La ciudad y los perros

La ciudad y los perros Lista de Personajes

Alberto Fernández ("El poeta")

Protagonista de la novela, Alberto es un cadete de quinto año del Colegio Militar Leoncio Prado. El apodo de "poeta" obedece a su talento como escritor: vende novelas eróticas de su autoría a sus compañeros, así como las cartas de amor que otros cadetes envían a sus enamoradas. Sin embargo, Alberto mantiene durante la novela una certeza sobre su futuro, en el cual no se vislumbra como escritor sino como ingeniero. Durante su estadía en el colegio anhela el momento en que realice un viaje de estudios a Estados Unidos, tal como le promete su padre.

Proveniente de una familia de clase acomodada en Miraflores, en el Colegio mantiene una personalidad algo ensayada, entre provocadora, desafiante y alocada, que le permite que los demás no lo conviertan en víctima de las prácticas violentas tan usuales en el establecimiento. Sin embargo, guarda un modo de ser más ligado a lo sensible que lo lleva a conformar una cierta amistad con el Esclavo y una relación amorosa con Teresa.

"El Jaguar"

Es un cadete de quinto año del Colegio Militar Leoncio Prado. Por su actitud desafiante, burlona y temeraria, el Jaguar es el único de su año al cual los alumnos más grandes no logran "bautizar" con sus prácticas violentas y humillantes. Es, también, el líder de toda su camada: es el centro de las reuniones en que la sección planea venganzas, robos de exámenes y contrabandeo de alcohol y cigarrillos, y es quien bautiza al grupo con el nombre de "Círculo". Luego, cuando el Círculo grande se disuelve tras ser descubierto por las autoridades, Jaguar sigue liderando un "Círculo" más pequeño, formado por cuatro cadetes. El Jaguar sostiene una jerarquía de valores que tiene en su ápice el mandato de no ser "soplón".

Hacia el final de la novela el Jaguar se revela como el verdadero narrador de fragmentos del relato que hasta el momento permanecían anónimos. Así, se evidencia su origen pobre, la indiferencia de su familia, el profundo enamoramiento que siente por Teresa y su relación con el flaco Higueras, amigo de su hermano ya fallecido, quien lo lleva a robar casas.

Ricardo Arana ("El Esclavo")

Arana es un cadete de quinto año del Colegio Militar Leoncio Prado. Es uno de los personajes más importantes, a pesar de que su presencia se limita a la primera parte de la novela.

Criado en Chiclayo, junto a su madre y su tía, a los 10 años es arrancado de una infancia relativamente feliz para mudarse a Lima junto a su madre y su padre, a quien creía muerto hasta entonces. En el período en que vive en esa casa padece una oscura soledad a la vez que un trato violento por parte de su padre, que maltrata física y psicológicamente tanto a él como a su madre. El padre de Arana es quien, disgustado por la educación que ha recibido su hijo en casa de su tía, se dispone a convertirlo en "hombre", enviándolo como pupilo al Colegio Militar.

Allí, el muchacho es constantemente objeto de burlas y torturas por parte de sus compañeros, fundamentalmente porque nunca se defiende de los violentos ataques. Su apodo de "Esclavo" responde justamente a la actitud de sumisión que acaba adoptando debido a su imposibilidad de imponerse por medio de la fuerza. El único alumno con el cual establece una suerte de amistad es Alberto, quien sin embargo le esconde algunos secretos, como por ejemplo el hecho de estar saliendo con Teresa, la muchacha de la cual Arana está enamorado. Finalmente, Ricardo Arana recibe un misterioso disparo en una campaña, causándole una herida que acaba por conducirlo a la muerte pocos días después.

El serrano Cava

Cava es un cadete de quinto año del Colegio Militar Leoncio Prado. Su apodo de "serrano" obedece concretamente al origen geográfico del muchacho, proveniente de las zonas de sierra y no de Lima, de donde son oriundos muchos de sus compañeros. Es parte del nuevo grupo reducido que lidera el Jaguar y que se da a llamar "el Círculo". Cava es quien ejecuta al robo de las preguntas del examen de química, y una vez alertadas las autoridades el joven es expulsado del Colegio y le son arrancadas sus insignias del uniforme. Hasta ese momento Cava era, probablemente, uno de los pocos alumnos del Colegio que tenía el verdadero anhelo de convertirse en militar.

Teresa

Es el personaje femenino más importante de la novela, ya que se erige como la esperanza amorosa de tres personajes principales: Alberto, Arana y, como se devela hacia el final, el Jaguar.

Teresa es una joven de un bajo estrato socioeconómico. Vive con su tía en una casa precaria desde que su padre falleció y su madre, agotada, la dejó para ir en busca de algún placer en la vida después de tanto sacrificio. La tía de Teresa intenta que la muchacha se case con algún joven de "buena familia", con cierto status económico, y que así ambas salven su situación: es por eso que cuando Teresa es una niña, mira mal al Jaguar, un niño también pobre que no se separa de su sobrina, y en cambio trata con exagerado respeto a Alberto.

El personaje de Teresa aparece entonces en gran medida construido a partir de las percepciones de otros personajes. Para el Jaguar, se presenta como una niña distinta a las demás por su prolijidad, cuidado personal, pseudo perfección. Esos atributos no llaman para nada la atención, en cambio, de Alberto, que se enamora de ella a pesar de no poder dejar de pensar en ella como una "huachafa".

Teniente Gamboa

Alto, atlético, de músculos pronunciados, el teniente Gamboa se presenta como una imagen de autoridad frente a los cadetes. Su mirada es amenazadora pero burlona, y ríe mientras, con los brazos cruzados, controla que los alumnos no se copien en el examen, formen correctamente o realicen bien las pruebas durante las campañas.

Lo que parece distinguirlo de los demás tenientes y oficiales es su amor por la vida militar. El compromiso de Gamboa con la doctrina militar se da justamente por aquello que todos los demás odian: la disciplina, la jerarquía, las campañas.

El teniente Gamboa se convierte en un personaje con cierto protagonismo a partir del episodio de la muerte de Arana. Como confiesa al capitán Garrido, él considera que la disciplina es lo que mantiene al Ejército como uno de los pilares no corrompidos que sostienen al país, y que por lo tanto si hubo una muerte sospechosa él cree su deber averiguar la verdad.

Gamboa está recientemente casado y su joven esposa está embarazada. Tiene el anhelo de convertirse pronto en capitán. Sus planes de futuro, sin embargo, se ven interrumpidos cuando, luego de decidir desafiar la autoridad de sus superiores para investigar una causa que considera importante y justa, es trasladado a la puna.

El Rulos

Cadete de quinto año del Colegio Militar Leoncio Prado. Es parte del nuevo grupo reducido que lidera el Jaguar y que se da a llamar "el Círculo". A pesar de esto, no dudará en acusar a su líder cuando toda la sección lo señale como traidor.

El Boa

Cadete de quinto año del Colegio Militar Leoncio Prado. Es parte del nuevo grupo reducido que lidera el Jaguar y que se da a llamar "el Círculo". Su apodo de "Boa" obedece a una alusión, según se da a entender en un pasaje de la novela, a su miembro viril. Boa mantiene, a su vez, una relación estrecha, casi sexual, con una perra llamada Malpapeada, a la cual en un momento llega a lastimar.

A pesar de dudar del Jaguar y llegar a considerar que fue él quien delató los negociados ilícitos existentes en la sección, Boa es el único que defiende a su amigo cuando todo el resto de la cuadra empieza a provocarlo acusándolo de traidor.

Boa narra, en primera persona, varios pasajes de la novela.

El Brigadier Arróspide

Cadete de quinto año del Colegio Militar Leoncio Prado. Es el primero en empezar a sospechar que el Jaguar, cuando fue llamado a Prevención, denunció ante las autoridades los negociados ilícitos de toda la sección. Entonces, convence a los demás de que Jaguar es un soplón y un traidor y es quien inicia la provocación colectiva, la golpiza y la posterior indiferencia que marca la "caída" del Jaguar como líder adorado por toda la sección.

El Negro Vallano

Cadete de quinto año del Colegio Militar Leoncio Prado. Su apodo de "Negro" obedece al tono de su tez y a su origen de bajo estrato social. Es el primero en hablar de Pies Dorados y empujar, por lo tanto, a toda la sección a ir a visitarla.

Pies Dorados

"Pies Dorados" es el apodo por el cual los cadetes del Leoncio Prado se refieren a una mujer que trabaja como prostituta en Huatica, en la zona de Victoria, en Lima. La mujer es de estatura baja, es rubia y sus pies son carnosos, pequeños y parecen de nácar. Aparece en el relato cuando Alberto va a visitarla por primera vez, luego de escuchar hablar sobre ella a prácticamente todos sus compañeros de sección.

Paulino

Es un joven que trabaja en La Perlita, una suerte de construcción pequeña con un ventanal que sirve de mostrador, ubicada al final del descampado del colegio. Algunos personajes se refieren a él como "injerto" a causa de su llamativa apariencia, compuesta por ojos japoneses y una ancha cara de tez oscura y pelo lacio. Paulino vende en el mostrador gaseosas, galletas, café, y, en la trastienda, cigarrillos y pisco, al doble de lo que salen en la calle. Duerme, a su vez, en la misma construcción, en un colchón de paja lleno de hormigas. Debajo del colchón esconde la mercadería que introduce clandestinamente en el colegio.

Por otra parte, Paulino organiza y protagoniza, los fines de semana, concursos de índole sexual, en los que el ganador se lleva una talega de dinero.

Teniente Huarina

Jefe de compañía de quinto año en el Colegio Leoncio Prado. Es descrito como un intruso en el mundo de los oficiales: pequeño, sus órdenes inspiran risas, sus cóleras no asustan, los suboficiales lo miran con desprecio. Su implicancia mayor en la trama se da cuando Ricardo Arana acude a él para denunciar a Cava como el responsable del robo de los exámenes.

Coronel

Es un hombre mucho más bajo y gordo que el resto de los oficiales sobre quienes ejerce autoridad. Tiene el pelo blanco y sus ojos se describen como "grises, hundidos y desconfiados" (p.235).

Su injerencia en la trama se da a partir de la muerte de Arana en la campaña. Al enterarse de la noticia, el coronel reúne a los tenientes y oficiales para que se tomen ciertas precauciones, puesto que el suceso puede ser utilizado por los "enemigos" del Colegio en su contra. Al coronel no le interesa averiguar qué sucedió realmente en la campaña ni por qué murió el joven alumno, sino más bien hacer desaparecer el tema, evitar los rumores y proteger así el prestigio de la institución. Por esto mismo, apela a la complicidad de los médicos de la institución para que confirmen la hipótesis -que él mismo sabe errónea- de que el disparo fue producto de un error cometido por el propio cadete. En el velorio del joven, el coronel brinda un discurso acerca de los valores sagrados del espíritu militar.

El coronel protagoniza también otras escenas importantes para el desarrollo de la historia. En una de ellas, el coronel utiliza las novelas eróticas que Alberto escribió y vendió a sus compañeros para extorsionarlo: si el muchacho no cesa en su insistente acusación de asesinato al Jaguar, el coronel lo expulsará del colegio e informará a sus padres el bochornoso motivo.

Finalmente, ya en el Epílogo, el coronel evidencia su carácter hipócrita en tanto despide con amabilidad a Alberto cuando el muchacho se egresa de la institución y, claramente motivado por la procedencia familiar del joven, le recuerda que se inscriba en la asociación de exalumnos.

Tico, Pluto, Bebe, Emilio

Amigos de Alberto del barrio de Miraflores. Aparecen en los pasajes que narran el pasado de Alberto así como también en el Epílogo de la novela, ya que Alberto vuelve a salir y amigarse con ellos una vez termina sus tres años de estudio en el Colegio Militar.

Tico, Pluto, Bebe y Emilio pertenecen a una clase social acomodada, y el aire de sus conversaciones, que giran alrededor de bailes, fiestas, salidas, muchachas, contrasta por su luminosidad y liviandad con las pesadas situaciones que tienen lugar en el Leoncio Prado.

Helena

Helena es la enamorada de Alberto hasta el momento previo al ingreso de este al Colegio Militar Leoncio Prado, y aparece por lo tanto en los pasajes que ilustran el pasado del personaje.

Helena se conoce con Alberto desde muy joven. De origen acomodado al igual que él, es descrita como una joven audaz a pesar de su delgadez y dulzura. Alberto le declara su amor tres veces hasta que ella acepta ser su enamorada. Al poco tiempo, sin embargo, ella lo deja por otro joven. Ese desencuentro amoroso es el que empuja a Alberto a ingresar al Leoncio Prado.

Suboficial Pezoa

Si bien ejerce una función de autoridad en el Colegio, los alumnos de quinto año no le guardan demasiado respeto. Llegan, en cambio, a llamarlo "Rata" cuando susurran sobre él formando un coro mientras el suboficial intenta controlarlos durante un examen.

Teniente Pitaluga

Jefe de compañía de quinto año en el Colegio Leoncio Prado. Gamboa lo encuentra dormido cuando se supone ejerce como teniente de servicio. No tiene una gran pasión por su profesión y suele despotricar contra los alumnos del colegio, alegando que son "delincuentes natos"(p.176) que más bien deberían estar en una correccional. El teniente Pitaluga es quien intenta consolar, aunque con torpes palabras, a la madre de Arana en el velorio.

Capitán Garrido

Lo llaman "Piraña" por el aspecto de sus dientes, enormes, que desbordan sus labios. Tiene mayor jerarquía que los tenientes, es quien da las órdenes a los oficiales. Su postura acerca de la actualidad de la educación militar es escéptica, en tanto considera que Perú nunca será parte de una guerra y que ahora los asuntos entre países se disuelven diplomáticamente. El capitán Garrido es también quien encuentra el cuerpo del Esclavo en la campaña, y lo carga hasta dar con los tenientes.

El capitán Garrido recibe a Alberto cuando el teniente Gamboa lo lleva para que comparta con él su denuncia acerca del supuesto asesinato de Arana. Garrido se muestra incómodo con la acusación, para la que siente que no hay pruebas, e intenta dar por terminado el asunto. En ese momento se enfrenta con el teniente Gamboa, quien decide continuar con la investigación por su cuenta.

A pesar de las diferencias, Garrido mantiene hasta el final una relativamente amable relación con el teniente Gamboa, a quien considera demasiado extremo en su disciplina y seguimiento de las reglas, y a quien recomienda hacer uso del "sentido común" y no arriesgar su propia carrera y su futuro por perseguir insistentemente una verdad.

El padre de Ricardo Arana

El padre de Arana es un hombre de carácter estricto y violento. Hace que su hijo vuelva a convivir con él, en Lima, porque considera que debe "hacerse hombre", y que la vida que lleva al cuidado de su tía y su madre en Chiclayo atenta contra su correcta formación: dice que lo criaron como a una niña. Una noche golpea a su esposa, la madre de Ricardo, y cuando el niño -de diez años en ese entonces- intenta frenarlo recibe él también una golpiza. A partir de entonces, recibe por parte de su hijo un comportamiento obediente, fundado en el temor. El padre de Arana es quien hace que su hijo ingrese en el Colegio Militar Leoncio Prado.

Cuando el muchacho muere en una campaña, el padre se presenta en el colegio muy apenado y confundido, confiesa a Alberto que todo el entorno familiar lo culpa a él del fin trágico del niño. Él, sin embargo, intenta justificar su estilo de crianza y de educación, alegando que quería lo mejor para su hijo.

La madre de Ricardo Arana

Es una mujer de carácter débil, muy subordinada a las opiniones y ordenamientos de su marido, el padre de su hijo. Luego de vivir varios años en casa de su hermana, en Chiclayo, y decir a su hijo que su padre estaba muerto, se muda con él a Lima, a la casa de quien era su marido, con la esperanza de reconstituir la familia.

Su grado de sumisión es tal que la mujer toma medidas luego de que su marido la golpee a ella y a su hijo. Se opone frágilmente cuando su marido decide enviar a Ricardo como interno al colegio militar, pero su poder de decisión es nulo y no logra impedir el destino que el hombre depara a su hijo. En el velorio de Ricardo llora desconsoladamente.

La tía de Teresa

Es una mujer cuyo carácter fuerte nace de la necesidad de sobreponerse, día a día, a la extremadamente difícil situación económica que la azota. Está al cuidado de su sobrina Teresa desde que su hermana la dejó en su casa. Aconseja, casi hasta el hostigamiento, a la muchacha, rogándole que se concentre en captar la atención de un muchacho de buena familia que se digne a casarse con ella. En la misma línea, desprecia a los muchachos pobres como el Jaguar y trata con exagerado respeto a Alberto, que se presenta en su casa con uniforme militar y cuyos padres gozan de una buena situación económica y social. Ambas cuestiones se sostienen en la esperanza desesperada de la mujer de que su sobrina logre salvarlas de la penosa situación de pobreza en que se encuentran.

El padre de Teresa

Teresa lo recuerda como un hombre que sufrió la pobreza hasta el momento de su muerte. Trabajaba exhaustivamente todos los días y se embriagaba cada fin de semana hasta el desmayo, blasfemando contra los ricos y contra la injusta miseria que le tocaba en suerte. A veces, se presentaba en su casa ya entrada la noche y acompañado por mujeres, con cuya presencia insultaba fatalmente a su esposa.

La madre de Teresa

La madre de Teresa es una mujer de bajo estrato social, que luchó contra la pobreza al mismo tiempo que contra el alcoholismo de su marido y las humillaciones a las que este la sometía cuando aparecía en la casa familiar acompañado de otras mujeres. La mujer soportó con resignación esos achaques hasta que su marido murió. En ese momento, llevó a Teresa hasta la casa de su hermana para dejarla a su cuidado. Allí se despidió de la niña, diciendo que necesitaba vivir su propia vida, y se fue.

El mayor

Se presenta como la mayor autoridad en el Colegio Militar Leoncio Prado. Es un hombre obeso y colorado, que aparece en la trama cuando el teniente Gamboa eleva a él el parte en el cual Alberto acusa al Jaguar de asesinar a Arana. El mayor toma como una ofensa la existencia misma del parte, a la vez que como una grave falta por parte del teniente Gamboa. Él insiste, al igual que el capitán Garrido, en que el asunto de la muerte del cadete debe ser olvidado rápidamente para intentar que no repercuta en perjuicio de la institución. Por esto mismo, se opone completamente a que el parte llegue al Ministerio. Dice que la acusación es imbécil, absurda y una cosa de niños. Le ordena al teniente Gamboa redactar un nuevo informe que omita todo lo relativo a la muerte de Arana.

Marcela

Es una muchacha de clase adinerada, de Miraflores, que conoce a Alberto por amigos en común y se convierte en su enamorada. Se la describe como una joven bonita, blanca, generalmente contenta. Por otro lado, es bastante celosa y algo cruel, en tanto inventa una excusa para tocarle el timbre a Teresa y así poder inspeccionar a la anterior enamorada de su novio, y luego le dice a este que la muchacha es una "huachafa fea". Alberto planea casarse con Marcela y que vivan juntos en una casa grande con piscina.

El flaco Higueras

Amigo del hermano mayor del Jaguar. Es un joven de clase baja que ayuda al Jaguar y le presta dinero tras la muerte de su hermano, hasta que en una ocasión lo convence de sumarse a su banda, con la que roban casas de millonarios cuando están vacías. Es también quien, luego de oír al Jaguar sufriendo de amor por Teresa, lo inicia en el bulín. El flaco Higueras vuelve a encontrarse con el Jaguar tras años de estar preso, cuando el muchacho ya está casado con Teresa.

El profesor Fontana

Fontana es el profesor de francés en el Colegio Militar Leoncio Prado. En sus clases, los alumnos no solo no le obedecen sino que además le faltan constantemente el respecto, tomando su "amaneramiento" y su falta de gestos de virilidad como un objeto de burla y tortura.