El Corazón Revelador Vídeo

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"El Corazón Revelador" es un cuento escrito por Edgar Allen Poe y publicado en 1843. Representativo del estilo macabro característico de Poe, el relato está narrado en primera persona por un hombre sin nombre que intenta convencer al lector de su cordura después de haber cometido un asesinato. "El corazón revelador" es considerado un clásico de la literatura gótica y sigue siendo uno de los cuentos de suspenso más famosos de Poe.

El narrador comienza insistiendo en que, si bien está terriblemente nervioso por la espantosa experiencia que va a relatar, no está loco. Por el contrario, sus sentidos se han agudizado con esa experiencia, y explica que nos contará tranquilamente "toda la historia" para demostrar su punto.

El narrador describe a un anciano cuyo ojo empieza a temer y detestar. Aunque la relación del narrador con este anciano es un misterio, señala que él no deseaba el dinero del viejo, ni había sido nunca agraviado por el hombre; incluso sentía afecto por él. No obstante, el narrador decide matar al anciano para no tener que volver a mirar nunca más su ojo pálido y nublado.

Cada noche, alrededor de la medianoche, el narrador se cuela en la habitación del anciano y alumbra cautelosamente su ojo con una linterna, e insiste en su relato en el hecho de que un loco nunca habría sido tan sabio y cuidadoso como él. Sin embargo, como el ojo del viejo está siempre cerrado, el narrador no logra convocar el desagrado visceral que necesita para matarlo.

La octava noche, el pulgar del narrador resbala accidentalmente sobre el interruptor de la linterna, y el ruido despierta al viejo, que grita de terror. Durante una hora, el narrador y el anciano permanecen congelados en el lugar.

Finalmente, el narrador decide iluminar lentamente con la linterna el ojo de buitre del viejo, ahora bien abierto. La visión del ojo desencadena el odio que le había faltado las últimas siete noches. Comienza a oír los latidos del corazón del anciano, que compara con el sonido de un reloj envuelto en algodón.

A medida que los latidos se hacen más fuertes, al narrador le preocupa que los latidos despierten a los vecinos. Ataca al viejo, arrastrándolo al suelo y asfixiándolo con el colchón hasta que ya no puede oír los latidos.

El narrador descuartiza el cadáver del anciano y lo oculta bajo las tablas del suelo, describiendo las "sabias precauciones" que toma al hacerlo. Añade que no queda ni una sola mancha de sangre en el suelo cuando termina, ya que limpió todo hábilmente usando un balde.

Tres policías llaman a la puerta alrededor de las cuatro de la mañana. Han venido a inspeccionar la casa, luego de ser llamados por un vecino que escuchó un grito. El narrador invita a los policías a entrar y les asegura, con confianza, que no pasa nada; incluso los invita descaradamente a sentarse justo encima del cadáver del anciano.

Sin embargo, justo cuando los policías parecen estar completamente seguros de su inocencia, el narrador comienza a escuchar un sonido familiar: el de un reloj envuelto en algodón. Se da cuenta de que es el corazón del anciano y se agita cada vez más, llegando a convencerse de que los policías también pueden oírlo. Finalmente, el narrador grita, admitiendo el asesinato.