República

República Resumen y Análisis Libro V

Resumen

El Libro V empieza con la reaparición de Polemarco, que susurra algo al oído de Adimanto y llama la atención de Sócrates. De mala gana, Polemarco expresa en voz alta aquello que murmuraba: acusa al filósofo de ser vago por no responder algunas de las cuestiones más practicas sobre el funcionamiento de la ciudad, como la educación de los más pequeños, la familia y la comunidad. Sócrates replica que no quiere reducir su filosofía a un nivel tan mundano, pero, a pedido de la audiencia, se dispone a responder, organizando su discurso en tres partes a las que llama "olas".

La primera "ola" es una evaluación sobre la naturaleza de las mujeres. Estableciendo comparaciones con los machos y las hembras de ciertas especies animales, sostiene que existe una igualdad fundamental entre los sexos de los humanos. Por ese motivo, las mujeres deben recibir la misma educación, física y musical, que los varones. De todos modos, así como afirma que los dos sexos comparten las mismas capacidades y objetivos, también dice que los varones siempre son más fuertes y mejores a la hora de ejecutar cualquier tarea. Las mujeres son un poco más débiles, por lo que pueden realizar los mismos trabajos, pero en un nivel menor de exigencia.

A partir de allí, el discurso se mueve hacia la segunda "ola", la comunidad de mujeres y niños. Sócrates afirma que los mejores hombres deben reproducirse con la mayor cantidad de mujeres posible, para procrear hijos también excelentes. Del mismo modo, afirma que las mujeres y los niños de esta ciudad deben ser comunes a todos los hombres. De hecho, propone un sistema para que las madres no puedan reconocer a los niños que han parido, y que todos los nacidos en el mismo período de tiempo sean criados como hermanos y hermanas. Los interlocutores del filósofo, extrañados por la propuesta, rechazan la posibilidad de esta organización, pero Sócrates comienza a convencerlos explicando su utilidad.

Sigue entonces el célebre discurso sobre el matrimonio, el control de la natalidad y de la población y los correctos modos de criar a los ciudadanos. No solo los guardianes pueden tener sexo con todas las mujeres que quieran, sino que además se estimulará la procreación en ciertas festividades, marcadas en fechas específicas del calendario. Los niños que nazcan de esta procreación y sean excelentes serán puestos al cuidado de nodrizas, mientras que a cualquier niño que nazca con defectos y deformidades lo "esconderán en un lugar secreto y oculto, como conviene" (460c, p. 377). El filósofo determina edades específicas para que los hombres y las mujeres se reproduzcan. El aborto es legal y queda a criterio de los guardianes dar continuidad a un embarazo o interrumpirlo. Sócrates concluye su propuesta asegurando que cuando todo es compartido, hay unidad entre los hombres. Cada dolor o placer individual es vivido de manera colectiva por la ciudad.

Luego, el diálogo se dedica a examinar la filosofía. El narrador considera qué recompensas tendrá el que se comporte de manera justa y demuestra que los hombres valientes que actúan con coraje en las guerras disfrutan más que los cobardes. Entonces describe los honores que reciben los héroes caídos en batalla, las reglas del combate y la distinción entre guerra y sedición. La primera es una forma de conflicto entre una ciudad griega y una extranjera; la segunda, un conflicto de menor escala entre dos ciudades griegas.

En esta instancia, Sócrates encara la tercera de las "olas" que movilizan este discurso. Se trata de la mayor y más fuerte, trae la pregunta sobre las posibilidades de que esta ciudad ideal exista en concreto. Si bien tanto el filósofo como sus interlocutores están satisfechos con la polis que han creado, ahora deben analizar si pueden realmente construirla fuera del discurso. La aproximación a la respuesta se produce también de manera retórica y, en realidad, no se alcanza una resolución total del problema. Sin embargo, aquí Sócrates postula una de las ideas más importantes de la obra: la vía más factible para que exista realmente esta ciudad perfectamente justa es que los filósofos se conviertan en sus reyes, o que los reyes se conviertan en filósofos.

Para explicar esta sentencia, se define al filósofo genuino como aquel que ama el conocimiento de lo verdadero. El conocimiento se propone como contracara de la ignorancia y, en última instancia, de la opinión. Las opiniones están basadas en apariencias, mientras que el conocimiento se basa en la verdad. Los filósofos se guían por conceptos absolutos, totales, perfectos, inmutables; ideales de justicia, bondad y belleza. De este modo, se empieza a delinear la Teoría de las Ideas, planteo central de la filosofía platónica.

Análisis

Las ideas de Platón sobre las mujeres, su naturaleza y sus funciones en la ciudad son radicales e innovadoras, ya que sostiene que ellas son fundamentalmente iguales a los varones. Por lo tanto, les corresponden la misma educación durante la infancia y juventud y las mismas tareas en la adultez, con excepción de las actividades específicamente relacionadas con la procreación (pues son las mujeres quienes se embarazan y paren). Sin embargo, nunca dejan de ser consideradas inferiores: pueden hacer las mismas tareas que los varones, pero siempre las realizan un poco peor; son un poco más débiles.

Por otra parte, las mujeres tienen menos poder de decisión que los varones. Así, por ejemplo, los guardianes pueden decidir con quiénes tener sexo –y mientras más compañeras sexuales tengan, mejor–, pero ellas no parecen tener la posibilidad de consentir o no. De hecho, todo el capítulo habla de la "adquisición de las mujeres", como si estas fueran objetos. Además, todas las reflexiones de Sócrates sobre el tema se desprenden de comparaciones con las hembras de especies animales, como las yeguas y las perras. Esto último sirve para resaltar las diferencias entre varones y mujeres de acuerdo con sus funciones reproductivas en lugar de enfatizar su igualdad espiritual e intelectual. De este modo, notamos que la posición de la obra sobre las mujeres es compleja y, desde el punto de vista contemporáneo, contradictoria.

La tercera y mayor ola que Sócrates se ve forzado a encarar permite la introducción de dos conceptos célebres y esenciales de toda la filosofía occidental: la Teoría de las Ideas, por un lado, y la figura del filósofo-rey, por el otro. La Teoría de las Ideas establece que existen, por un lado, las ideas puras sobre lo que existe, que son lo verdadero, y que pueden conocerse a través del razonamiento, y, por otro, manifestaciones concretas de esas ideas, que percibimos a través de los sentidos. Estas últimas son tan solo apariencias. Los hombres comunes suelen tener opiniones basadas en sus percepciones de las apariencias, mientras que los buenos filósofos alcanzan el conocimiento de las ideas mediante su intelecto. Unos opinan, los otros conocen. La mente del filósofo, según Platón, alcanza la esfera más noble y elevada de la existencia, donde se encuentran las ideas en sí, puras, perfectas, completas, inmutables. Esto se debe a que es una mente gobernada perfectamente por su parte racional que, por lo tanto, aspira constantemente a la verdad y a la luz. En esta teoría, así como en buena parte del pensamiento griego clásico, lo verdadero forma una unidad con lo bello y lo bueno, y está directamente conectado con los dioses.

Los primeros esbozos de la Teoría son introducidos para tratar de explicar por qué es muy difícil que la ciudad ideal se construya en la realidad, más allá del discurso. Esto se debe a que, según Sócrates, la ciudad es imposible a menos que la gobiernen los filósofos. Es necesario que coincidan el poder político con el amor por el conocimiento verdadero para que exista la ciudad perfectamente justa. La propuesta tiene dimensiones magníficas: el filósofo asegura que este es el único modo de resolver los problemas de las ciudades corruptas y, en última instancia, los problemas de la humanidad en su conjunto. Tanto es así que el propio Sócrates afirma cuán difícil es la realización de su proyecto ideal: "Esto es lo que hace tiempo me produce reparo decir, porque veo que se va a exponer algo muy singular, pues es difícil ver que, por otra vía, ninguna ciudad podrá llegar a ser feliz en lo privado y en lo público" (473e, p. 399).

En este punto de la República, Platón comienza una transición desde la filosofía pura y la teoría política, delineadas en los primeros libros, hacia la caracterización de los cinco tipos de individuos que representan los cinco tipos de ciudades. Los libros intermedios de la obra le dedican particular atención a ese asunto. Aunque la defensa de Sócrates sobre la superioridad de la justicia sobre la injusticia parece estar casi concluida en el Libro V, el diálogo continúa durante muchas páginas más. Para perfeccionar su planteo y reafirmar su argumentación, elabora una serie de preguntas más directas sobre filosofía política, cuestiones prácticas e incluso aspectos de la psicología de los hombres. Así, la segunda mitad de la obra produce un desplazamiento: ya no observamos al individuo en general, sino que analizamos cinco categorías distintas, cinco tipos específicos de individuo.

Sócrates no se muestra muy entusiasmado por abandonar la filosofía pura y concentrarse en cuestiones políticas y sociales. Sin embargo, sus interlocutores exigen que demuestre la posibilidad o la aplicación práctica de sus afirmaciones teóricas. En el plano del discurso y la retórica, su poder de argumentación es excelente, y los convence a todos de que tiene razón, pero ellos le piden que estos planteos no queden en el aire; es necesario poder llevarlos a la práctica. Esta dinámica del diálogo se ve claramente en los fragmentos donde se discute la vida comunitaria: cuando Sócrates afirma que los guardianes compartirán a todas las mujeres y a los niños, sus interlocutores se sorprenden y le exigen que explique de qué manera sería posible organizar una comunidad así. Entonces, el protagonista explica cómo evitar los celos y la competencia entre los guardianes. Así, las ideas del filósofo son evaluadas con atención por los demás, que las consideran tanto en el plano teórico como en el práctico.