República

República Lista de Personajes

Sócrates

Es el narrador y protagonista de la República. Su mente atraviesa y filtra todas las reflexiones y pensamientos presentados en el libro. Este texto es sobre todo un registro en primera persona de un diálogo filosófico; es una indagación intelectual sobre el tema de la justicia. Por lo tanto, hay pocas acciones y movimientos típicamente narrativos: Sócrates prácticamente no hace nada más que conversar. Tal como afirma uno de sus interlocutores al comienzo del diálogo, es famoso precisamente por su modo provocativo y estimulante de dialogar. Así, la República es una peregrinación intelectual que ejemplifica a la perfección el método dialéctico. Los lectores entendemos el pensamiento de Sócrates a través del discurrir de sus ideas, que parecen un poco zigzagueantes, pero son siempre astutas y convincentes. Dice que "no sabe nada", pero en realidad demuestra una inteligencia grandiosa a través de su método de preguntas y respuestas.

Glaucón

Este personaje tiene el mismo nombre que uno de los hermanos mayores de Platón, autor de la obra. En la República es el discípulo más cercano y leal de Sócrates, y se posiciona como su principal interlocutor. Se mantiene al lado de su maestro a lo largo de todo el diálogo. En el Libro II después de la confrontación con Trasímaco, Glaucón acepta oponerse a Sócrates solo para mantener la dinámica de la conversación y dar pie a las argumentaciones del protagonista. Logra presentar bien las posturas más comunes de la época acerca de varios asuntos, por lo que puede ser considerado como el portavoz del pensamiento convencional. Más adelante en la obra es comparado con un funcionario auxiliar de la ciudad.

Adimanto

Este personaje tiene el nombre de otro hermano de Platón, autor de la obra. Adimanto aporta ejemplos de poesía y literatura a lo largo del diálogo. También es un declarado discípulo de Sócrates y, al igual que los demás, se niega a guiar la conversación incluso cuando tiene la posibilidad. En el Libro III tiene dificultades para comprender las nociones de Sócrates sobre el estilo narrativo, lo cual obliga al filósofo a explicar con mayor detenimiento su planteo.

Céfalo

Es un anciano, padre de Polemarco. Las ideas de Céfalo sobre un pasado entrañable dan inicio a las reflexiones de Sócrates acerca de la naturaleza de la vida virtuosa, buena, adecuada. El diálogo comienza en su casa. Céfalo cree que los lamentos de los más viejos son el resultado de sus defectos, y por eso defiende la realización de buenas acciones y comportamientos acordes a la lógica. Sócrates subraya que, a pesar de la incomodidad física que sufre por ser anciano, Céfalo es un hombre feliz.

Polemarco

Es el hijo de Céfalo. Invita a Sócrates a su casa, ansioso por mantener una conversación con él. Sus apreciaciones se relacionan directamente con ideas muy comunes y vulgares desde el punto de vista de Sócrates. En el Libro I, propone que la justicia es darle a cada hombre lo que este merece, y en el Libro V acusa a Sócrates de vagancia, exigiéndole que explique con detalles los mecanismos de la familia y la comunidad en la ciudad perfectamente justa que el filósofo está proponiendo.

Trasímaco

Este personaje es la encarnación feroz de la tiranía, el peor de los males de acuerdo con Sócrates. En el Libro I interrumpe el diálogo de manera abrupta, pero luego se niega a comentar su postura sin recibir antes un pago. Los discípulos de Sócrates le pagan y Trasímaco aporta su opinión: para él, la justicia es la defensa de los intereses del más fuerte, una concisa explicación de la dinámica de la tiranía. El impacto de su argumento es usado por Sócrates a lo largo de todo el discurso para desarrollar con detenimiento la idea de la injusticia perfecta, es decir, la injusticia total, completa, absoluta.