República

República La salud y la medicina en la 'República' de Platón

A lo largo de toda la República, Sócrates se vale de metáforas y comparaciones del orden del cuerpo, la salud y la medicina para argumentar diversas posturas e ideas. De modo general, la salud es concebida como algo sumamente positivo; se relaciona directamente con la moderación, valorada como una de las cuatro virtudes cardinales, mientras que la enfermedad sirve como ejemplo de la vejez, la decadencia del cuerpo, los excesos o la mala fortuna. Gracias a esa contraposición, las referencias a la salud y a la medicina son recurrentes e ilustran varias de las nociones centrales de la obra.

En el Libro I, como parte de la refutación a la propuesta de Trasímaco, que define la justicia como la defensa de los intereses del más fuerte, Sócrates asegura que las ciencias y las artes, por el contrario, convienen a quienes son inferiores, a quienes las necesitan más. Para llegar a esa sentencia, comienza afirmando que el cuerpo humano no es autosuficiente, sino que precisa de la medicina para mantenerse sano. Así, la medicina no hace lo que le conviene a sí misma como disciplina, sino lo conveniente para la salud del cuerpo. De esto se desprende que, "Entonces, no hay ciencia ninguna que examine ni prescriba lo que le conviene al más fuerte, sino lo que le conviene al que es inferior y gobernado por ella" (342c, p. 200). La definición tirana de Trasímaco queda así desarticulada.

Por otra parte, al ofrecer una primera justificación de su expulsión de los poetas de la ciudad ideal, Sócrates sostiene que estos mienten; presentan imágenes negativas de los dioses, lo cual es imposible, porque la divinidad solo irradia lo bueno. La poesía, así, es peligrosa, porque engaña a los jóvenes. Este fuerte ataque a la mentira y constante defensa de la verdad encuentra una pequeña –pero significativa– excepción: los gobernantes pueden hacer un uso "terapéutico" (Mas, 2020: 51) de la mentira; ellos pueden mentirles a los ciudadanos o a los extranjeros siempre y cuando sea en beneficio de la ciudad. En esos casos, la mentira es como un remedio: "¿Acaso, como una medicina que sirve para alejar un mal, resulta útil contra los enemigos y cuando los que llamamos amigos se disponen a hacer algo malo movidos por la locura o la insensatez?" (382c-d, p. 259). En este caso, la referencia a la medicina sirve para traer una valoración positiva, o al menos aceptable, del engaño en casos específicos.

Ahora bien, un núcleo fundamental del recurso a la salud y las metáforas médicas en la obra tiene que ver con la analogía entre el individuo y la ciudad. Afirma Salvador Mas que "si la ciudad es como el individuo, y si éste es un organismo, la ciudad también tendrá que concebirse como un organismo, en los cuales resulta muy disfuncional que una parte se aproveche de las restantes, pues tal circunstancia conduce inexorablemente a la enfermedad y, caso de no corregirse, a la muerte" (2020: 20). En otras palabras, los ciudadanos se comportarán de manera unificada y solidaria para mantener la salud de la ciudad, así como las partes del cuerpo tienden a funcionar colaborativamente (es decir, un riñón no ataca a un pulmón, por ejemplo).

En esa línea, la especialista Claudia Márisco afirma que los modelos de polis planteados aquí como ideales son "sanos" o "purificados", mientras que las ciudades corruptas son "enfermas" (1999). Es decir que dentro de la relación analógica entre el individuo y la ciudad –establecida como método para alcanzar la idea de justicia– la salud tiene un papel central. Tanto es así que el alma ideal, regida por la razón, mantiene la moderación del individuo, y esto se traduce en el bienestar de su cuerpo. Si bien el cuerpo es presentado muchas veces de manera negativa, como materia que se degenera o que provoca tentaciones pasionales, en los individuos serenos y equilibrados, es sano y regulado. De hecho, la parte concupiscible del alma, que se concentra en los apetitos, tiene como virtud la moderación y la templanza, ya que los excesos corporales (en la comida, la bebida o el sexo) implican no solamente una inmoralidad, sino también un deterioro del bienestar corporal, de la salud.

Como es posible observar, las referencias a la medicina y a la salud abundan en la República. Sócrates las aplica para explicar las dinámicas de las ciencias, las posibles definiciones de justicia, la conformación interna y externa del individuo y la construcción misma de la polis perfectamente justa. Gracias a ello, queda evidenciada la relevancia de las metáforas y comparaciones de este campo semántico en la obra.