Un tranvía llamado Deseo

Un tranvía llamado Deseo Metáforas y Símiles

"No te lo digo para reprochártelo, pero toda la carga cayó sobre mis hombros" (Acto I, escena 1) (Metáfora)

Blanche le anuncia a su hermana la pérdida de Belle Rêve, la propiedad familiar, pero antes recurre a una metáfora para recordarle que ella fue quien debió asumir toda la responsabilidad: debió ocuparse de todos los familiares que murieron durante diez años. Mientras que Stella se ha desligado de la familia hace tiempo, Blanche encarna, en esta obra, el devenir decadente de esa sociedad sureña sin ya dinero que mantiene, no obstante, cierta cultura y arrogancia aristocrática hasta el momento de su desintegración. Es relevante esta diferenciación simbólica entre las hermanas. Justamente, Blanche le reprocha a su hermana que todo el peso de la tragedia familiar cayó sobre sus hombros. De algún modo, como se comprueba hacia el final de la obra, eso diferenció sus destinos: Stella se ha librado del devenir familiar, mientras Blanche lo encarna por completo.

"Y cuando regresa, lloro sobre sus rodillas como una criatura" (Acto I, escena 1) (Símil)

Stella le cuenta a su hermana el tipo de atracción que siente por Stanley. No puede soportar estar lejos de él, de modo que cuando él viaja se desespera, y colapsa en llantos cuando regresa. La comparación que elige Stella para describir su emoción es significativa: frente a él, ella es una criatura. Aunque Stella tiene cierto carácter, él es su debilidad, frente a él es una niña, porque la relación que hay entre ellos responde más que nada a las emociones primarias, casi instintivas, infantiles (es importante recordar que Stanley, hombre fuerte y viril, llorará luego gritando el nombre de su mujer, como un niño el de su madre).

"Ah... esas bonitas velitas... ¡Oh, no las uses, Stella! Guárdalas para los cumpleaños del niño. ¡Oh! ¡Espero que las velas brillen en su vida y que sus ojos sean como velas, como dos velas azules encendidas en un pastel blanco!" (Acto III, escena 2) (Metáfora y Símil)

A lo largo de la obra tienen lugar diversas expresiones en relación a la luz, al brillo y a la oscuridad. Blanche, desde el evento trágico que la traumó para siempre, rehúsa de las luces fuertes, que le resultan intolerables porque no le permiten esconderse, sino que la expulsan a la realidad, que es para ella un padecimiento. La expresión citada tiene lugar cuando Stella intenta festejarle el cumpleaños a Blanche. La fiesta terminó siendo triste, y Blanche le pide a su hermana que no gaste velas, es decir luz, en ella, sino que las reserve al futuro, seguramente más brillante, de su bebé. Con la metáfora y la comparación establece un deseo para esa criatura: que, al contrario de ella, él brille; que sus ojos brillen y que vea el mundo a través de la luz y no escondiéndose de ella.

"Mi juventud había desaparecido repentinamente como el chorro de agua de un surtidor" (Acto III, escena 3) (Símil)

Blanche le confiesa a Mitch sus recuerdos más dolorosos: la trágica muerte de su marido y la posterior pérdida de la propiedad familiar hicieron que su felicidad acabara de manera abrupta. Con la comparación, Blanche trae a colación una de sus preocupaciones, relacionada al tema de pérdida de la juventud, y la cataloga como algo que desapareció súbitamente y ya no volverá, porque su fuente (el surtidor de agua), en el caso de Blanche, se ha agotado para siempre.

“entonces, el reflector que iluminaba el mundo se apagó y nunca hubo para mí desde aquel día una luz más intensa que la de esta vela de cocina” (Acto II Escena 2) (Metáfora)

Al relatar la muerte de su joven marido, Blanche revaloriza las imágenes de luz y oscuridad que han aparecido durante la obra. Mediante esta metáfora se establece una identificación entre la felicidad y la luz: la muerte de Allan sumergió la vida de Blanche en la oscuridad. Desde entonces, quedó condenada a esconderse del brillo de toda luz, intolerable para ella y su memoria. Ya no hay ninguna luz en ella, ninguna felicidad con la que enfrentar la luz del exterior. Blanche se refugió en sí misma después del trauma, protegiendo su frágil mente entre sombras y fantasías.