho más que maldades.