Las uvas de la ira

Las uvas de la ira Temas

El sentido de comunidad

Parte de la belleza y de la trascendencia de Las uvas de la ira radica en que las experiencias de los Joad hablan de las experiencias de miles de otras familias que viajan al oeste en busca de una vida mejor. Tal sentimiento de comunidad existe en el contexto histórico que se presenta al comienzo de la novela, y también ocurre dentro de la arquitectura de la trama. La novela de Steinbeck hace transiciones entre los capítulos que detallan la vida de los Joad y los que tratan de los inmigrantes en general. Es en estos últimos, que analizan corrientes y tendencias más amplias, donde el sentimiento de comunidad realmente brilla. Asimismo, podemos decir que estas partes de la narración preparan el escenario para los aspectos particulares de la vida de los Joad, una de las tantas familias que forman parte del flujo migratorio hacia California en busca de mejores oportunidades.

En ese sentido, cabe destacar que este sentimiento de comunidad -que se pone de relieve durante toda la historia y, en especial, en la escena final de la novela- surge de la necesidad de promover un espíritu solidario entre pares para contrarrestar las penurias que la Gran Depresión y el Dust Bowl han producido en la vida de los granjeros de distintas partes de Estados Unidos. Las uvas de la ira de Steinbeck se ha convertido en una de las más grandes y resonantes obras de la literatura estadounidense, no solo por su indiscutible calidad literaria, sino también por ese fuerte sentimiento de empatía que producen sus personajes, quienes entienden que si no se ayudan desde un lugar profundamente humano y genuino, están condenados a morir en la miseria.

Por otro lado, cabe destacar que este fuerte sentido de comunidad que irradia la novela, por supuesto, no cayó del todo bien entre las grandes corporaciones agrícolas al momento de su publicación, ya que estas compañías entendían que era un libro que incitaba a que los trabajadores se organizaran para exigir mejores condiciones laborales. Este reclamo, a su vez, podía poner en peligro esos fastuosos márgenes de ganancia que las corporaciones tenían, y que bajo ningún punto de vista querían sacrificar.

El capitalismo

El tema del capitalismo ocupa, sin duda, un lugar esencial en la novela. Sin ir más lejos, ya el título nos propone un guiño respecto de este tema: "las uvas de la ira" se puede encontrar tanto en la Biblia (Libro del Apocalipsis) como en la canción patriótica estadounidense "Himno de Batalla de la República", escrita por Julia Ward Howe en 1861. Ambos textos utilizan el concepto para apelar a un poder superior que corrija los vicios de una fuerza demoníaca que está provocando el sufrimiento del pueblo. Esta fuerza demoníaca en contra de la gente, desde el punto de vista de Steinbeck, es el capitalismo. Es decir, el autor toma la noción de "las uvas de la ira", que se repite en ambos textos, y la pone en la portada de su libro como un indicador de que esta novela también puede ser leída como un llamado a un poder superior (la unión del pueblo) en contra de esa fuerza maldita que lo somete (el capitalismo).

En ese sentido, la codicia de los terratenientes adinerados se muestra desde el principio de la novela hasta el final: son despiadados y harán cualquier cosa para obtener mayores márgenes de beneficio. Esta mentalidad es evidente tanto en los capítulos narrativos generales como en los capítulos que tratan específicamente de los Joad y sus conocidos directos. A manos de terratenientes codiciosos, personas como los Joad llevan una vida penosa y difícil. Apenas pueden alimentarse con su salario diario, y las condiciones de vida a las que se enfrentan son terribles. Cientos de miles de personas sufren solo para que unos pocos poderes corporativos puedan ganar más dinero con otra caja de melocotones u otra libra de algodón. Bajo la presión de estas condiciones de trabajo, las "uvas de la ira" de los trabajadores fermentan y crecen amargamente fuertes. Está claro que Las uvas de la ira es una novela con una fuerte carga política, en la que Steinbeck critica los excesos del capitalismo, es decir, de ese sistema que busca favorecer siempre y cada vez más a las corporaciones a costa de condenar a la miseria a millones de granjeros estadounidenses.

La industrialización

La fuerte industrialización de la agricultura estadounidense ha permitido a los terratenientes ricos y de alto perfil extraer mayores ganancias de la tierra. Estos poderosos terratenientes no necesitan tratar bien a los trabajadores si pueden optar por tener tractores eficientes para arar los acres bajo su control. La industrialización ha traído máquinas de alta potencia que han permitido que las corporaciones saquen a los trabajadores de la tierra y los vuelvan irrelevantes.

Además, la industrialización ha dado lugar a un proceso agrícola y económico que implica tanto la integración vertical como la integración horizontal. La integración vertical ocurre cuando la cadena de suministro de una empresa también es propiedad de esa empresa; por ejemplo, la fábrica de conservas de duraznos también es propietaria de la granja de donde provienen los duraznos. La integración horizontal ocurre cuando una empresa se expande a lo largo de toda una industria, en la que varios individuos van adquiriendo entidades en un campo de trabajo (por ejemplo, esto ocurre cuando un agricultor especialmente poderoso es capaz de empujar a sus compañeros agricultores fuera del negocio). Cuando ambos procesos ocurren simultáneamente, los monopolios pueden crecer y volverse muy poderosos. Las uvas de la ira narra en detalle las consecuencias de este proceso. Los Joad, al igual que muchas familias de granjeros de aquella época, sufren las terribles consecuencias de este nivel de industrialización: pierden su casa, caen en la pobreza y sufren la explotación laboral de las grandes corporaciones.

La conexión del hombre con la tierra

La conexión del hombre con la tierra es un tema importante en Las uvas de la ira. Cuando la gente de Oklahoma se ve obligada a abandonar su tierra, este proceso resulta devastador. Estos agricultores han sido parte de su tierra y se han sentido profundamente conectados con ella durante años: sus esperanzas y sueños se perdieron o ganaron en la tierra, pero ahora un tractor inanimado ara su antiguo territorio. El hombre que conduce el tractor nunca toca la tierra ni interactúa con ella, lo cual es una parodia según los agricultores. Cuando los agricultores se van, pierden parte de sí mismos.

Pero incluso, más allá de la dificultad de dejar su tierra original, los agricultores no pueden crear nuevas conexiones con la nueva tierra. Se ven obligados a permanecer en el camino, sin lugares para dormir o vivir, en constante movimiento. Son incapaces de echar raíces, y tal dislocación es particularmente difícil considerando sus conexiones anteriores con formas de vida establecidas y consuetudinarias. Un ejemplo claro de la fuerte conexión entre el hombre y su tierra lo encontramos en el abuelo Joad, quien es arrancado por su familia de su granja y muere casi al inicio del viaje a California por la amargura que le produce el desarraigo.

El activismo laboral

A medida que los agricultores se dan cuenta de las injusticias que continúan soportando a manos de los poderes corporativos, también se dan cuenta de la futilidad de las acciones de los individuos solitarios. Un agricultor solo ni siquiera puede mantener a su familia y comprar comida para la cena después de un largo día de trabajo, y los salarios de ese agricultor podrían seguir disminuyendo a capricho de los terratenientes. No hay incentivo para que los propietarios proporcionen un salario digno cuando no hay resistencia organizada a su forma de operar. Si los trabajadores pueden unirse y comunicarse entre sí, existe la posibilidad de que puedan hacer frente a las fuerzas de la avaricia corporativa. Si no se mantienen unidos, seguirán socavándose unos a otros y sus salarios seguirán cayendo. Al organizarse formalmente y negarse a aceptar salarios injustamente bajos, los trabajadores pueden exhibir su propia forma de poder.

En la novela, los trabajadores organizados son frecuentemente llamados "rojos" o comunistas, pero el activismo laboral genuino (que a menudo utiliza estructuras y procedimientos democráticos) está muy lejos del comunismo. Cabe señalar que muchos organismos relacionados con las corporaciones agrícolas intentaron censurar Las uvas de la ira por considerarla una novela que incentivaba, justamente, el activismo laboral.

La esperanza

Mientras los Joad viajan por todo el país, no están seguros de lo que experimentarán cuando lleguen a California. Cada uno de ellos se relaciona con esa incertidumbre de una manera diferente; sin embargo, independientemente de si hablan del futuro o guardan silencio al respecto, hay un elemento de esperanza dentro de todos los miembros de la familia. Creen que están comenzando un viaje hacia una vida nueva y mejor. Los hombres tienen la esperanza de encontrar trabajo, Madre tiene la esperanza de tener una casa blanca y Rose of Sharon tiene la esperanza de vivir en un pueblo con una nevera y fácil acceso a una sala de cine.

Los Joad mantienen este sentimiento de esperanza a pesar de que habitan un mundo que ofrece pocas razones para el optimismo. Incluso cuando enfrentan inmensas dificultades en su vida cotidiana (no es fácil encontrar trabajo, la comida es costosa y con frecuencia se ven obligados a mudarse de un lugar a otro), mantienen esta perspectiva optimista. Cuando los hombres llegan a la granja de duraznos y comienzan a darse cuenta de lo difícil que será el trabajo, Madre todavía cree que pronto los Joad ahorrarán suficiente dinero para comprar una casa con algo de terreno. Sus actitudes contrastan con su entorno, creando así una tensión entre la esperanza y la desesperanza que emerge en diferentes puntos a lo largo de la novela.

La muerte y el sufrimiento

El tema de la muerte y el sufrimiento atraviesa la novela de principio a fin. El abuelo, por ejemplo, muere la primera noche del viaje, y la abuela muere justo cuando los Joad entran en California. Incluso para los Joad, que son relativamente saludables, todavía abundan las condiciones desagradables. No pueden ni siquiera satisfacer las necesidades básicas; apenas si pueden comer. Rose of Sharon, que está embarazada, no puede obtener los nutrientes que necesita para su bebé, que nace muerto, y su sufrimiento también se ve agravado por las vicisitudes del viaje.

En última instancia, el sufrimiento de los Joad refleja el de miles de familias que viajan a California en busca de trabajo. El ambiente sombrío ha sido creado por una variedad de factores; los más destacados son la avaricia corporativa y la industrialización de la agricultura. Sin embargo, a pesar de la prevalencia de la muerte y el sufrimiento, los Joad, y muchas de las otras familias viajeras, intentan mantener la esperanza; mantienen viva su creencia en el Sueño Americano y se aseguran a sí mismos que les espera una vida mejor.