Hacia Rutas Salvajes

Hacia Rutas Salvajes Resumen y Análisis de los Capítulos 6-9

Poco después de dejar a Jan, McCandless arma un campamento en el Parque Estatal del Desierto Anza-Borrego. Un día, mientras camina de regreso de un viaje para conseguir provisiones, lo levanta en su auto un hombre de ochenta años llamado Ronald Franz. Franz cree que McCandless parece una buena persona, y, pensando que es un vago inculto, quiere alentarlo a que rearme su vida, pero McCandless le dice a Franz que ya tiene una educación universitaria y que vive de esta manera por elección.

Durante las siguientes semanas, McCandless y Franz pasan mucho tiempo juntos, y Chris le dice a Franz que está haciendo tiempo hasta la primavera, cuando irá a Alaska. Poco después, Franz lleva a Chris a San Diego, donde él espera ganar algo de dinero para su viaje a Alaska, pero tiene problemas para encontrar trabajo. Se dirige en diferentes trenes hacia el norte hasta Seattle en busca de trabajo, pero no consigue nada, así que regresa a California, donde le pide a Franz que lo recoja. Wayne Westerberg le dice a McCandless que puede trabajar para él en Carthage, por lo que Franz se ofrece a llevarlo lo más cerca que puede sin perder una cita que tiene.

Pasan unos días conduciendo a Colorado juntos, y Franz se encuentra muy triste y solitario cuando McCandless lo deja, ya que se ha vuelto muy apegado a él. Poco después, recibe una larga carta de McCandless, animándolo a salir a la carretera y vivir como él hace, y Franz sigue este consejo. Franz espera el regreso de McCandless, pero un día, cuando recoge a dos autostopistas y les cuenta acerca de su amigo "Alex", ellos le dicen que acaban de leer un artículo de la revista Outside y que él está muerto. En respuesta, Franz renuncia a Dios y compra su primera botella de whisky en mucho tiempo.

McCandless aparece en Carthage en busca de trabajo, y una vez más está feliz de hacer todos los indeseables trabajos en el elevador de grano. Se hace amigo de Gail Borah, la novia de Westerberg, y le cuenta cosas que no ha compartido con nadie en mucho tiempo. Westerberg no pregunta por la familia de McCandless, pero, conociéndolo, tiene la sensación de que simplemente se quedó atrapado en algo que sucedió con su padre y no pudo dejar pasar.

De hecho, tanto Walt como Chris son tercos y nerviosos, lo que lleva a un gran choque entre ellos. Walt intenta controlar a Chris, que es ferozmente independiente, y por eso esto a él le molesta profundamente. Poco antes de desaparecer, Chris le dice a su hermana, Carine, que tiene la intención de cortar pronto todas las relaciones con sus padres para siempre, disgustado por sus intentos de controlarlo y por el estilo de vida que llevan, que él ve como inmoral.

Mientras McCandless se prepara para partir de Carthage hacia Alaska, le dice a Westerberg que regresará allí en el otoño para ayudar con el elevador de grano nuevamente, y Westerberg tiene la sensación de que su viaje a Alaska será su última gran aventura antes de establecerse, al menos relativamente. Antes de irse, McCandless cena con la madre de Westerberg, Mary, con quien se lleva realmente bien, y sale por última vez con la tripulación de Westerberg. Luego se dirige a Alaska.

Krakauer explica que recibió una gran cantidad de mensajes negativos después de que el artículo original sobre McCandless se publicara en la revista Outside, en gran parte de los habitantes de Alaska, que pensaban que McCandless no respetó la tierra salvaje y que actuó estúpida y obstinadamente. Hubo otros hombres conocidos en Alaska por cuestiones similares, como Gene Rosellini, un hombre brillante que decidió probar si el hombre todavía podía vivir como en los días previos a la tecnología y sobrevivir sin herramientas, excepto aquellas que podía hacer por sí mismo, durante una década, hasta que se suicidó.

Otro joven, John Waterman, es comparado a menudo con McCandless. Fue un joven escalador, muy talentoso, con una relación problemática con su padre, una vida personal trágica y una personalidad muy excéntrica. Se fue volviendo cada vez más inestable, y finalmente se embarcó en una escalada prácticamente suicida en el Denali, durante la cual desapareció y, se presume, murió. Carl McCunn también se compara a menudo con McCandless. Fue un fotógrafo aficionado de Texas que se mudó a Alaska en la década de 1970, y en 1981 organizó todo para ser llevado en un avión a tierras salvajes y permanecer allí durante cinco meses, con el objetivo principal de tomar fotografías de la vida silvestre. Sin embargo, se olvidó de hacer arreglos para que lo recogieran, y así terminó suicidándose mientras se moría lenta y dolorosamente de hambre y de frío.

Everett Ruess fue otra figura comparable con Christopher McCandless. Nació en 1914 en California y realizó su primer viaje solo, caminando y haciendo autoestop, a la edad de dieciséis años. Con algunas breves excepciones, Ruess pasaría el resto de su vida en movimiento, viviendo de una mochila, con muy poco dinero, a menudo durmiendo a la intemperie y arreglándoselas con poca comida. Mientras hacía esto escribió muchas cartas que muestran su intensa pasión por la naturaleza y la belleza natural.

Al igual que McCandless, Ruess fue muy romántico al que no le importaba su seguridad personal ni la comodidad física. También cambió su nombre repetidamente mientras viajaba, y finalmente grabó "NEMO" en la piedra arenisca de Davis Gulch dos veces, antes de desaparecer para siempre a la edad de veinte años. Se encontraron sus burros y sus aparejos, pero nada más, y se cree que murió al caer por una pared del cañón. Algunos, sin embargo, creen que simplemente eligió desaparecer, y vivió el resto de su vida bajo un seudónimo. Ken Sleight, un experto en él, cree que se ahogó tratando de nadar al otro lado del río San Juan.

Análisis

En esta sección, muchos de los temas importantes del libro se vuelven evidentes. En Ronald Franz vemos otro ejemplo, probablemente el más fuerte, de alguien que rápidamente se encariña con McCandless. Con Franz esto es tan extremo que pide adoptar a McCandless y cambia su estilo de vida por completo, siguiendo los consejos de Chris. Sin embargo, esto también pone de manifiesto, de forma algo dolorosa, el egoísmo de McCandless: aunque acepta mucha ayuda de Franz, lo abandona antes de que se pueda esperar demasiado de él, y la muerte de McCandless hace que el anciano pierda su ferviente fe en Dios y retome el consumo de alcohol. Esto echa luz sobre los costos reales del comportamiento arriesgado de McCandless, no solo para sí mismo sino también para aquellos que lo cuidan.

También comenzamos a ver algunas de las razones del alejamiento de McCandless de su familia. Aunque de alguna manera parece que su decisión de aislarse de su familia es una parte importante de su plan para alcanzar la verdadera libertad, en esta sección se vuelve claro que, de alguna manera, se pretende específicamente castigarlos. Poco antes de desaparecer, Chris le dice a Carine que tiene la intención de sacar por completo a sus padres de su vida, porque resiente de sus valores y de sus intentos de imponerle esos valores.

También es interesante ver en esta sección cómo las expectativas de McCandless para con sus padres son mucho más altas que para otras personas en su vida. Él mismo se apega a estos estándares, viviendo siempre según las filosofías que defiende y los estándares que espera de los demás, pero es indulgente con muchos pecados de sus amigos, incluyendo el alcoholismo y el maltrato a las mujeres. Sin embargo, incluso la oferta de sus padres de comprarle un automóvil como regalo de graduación es suficiente para disgustarlo por completo, a pesar de que, por ejemplo, no le recrimina a Carine su materialismo.

En la sección anterior, McCandless intenta algunas veces reincorporarse a la sociedad, pero descubre que no puede soportarlo por mucho tiempo. Aquí vemos, sin embargo, que parece estar planeando establecerse después de su viaje a Alaska, su última gran aventura. Aunque es trágicamente imposible saber si esto realmente hubiera pasado, el mero hecho de que estuviera pensando en ello muestra que no veía su estilo de vida como algo permanente, y también refuta en cierto modo la idea de que su viaje a Alaska fue intencionalmente suicida.

Esta sección también es la primera vez que Krakauer describe a los otros personajes famosos e infames con quienes McCandless es comparado con frecuencia. Krakauer deja en claro sus propias creencias: aunque McCandless comparte algunas características y comportamientos con estos hombres, el único que es verdaderamente como él es Everett Ruess. Carl McCunn era más ingenuo y John Waterman estaba en realidad loco, pero Everett Ruess estaba, como McCandless, simplemente enamorado de la tierra, era muy romántico y tenía pasión por vivir según sus principios. Estas comparaciones muestran que excluirse de la sociedad y vivir de forma arriesgada puede ser un síntoma de locura o estupidez, pero no lo es inherentemente.

Esto en cambio enfatiza la necesidad de examinar profundamente algo antes de emitir un juicio. Aquellos que comparan a McCandless con John Waterman, por ejemplo, lo hacen en base a unos pocos paralelismos, pero un estudio detallado de ambos personajes muestra muy rápidamente que sus motivaciones y sus comportamientos eran muy diferentes. Esto ilumina el propósito de Hacia rutas salvajes, que no es solo contar una historia de aventuras, sino estudiar a McCandless con el mayor detalle posible, para que si alguien quiere juzgar, que al menos lo haga con toda la información necesaria.