La vuelta de Martín Fierro

La vuelta de Martín Fierro Temas

El gaucho

Todo el Martín Fierro gira en torno a la figura del gaucho. En la literatura gauchesca, el gaucho es la voz que se expresa, el destinatario ficticio del mensaje y también el asunto principal del género. En La vuelta de Martín Fierro, el tema del gaucho se presenta bajo la nueva circunstancia del protagonista, que ha vuelto del desierto para ver si puede reinsertarse en la sociedad a través del trabajo. Esta circunstancia deshace la decisión de Martín Fierro en el final de la Ida, cuando terminó su canto rompiendo la guitarra y cruzando la frontera para irse a vivir con los indios. Como bien sugiere el nombre de la segunda parte, podemos decir que la condición del gaucho de regreso marca el tono del poema, más conciliador con la sociedad que lo expulsó, y también influye en el mensaje más pedagógico y obediente que quiere transmitir Martín Fierro, quien ahora quiere dar un buen ejemplo para sus hijos.

A pesar de esto, su historia, la de sus dos hijos y la del hijo de Cruz revelan que el gaucho continúa padeciendo la misma marginalización que hizo que Fierro deserte de la frontera, se convierta en gaucho matrero, y abandone sus pagos para irse al desierto. Por lo tanto, se podría decir que las historias de vida de estos personajes revelan el fracaso del regreso del gaucho. Esto se manifiesta en el final poema cuando los gauchos, que recién se han reencontrado, deciden separarse y cambiar de nombre para perderse en el anonimato.

La denuncia social

Aunque La vuelta de Martín Fierro no tiene el fuerte tono de denuncia de El gaucho Martín Fierro, no por eso desaparece del poema la crítica social y el cuestionamiento a la autoridad, temas que se hacen presentes en los relatos de vida de Fierro, sus dos hijos y Picardía. Muchas de las injusticias que padecen estos gauchos son las mismas, y se relacionan con el modo en que diferentes representantes del gobierno, como un Juez de paz, un comandante en la frontera o un oficial de la campaña, se ensañan con los gauchos porque estos cuestionan su autoridad, denunciando el arrebato de sus pertenencias, el maltrato que reciben en el servicio militar o la corrupción del sistema electoral. Todo esto se manifiesta en una crítica que los gauchos expresan abiertamente en su canto, quejándose de una sociedad que los deja desamparados frente a los abusos del poder.

La vida entre los indios

Los primeros cantos de La vuelta de Martín Fierro tratan sobre lo que vivió Martín Fierro mientras se hallaba en el desierto, como se denomina en el siglo XIX al espacio de la llanura argentina dominado por los indios. Si en la Ida el desierto se había presentado como un espacio idílico para el gaucho matrero que abandona la sociedad, en el relato de la Vuelta el cantor rompe esa utopía mostrando los sufrimientos que tuvo que padecer en aquel espacio. En su canto, Fierro describe a los indios como seres salvajes y desalmados, que viven sin trabajar y disfrutan con malicia de saquear pueblos y torturar a los cristianos, como la mujer cautiva a la que Fierro rescata después de que un indio asesine a su hijo. Toda esta representación construye una imagen negativa y discriminatoria de los indígenas pampas, con los que Fierro no puede empatizar, a pesar de que son también un grupo étnico marginalizado como el del gaucho, al que él mismo pertenece.

La conexión con la naturaleza

Tanto en la Ida como en La vuelta de Martín Fierro la naturaleza ocupa un lugar clave en la forma en la que el gaucho comprende el mundo y se relaciona con su entorno. La naturaleza le provee al gaucho un sistema de referencias para comprender su situación, y en este poema este sistema se aplica particularmente a las enseñanzas que quiere transmitir Martín Fierro. En este sentido, utiliza sus conocimientos de la naturaleza para comparar el cuidado de los ancianos con el modo en que las cigüeñas son atendidas por sus crías, y para indicar qué signos del cielo y de la tierra le sirven al gaucho para orientarse en el desierto. En la naturaleza, el gaucho se halla en su elemento, por eso puede dormir bajo las estrellas sin sentirse amenazado por ningún peligro.

La cultura oral vs. la cultura letrada

El poema de Hernández pone en escena a Martín Fierro cantando frente a un auditorio, remedando en la ficción una situación típica de la campaña argentina: la del gaucho tocando la guitarra y cantando en una pulpería. Las otras voces del poema que aparecen para contar sus historias hacen lo mismo como representantes de una cultura oral que tiene sus propias reglas y convenciones. Estas convenciones se conciben distintas a las de la cultura letrada de la ciudad, que en el Martín Fierro se presenta como antagonista del modo de ser y de expresarse del gaucho. Esto ocurre en la Vuelta cuando un personaje anónimo interrumpe el canto del hijo segundo de Fierro para corregir sus expresiones gauchas, a lo que este le responde rechazando los criterios de la cultura letrada que aquel le impone.

Cabe mencionar que en la payada de Fierro y el Moreno se produce un quiebre en las expectativas del poema respecto al lugar que ocupa la cultura letrada, porque Martín Fierro supera al Moreno aprovechándose de que este ha admitido que es iletrado. Paradójicamente, aquel que ha dicho que no es un cantor letrado en la Ida derrota a su adversario de la Vuelta pidiéndole que le diga qué faena se realiza los meses que traen la letra “r”, y así utiliza un conocimiento de la cultura letrada para ser el vencedor en una competencia poética característica de la cultura oral.

Los saberes del gaucho

Una de las características centrales de La vuelta de Martín Fierro es que las voces del poema buscan convertir en enseñanzas lo que han aprendido por sus historias de vida. La premisa que guía esta intención es que el mucho sufrir otorga un conocimiento transmisible, porque el que vive penando le puede enseñar a los otros a no padecer las mismas penas. Es un tipo de saber que se aprende no por la lectura, sino por la experiencia, y que se relaciona con el tema del regreso del gaucho, porque, en general, son enseñanzas que contienen un mensaje moral sobre cómo actuar correctamente en sociedad. Algunas de las enseñanzas del poema dan el ejemplo de lo que está bien mostrando lo que está mal. Tal es el caso de los consejos de viveza de Vizcacha, un personaje inmoral que fallece sin un digno entierro, o las recomendaciones para hacer trampa en el juego del hijo de Cruz, que luego cuenta que se arrepiente de aquel mal vivir por el cual obtuvo el nombre de “Picardía”. Las enseñanzas en forma de consejos que Fierro da a sus hijos en el canto 32 condensan en pocas estrofas el carácter moralista de todo el poema.

El cantor y la payada

Martín Fierro se presenta a sí mismo como un gran gaucho cantor, por eso el momento de la payada es una instancia clave en su consagración como el mejor de los cantores. Dado que en la Vuelta, cuando regresa del desierto, Fierro abandona el cuchillo y el enfrentamiento cuerpo a cuerpo, la payada le da la oportunidad de medir su destreza gaucha en otro tipo de duelo: el cantar de contrapunto. Así, al enfrentar al Moreno, Fierro muestra que es más ágil que él en responder, porque da menos rodeos que su adversario para dar con las respuestas que el otro le pide. Al mismo tiempo, también despliega su habilidad poética y su conocimiento al cantar sobre temas filosóficos, como los que competen a la creación divina, y a explicar por qué el ser humano realiza tareas como contar, medir, pesar y dividir.